La prestigiosa Chatham House, una organización independiente que realiza investigaciones revisadas por especialistas y avalada por las Naciones Unidas, hizo un reporte en donde ofrece recomendaciones sobre cómo los seres humanos podemos mantener este planeta habitable.
El reporte titulado “Los impactos de la pérdida de biodiversidad por el sistema alimentario. Tres niveles de transformación del sistema alimentario para apoyar a la naturaleza” deja claro que una de las medidas que los gobiernos deberían de establecer para mantener un planeta con las condiciones cruciales para la supervivencia humana es la adopción de dietas a base de plantas.
¿Qué tienen que ver la biodiversidad, el sistema alimentario mundial y la supervivencia humana? Para tener más claro por qué estamos ya en estado de alarma, este reporte nos señala que desde 1970, la población de mamíferos, aves, peces, anfibios y reptiles ha disminuido en un estimado de un 68 por ciento. Una de las causas directas de la pérdida de la biodiversidad es la rápida expansión de la ganadería, que reproduce millones de animales para ser utilizados como alimento cada año. En vez de animales silvestres, los animales en cría intensiva dominan la biomasa global. Las vacas, cerdos, pollos y otros animales explotados por la ganadería representan el 60 por ciento de toda la masa de mamíferos, comparada con el 4 por ciento de mamíferos salvajes y un 36 por ciento de humanos.
Según el reporte, el 78 por ciento de la tierra dedicada para la agricultura es utilizada para la cría intensiva de animales usados para alimento.
¿Qué significan todos estos números? Que el enfoque actual del sistema alimentario está mal por donde lo veamos y el impacto que tiene en nuestro único y vital soporte de vida, nuestro planeta, está siendo devastador.
Una de las reformas urgentes del sistema alimentario actual que sugiere Chatham House es la adopción de una dieta a base de plantas. Esta medida no es nada nueva. Científicos, legisladores, organizaciones y la misma sociedad civil están reconociendo el pilar que representan nuestras elecciones alimentarias en la transformación del sistema que ya es insostenible para el medio ambiente y para nuestra salud. La aparición de una pandemia es una grave señal de alarma que los gobiernos no deberían de ignorar, así como su relación con la cría intensiva de animales que muchos prefieren omitir.
El impacto del cambio a una dieta a base de plantas podría tener cambios tan radicales, que si los habitantes de Estados Unidos comieran frijoles en vez de carne, por ejemplo, se liberaría el equivalente al 42 por ciento de toda la tierra para siembra en ese país. Comer plantas en vez de carne, además de tener un beneficio para el medio ambiente y la biodiversidad, mejoraría la salud individual al reducir las enfermedades relacionadas con el sobreconsumo de carne roja y carne procesada. Asimismo, reduciría el riesgo de otras pandemias y la emisión de gases invernadero.
Nunca se debería dejar de lado la importancia del inmenso sufrimiento de los animales que son explotados para alimentar a sólo un pequeño porcentaje de la población mundial, pero aún para quienes esto no sea suficiente, sigue siendo urgente que consideren la adopción de una alimentación basada en plantas por las muchas ventajas que tiene para los seres humanos de manera directa.