Ana Mercedes Saiz Valenzuela, coordinadora de Vidas desplazadas, habló con SinEmbargo sobre este trabajo que reúne distintas visiones respecto a la situación migratoria, una obra que se presenta como un mosaico que ayuda a esclarecer esta dinámica.
Ciudad de México, 28 de enero (SinEmbargo).– “Las políticas migratorias se basan siempre en el miedo, en la discriminación, en la falta de información objetiva”, planteó en entrevista Ana Mercedes Saiz Valenzuela, coordinadora de Vidas desplazadas (Debate), un texto que recopila 11 ensayos en los que se analizan las diversas causas, históricas y sociales, de la migración.
Saiz Valenzuela expuso en entrevista con SinEmbargo cómo esta publicación busca construir un panorama completo sobre esta situación: ”hay artículos especializados sobre niñez, sobre mujeres, de migración venezolana, en particular, hay de frontera norte, de frontera sur, entonces, creo que las personas que se interesen en el tema van a poder encontrar una panorámica que les va a permitir abordar el tema en su complejidad y no solamente fragmentado”.
“Para quien se quiera dar la oportunidad de profundizar un poco más en el tema, esta es una publicación que le puede resultar de mucha utilidad, en donde vamos a poder leer autores y autoras que llevan más de 20 años estudiando el tema, dedicándose a esto y que sus libros en general son libros académicos, y en esta publicación hay un trabajo para que cualquier persona interesada, sea un periodista, un estudiante de preparatoria, un estudiante de sociología pueda aproximarse a un tema que implica estudios de demografía, de mercados laborales; es una amalgama muy interesante de artículos”, expresó.
De esta manera, los artículos que integran el libro sirven como una radiografía de las fallas y oportunidades que tiene nuestro sistema de gestión de los movimientos de población y que impactan en los aspectos más cotidianos y básicos de la vida de las personas migrantes y refugiadas.
Ana Mercedes Saiz Valenzuela apuntó cómo la migración es una situación que tendemos a ignorar, pese a que es una parte de la naturaleza humana. “Basta ver las historias de cada una de nuestras familias y están llenas de migración, es extraño que una familia viva en el mismo lugar donde vivieron sus abuelos, sus tíos, sus bisabuelos y demás. Las personas se van moviendo, para buscar oportunidades diferentes, a veces por amor, a veces por trabajo, hay una diversidad de razones y, detrás de todas y cada uno de nosotros, podemos encontrar esas historias”.
La coordinadora de este trabajo coincidió que en los últimos años ha prevalecido el enfoque punitivista o de Seguridad Nacional, sobre todo, dijo, a partir de los atentados del 11 de septiembre que dieron pauta para ver al extranjero como un enemigo, alguien de quien desconfiar.
“Es fácil echarles la culpa o meter en ese cajón la problemática cuando lo que tendríamos que preocuparnos es por proteger a estas personas que simplemente por el hecho de no tener documentos se vuelven tan expuestas a extorsiones, a secuestros a necesidad u obligación de tenerse que esconder por una falta de documentos es la que los expone grandemente. Entonces, si de alguna manera podemos vincular la seguridad nacional, digamos, a estos movimientos migratorios, es porque yo creo que son las personas más expuestas o más vulnerables ante este tipo de inseguridades”, criticó.
En el caso mexicano, señaló que es muy fácil perpetuar este enfoque o implementar polícticas desde el miedo y la discriminación sin hacer un análisis integral, por ejemplo, de la demografía o del mercado laboral. “O sea, veamos nuestro famoso bono demográfico mexicano ya se acabó, la gente joven es la que está llegando de Centroamérica y ellos son mucho más menores en edad y también son personas que tienen necesidad de trabajar, de tener una vida y más allá de la gran política, la gente le importa, su familia, poder tener un modo honesto de vivir, poder vivir en paz y eso es lo que estamos viendo en esta sociedad”.
En ese sentido, mencionó que si se les da un documento migratorio, se les da la oportunidad de que se asienten, o si se les permite acudir a la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (COMAR) a pedir asilo, se les abriría la puerta a más oportunidades.
“Hemos tenido una incapacidad de poder atender en su diversidad a las personas van llegando y de manera diferenciada y estamos sobrecargando a una institución como la COMAR que tiene fines, recursos, como muy focalizados, cuando deberíamos de estar abriendo vías regulares para la migración por unificación familiar, por ofertas de trabajo, por razones humanitarias y podríamos tener una integración mucho más sencilla”, aclaró.
Vidas desplazadas será presentado el próximo 7 de febrero, a las 7 de la noche, en la Librería Gandhi de Miguel Ángel de Quevedo en la Ciudad de México.
