Muchas familias del municipio de Zitlala salieron huyendo de la violencia en su pueblo controlado por civiles armados vinculados con el grupo delincuencial Los Ardillos, desde el pasado 5 de diciembre, y que públicamente ha sido señalado como el responsable de varios asesinatos y desapariciones en esa zona. Los desplazadas declararon que no hay condiciones para que regresen a sus hogares, como les propuso funcionarios estatales.
En tanto, ayer, también en la sierra de Guerrero, en el municipio de Chilapa, policías comunitarios se enfrentaron contra integrantes del grupo delictivo Los Ardillos en un camino de El Paraíso de Tepila, Chilapa, con un saldo preliminar de 10 muertos de la banda criminal y varios policías comunitarios heridos. Luego del enfrentamiento que, Roberto Álvarez Heredia informó que helicópteros, soldados y policías estatales vigilan la zona para disuadir nuevos hechos de violencia y proteger a la población.
–Con información de Zacarías Cervantes, de El Sur
Chilpancingo, Guerrero, 28 de enero (El Sur/SinEmbargo).- Desplazados de Tlaltepanapa, municipio de Zitlala, exigieron ayer su reubicación dentro del municipio de Copalillo, donde ahora se encuentran, y reiteraron que no van a regresar a su pueblo como les propuso el Gobierno estatal, porque dijeron estar seguros de que volverían sólo para que los mate o los desaparezca el grupo armado que los mantuvo sometidos durante los últimos cinco años.
Los 62 desplazados, entre ellos 32 niños en edad escolar, salieron de Tlaltempanapa el 3 de diciembre, y durante dos noches y tres días caminaron por cerros y barrancas, hasta que el 5 de diciembre llegaron a Copalillo, en donde se encuentran refugiados en una cancha techada.
En conferencia de prensa, ayer, en las instalaciones de la Red Guerrerense de Organismos Civiles de Derechos Humanos (Rerdgro), integrantes de una comisión de las familias desplazadas declararon que no hay condiciones para que regresen a Tlaltempanapa, como les propuso el secretario y el subsecretario de Gobierno Florencio Salazar Adame y Martín Maldonado del Moral, el 8 y el 17 de enero pasado.
Las familias salieron huyendo de la violencia en su pueblo controlado por civiles armados vinculados con el grupo delincuencial Los Ardillos, y que públicamente ha sido señalado como el responsable de varios asesinatos y desapariciones en esa zona.
Uno de los integrantes de la comisión, Víctor Ojeda Hernández, recordó que el 3 de diciembre salieron de su pueblo después de que los hombres armados entraron a las casas de su padre Pedro Ojeda y de su hermano Javier Ojeda Hernández, así como de su tío Victoriano Hernández Tomatzin, “los sacaron a fuerzas, después los golpearon, los ataron de pies y manos y se los llevaron, todavía no sabemos si están vivos o muertos. Siguen desaparecidos”, denunció.
Aun cuando esos civiles armados que mantienen retenes en la entrada y salida de Tlaltempanapa siguen ocasionando violencia y controlando ese pueblo, el Gobierno estatal, por medio de la Secretaría de Gobierno, les propuso a los desplazados el regreso a su comunidad.
Ayer, en la conferencia de prensa, la comisión de desplazados informó que en los últimos cinco años, cuando la mayoría de los pobladores comenzaron a sufrir violencia, represión y robos de parte del grupo armado, han venido abandonando la localidad y que de mil 800 habitantes, aproximadamente, actualmente sólo se quedaron unos 30, la pura gente que porta armas y que controla la zona.
Los integrantes de la comisión informaron que no regresarán a su pueblo hasta que las autoridades detengan a los miembros del grupo armado, y presenten a los tres desaparecidos el 3 de diciembre pasado.
Los desplazados denunciaron omisión a las autoridades de los tres órdenes de gobierno. Los desplazados no creen que las autoridades les den seguridad permanentemente si regresan a Tlaltempanapa:
“El gobierno nomás quiere que nos vayamos, pero no va a estar el Ejército o la policía todo el tiempo con nosotros. No creo que nos vaya a cuidar cuando vayamos a cortar leña o palma con la que tejemos nuestras cintas, o que nos cuide toda la noche en nuestras casas. Bien sabemos que si regresamos nos van a matar, no vamos a tardar más de tres o cuatro días”, dijo otro de los afectados.
EL ATAQUE EN CHILAPA
Ayer, policías comunitarios de la Coordinadora Regional de Autoridades Comunitarias de los Pueblos Fundadores (CRAC-PF) se enfrentaron contra integrantes del grupo delictivo Los Ardillos en un camino de El Paraíso de Tepila, Chilapa, con un saldo preliminar de 10 muertos de la banda criminal y varios policías comunitarios heridos.
El enfrentamiento comenzó a las 2:45 de la tarde de ayer, cuando unos 180 integrantes de Los Ardillos intentaron entrar a las comunidades de Rincón de Chautla y Zacapexco, pero fueron repelidos por unos 600 comunitarios, de acuerdo con el relato de Jesús Plácido, coordinador de la CRAC-PF.
El enfrentamiento se amplió a los cerros cercanos en donde quedaron regados varios cuerpos y personas heridas, según describió Jesús Plácido, quien informó que el intercambio de metralla duró más de hora y media hasta que menguaron la fuerza de Los Ardillos, que terminaron por replegarse.
En la noche el vocero de la Coordinación Estatal para la Construcción de la Paz, Roberto Álvarez confirmó la muerte de 10 personas y dos heridos, pero dijo que el enfrentamiento ocurrió entre dos grupos de policías comunitarios.
VIGILAN LA ZONA
Luego del enfrentamiento, Roberto Álvarez Heredia informó que helicópteros, soldados y policías estatales vigilan la zona para disuadir nuevos hechos de violencia y proteger a la población.
En un comunicado se informó que se enviaron helicópteros de la Secretaría de la Defensa Nacional y la Secretaría de Seguridad Pública estatal para recorrer la zona mientras que vía terrestre soldados y policías realizan patrullajes.
Agregó que agentes ministeriales “verifican la probable existencia de nuevos hechos de violencia y realizan trabajos de investigación en la zona”, y que los heridos son atendidos en hospitales del sector salud.
PIDEN RETIRAR A COMUNITARIOS
Otro grupo de desplazados por la violencia de comunidades de Leonardo Bravo (Chichihualco), refugiados en el auditorio de la cabecera municipal, insistieron en su petición al Presidente Andrés Manuel López Obrador para que las fuerzas armadas retiren a los llamados policías comunitarios que tienen tomado Filo de Caballos, para que puedan regresar a sus casas de las que huyeron desde noviembre pasado.
El sábado entregaron un escrito a quien fungió como comisionado para el proceso de pacificación en los estados de Guerrero, Morelos y Oaxaca, Álvaro Urreta Fernández, para que lo haga llegar a López Obrador y al subsecretario de Gobernación, Alejandro Encinas.
En el documento piden el repliegue de la gente armada que irrumpió el 11 de noviembre en Filo de Caballos y que de allí se amplió a otros 8 pueblos.
Demandan liberar el corredor que va desde Casa Verde hasta Corralitos, y que se instale un perímetro de seguridad en los límites de los municipios de Leonardo Bravo y Heliodoro Castillo (Tlacotepec).
El director del Centro Regional de Derechos Humanos José María Morelos y Pavón, Manuel Olivares Hernández declaró que las autoridades han dejado de lado la solución de fondo del problema de los desplazados de Chichihualco.
Denunció que las autoridades de los gobiernos estatal y federal “solamente hacen declaraciones mediáticas como para aparentar que se está resolviendo el problema, pero no realizan acciones concretas para resolverlo”.
Dijo que, por ejemplo, el secretario de Gobierno Florencio Salazar Adame se comprometió a que habría condiciones para que los desplazados pudieran regresar a sus comunidades, pero los desplazados están viendo que todavía no hay las condiciones porque la gente armada que los desplazó sigue en sus pueblos, y ya han pasado dos semanas.
Recordó que el secretario les dijo en una reunión que su retorno a sus comunidades se analizaría en una reunión de la Coordinación Estatal para la Construcción de la Paz, que los acuerdos no sé harían públicos pero que iban a tratar de armar una estrategia de pacificación para que pudieran regresar a más tardar en una semana a sus pueblos.
Sin embargo, han pasado ya dos semanas y todavía no se sabe cuándo habrá las condiciones para que regresen.