Ciudad de México, 28 de feb (SinEmbargo).- Dylan Moses está a 4 años de poder ingresar a la universidad, período que algunos colegios prefieren no esperar en su búsqueda por ganar la pugna del jugador y enrolarlo en su campus.
Moses es un jugador de futbol americano de 14 años que cursa el octavo grado (lo equivalente a segundo de secundaria en México), pero que ha recibido becas para estudiar en las universidades de Alabama y LSU, pese a que apenas ingresó a University Lab High School.
El nativo de Baton Rouge (Louisiana) rebasa los 1.85 metros de altura y pesa cerca de 100 kilogramos, lo que le ha permitido arrollar a quien se pone a su paso cuando se desempeña como corredor, y derribar a quien intenta rebasarlo en las ocasiones en que se desenvuelve como linebacker y safety.
“Él tiene la mayoría de su experiencia como corredor y apoyador, pero me gustaría que aprendiera a jugar en la parte trasera de la defensiva, aunque él puede que crezca de más para esa posición. Creo que cuando ves a Alabama y LSU, son un par de programas conocidos por tener el mejor desarrollo de corredores y defensivos profundos en el país, entonces a él (Dylan) no le puede ir mal de ninguna manera”, dijo Edward Moses, papá del jugador a blacksportsonline.
Es por esto que el fin de semana pasado asistió a la universidad de Alabama, donde se realizó un convivio con jugadores de preparatoria que están cerca de elegir la escuela a la que asistirán, época muy prematura para Moses en cuestiones académicas, pero no en las deportivas.
La calidad del jugador de 14 años ya es reconocida hasta por la universidad que recién ganó el tazón colegial más relevante (BCS), al grado que el entrenador Nick Saban le dedicó tiempo exclusivo al atleta de secundaria. Si bien pueden pasar muchas cosas en 4 años, tanto Dylan como su padre Edward ya escucharon el “canto de la sirena”.
“El coach Saban dijo que el staff de la Universidad de Alabama cree que Dylan tiene la posibilidad de ser el mejor jugador del país en la clase del 2017 (cuando egresará de bachillerato), y ellos estaban listos para ofrecerle una beca. Fue ahí cuando los fuegos artificiales empezaron a detonar en nuestras mentes”, detalló Edward.
El padre del talento añadió que no están poniendo presión alguna sobre su hijo entorno al proceso de reclutamiento, lo que si destacó como algo provechoso es el hecho de que Dylan esté pasando por esto mucho más rápido que la mayoría, situación consideró le ayudará a madurar un poco más rápido.
Sin embargo este no es el primer caso de un jugador que llama la atención desde esta edad. Fue en 2003 cuando la universidad de Wake Forest sorprendió a Estados Unidos por acercarse a Chris Leak, mariscal de campo que destacaba en la preparatoria Independence de Charlotte, quien a la postre optó por jugar con la Universidad de Florida.
La carrera colegial de Leak fue un éxito coronado por el triunfo de Gators en la final del tazón BCS de 2007, pero en la NFL apenas jugó en un choque de pretemporada con Bears de Chicago. Ahora, en su plenitud física (con 27 años), no tiene trabajo ni en el futbol americano de arena, donde probó suerte los últimos dos años de su vida.