El blanqueamiento dental se basa en el uso principalmente de dos sustancias: peróxido de hidrógeno, es decir agua oxigenada, y peróxido de carbamina. Ambas sustancias, aplicadas al diente, penetran a través de la superficie porosa del esmalte y oxidan las manchas, dejando el diente, en principio, blanqueado.
Por Jordi Sabaté
Madrid/Ciudad de México, 28 de enero (ElDiario.es/SinEmbargo).– “Soy lo que podríamos llamar una ‘niña de la tetraciclina‘ y estoy pensando en hacerme un tratamiento blanqueador de los dientes para disimular las manchas que me dejó este antibiótico de pequeña, además por supuesto de otras causadas por el café o el vino. El caso es que como no es barato, he pensado en usar uno de estos que venden en farmacias, pero no sé si realmente es útil o incluso peligroso. ¿Podrías informarme?”, pregunta Lola a ElDiario.es.
¿QUÉ ES UNA NIÑA DE TETRACICLINA?
Cuando Lola dice que es “una niña de la tetraciclina”, se refiere al uso en los años sesenta y setenta de este antibiótico en niños menores de diez años. Más allá de su probada eficacia, el problema que tuvo dicho uso fue que decoloraban los dientes de una forma permanente, dejando u tono gris parduzco muchas veces en bandas horizontales que daban un aspecto estético poco agraciado.
Se conoce, pues, como “niños de la tetracilina” a aquellas personas que hoy están entre los cuarenta y los sesenta años y que muestran estas bandas oscurecidas en su dentadura, sobre todo la frontal. Tal vez por la creciente presión sobre la estética en nuestra sociedad, y en especial en las sonrisas, que deben ser inmaculadas, teniendo ello incidencia en el ámbito profesional e incluso en el personal, muchas de estas personas sueñan con hacer desaparecer los efectos de las tetracilinas.
Incluso se ha descrito un síndrome obsesivo relacionado con la blancura de los dientes y que se ha dado en llamar blancorexia, y que sería la obsesión por tener los dientes de un blanco inmaculado que nos llevaría a aplicarnos todo tipo de tratamientos de blanqueamiento. De hecho, tanto los realizados en clínicas odontológicas como en centros de estética e incluso los comprados directamente en farmacia, y aplicables sin prescripción médica, están experimentando un auge. Precisamente sobre estos últimos nos pregunta Lola.
¿EN QUÉ CONSISTE EL BLANQUIMIENTO DENTAL?
Óscar Castro, presidente del Consejo General de Dentistas de España, explica que el blanqueamiento dental se basa en el uso principalmente de dos sustancias: peróxido de hidrógeno, es decir agua oxigenada, y peróxido de carbamina. Ambas sustancias, aplicadas al diente, penetran a través de la superficie porosa del esmalte y oxidan las manchas, dejando el diente, en principio, blanqueado.
Los tratamientos se hacen en la propia clínica dental o bien el odontólogo prepara unas fundas bucales con un gel con el compuesto, que el paciente debe aplicarse según las indicaciones y siempre con visitas periódicas a la consulta para observar la evolución. Sin embargo, Castro avisa de que se trata de sustancias muy abrasivas, que aplicadas mal o con desconocimiento pueden quemar las encías y aumentar la sensibilidad del diente.
Destaca además que dichos tratamientos no se pueden aplicar a pacientes que padecen enfermedades periodontales, por lo que es imprescindible un examen médico previo a toda aplicación de cualquier tratamiento blanqueador, lo que según él descarta todo aquel que no se lleve a término en una clínica dental y por profesionales. Advierte en especial contra los tratamientos llevados a cabo en centros de estética y gimnasios.
KITS DOMÉSTICOS, MUY POCO EFECTIVOS
A este mismo respecto, Miguel López Andrade, vocal del mismo organismo, apostilla que es fundamental controlar la cantidad de estos compuestos que llevan las fundas o los tratamientos que se apliquen. De hecho, dichas cantidades están reguladas por ley y según la legislación:
1. Una concentración igual o menor a 0.1 pro ciento de peróxido de hidrógeno presente en los distintos productos bucales de venta directa al consumidor se considera segura.
2. Una concentración entre el 0.1 y el 6 por ciento y superiores al 6 por ciento de peróxido de hidrógeno es segura siempre y cuando se realice un examen clínico previo que garantice que no haya riesgos ni patologías bucales; que la venta quede restringida exclusivamente a los dentistas y bajo su supervisión directa; y que no se utilice en menores de 18 años.
Ambos profesionales aseguran que al incluir dosis muy bajas de peróxido de hidrógeno, los kits blanqueadores caseros son completamente ineficaces. Incluso insinúan que algunos de estos productos podrían estar haciendo publicidad engañosa al prometer hasta ocho tonos de blanco.
Basta con leer las opiniones que se dan en distintos foros de los productos caseros para percibir que cierto grado de decepción es mayoritario entre los que los han probado. Respecto a los efectos de la tetraciclina, los profesionales insisten en que ningún tratamiento de blanqueamiento hace milagros y los efectos deberán establecerse a partir del color inicial del diente.
Además advierten no se puede abusar del tratamiento porque es muy agresivo. Por otro lado, en el caso de manchas por café, vino o tabaco, entre otras sustancias, se avisa de que los efectos del tratamiento durarán entre uno y tres años en función de qué tipo de higiene tengamos, y por tanto a la larga deberemos de volver.
Finalmente, la página de uno de estos kits domésticos de venta en farmacias explica que excluyen en su tratamiento el peróxido de hidrógeno y en cambio utilizan otras moléculas que crean una película de cristal de calcio que producen el efecto óptico de blanqueamiento, de modo que no dañan ni las encías ni el esmalte. No obstante, un vistazo a las opiniones sobre el producto en Amazon revelan niveles de satisfacción desiguales.