Autora: Karla Motte
El Museum of Modern Art (MOMA), desde su estatus como uno de los museos de arte más importantes del mundo, organizó en 1985 una exposición retrospectiva sobre el arte contemporáneo bajo el título “An Internacional Survey of Painting and Sculpture”. Con el objetivo de presentar una muestra representativa de las obras y artistas más trascendentes del siglo XX, la muestra era un evento significativo para honrar al mundo del arte; sin embargo un colectivo artístico levantó su voz para denunciar las ausencias en este montaje, pues consideraron que las omisiones denotaban un sesgo inaceptable. El nombre del colectivo era provocativo: “Guerrilla Girls”. Su denuncia: la ausencia de reconocimiento de la labor artística de las mujeres.
En las afueras del MOMA, las Guerrilla Girls se colocaron máscaras de simio y mostraron carteles con las cifras que demostraban indiscutiblemente la exclusión de las mujeres, no sólo en la muestra que estaba inaugurándose, sino de manera generalizada en el mundo del arte. La ácida crítica no se dirigió únicamente al MOMA o la muestra retrospectiva sino al sistema artístico en general, que como parte de una sociedad excluyente de las aportaciones femeninas en diversos ámbitos también repetía el esquema y era incapaz de reconocer a las artistas por el simple hecho de ser mujeres.
El acto con el que aparecieron por primera vez las Guerrilla Girls era premeditado, documentado y en sí mismo representaba una propuesta artística. Las mujeres que participaron en él decidieron permanecer en el anonimato y usar nombres de artistas famosas en la historia, como Frida Kahlo, Eva Hesse o Lee Krasner. Las máscaras de mono aludían a King Kong, una bestia difícil de domesticar, lo que se volvió característico del grupo y añadía la ironía como un elemento de la producción artística y social del colectivo. Con pancartas, carteles y actos espontáneos utilizaron la burla para llamar la atención y denunciar el funcionamiento misógino del mundo artístico y cultural.
“Menos de 5% de artistas en la selección del Museo de Arte Moderno son mujeres, pero el 85% de los desnudos son femeninos”, decía una de las frases del colectivo que fue colocada frente al Metropolitan Museum de Nueva York en 1989. En el cartel se utilizó la imagen clásica de desnudo femenino de “La Gran Odalisca”, aunque con la máscara de mono colocada en la cabeza. En un fondo amarillo y con un diseño gráfico similar al de la publicidad, las Guerrilla Girls utilizaron al arte como una forma de protesta muy significativa, que logró llamar la atención de los museos, coleccionistas, mecenas y también el público amplio, desde una perspectiva declaradamente feminista.
El proyecto de las Guerrilla Girls tuvo una actividad muy intensa y una producción amplia: escribieron dos libros, impartieron conferencias en universidades de diferentes partes del mundo, además de que enviaron cartas a numerosas personalidades del mundo del arte y la cultura. Su actividad creció, se difundió por todo el mundo y en 1999 se estableció como “Guerrilla Girls Inc.”. A pesar de que la identidad de quienes realizaron este proyecto continúa siendo un misterio, se hizo pública la disgregación del grupo y una serie de problemas con respecto al uso del nombre del colectivo.
Para conocer más sobre esta propuesta, visita su sitio oficial: http://www.guerrillagirls.com/
Publicado por Wikimexico / Especial para SinEmbargo