El bebé de Rosa Reyes nació el 20 de enero en el nosocomio, a cargo del gobierno del estado, fue trasladado a Cuetzalan al siguiente día porque en Huehuetla no tenían ni los médicos ni la infraestructura para atenderla, cuatro días después el bebé murió.
Por Karen Meza*
Ciudad de México, 28 de enero (SinEmbargo/PeriódicoCentral).- Rosa Reyes salió el 20 de enero de su vivienda en Chipahuatlán, localidad del municipio indígena de Olintla, Puebla para alumbrar a su cuarto hijo, quien murió a menos de una semana de su nacimiento por la negligencia médica que recibió en el Hospital Integral de Huehuetla.
El ama de casa tenía 40 semanas de embarazo, fecha exacta para tener el parto. Llegó a la clínica que se encuentra en la Sierra Norte de Puebla —que está a cargo del gobierno del estado— y los médicos le hicieron esperar horas para atenderla. Pasadas la tres de la tarde, fue ingresada al área de cirugías, pero no podía dar a luz.
La mujer indígena pidió que le hicieran una cesárea, pero los médicos la regañaron y le explicaron que en ese hospital no había doctores especializados para el procedimiento quirúrgico.
Rosa tuvo por varios galenos una exploración vaginal pero no lograba la dilatación necesaria para tener el parto. Los especialistas le pusieron sus piernas sobre su cabeza mientras otros se colocaron “encima de ella” para extraer al bebé.
Los doctores me pusieron las piernas en mi cabeza para que yo no me moviera y otros estaban encima de mí para que saliera el bebé; tardó para que naciera (…) el bebé estaba rojito, con su carita hinchada. Yo digo que porque se hizo el tacto a cada rato”.
Ante su petición de una cesárea dijo que los médicos le respondieron que no tenían especialistas y que si esa era su petición inicial, se hubiera trasladado al hospital público de Ixtepec.
“Yo les dije que me pasaran a la cesárea, que me llevaran a Ixtepec a la cesárea pero me dijeron que porque no fui desde un inició para allá. Hasta me regañaron”.
El bebé nació con problemas para respirar y fue ingresado a su análisis. El 21 de enero, decidieron trasladarlo al hospital de Cuetzalan.
MURIÓ DE ASFIXIA
A la 1 de la tarde del sábado 21 de enero el bebé de Rosa llegó en una ambulancia al Hospital de Cuetzalan. Los médicos nunca dieron un reporte médico claro, declaró la mujer en entrevista con diario Contrastes Puebla.
Me vine a Cuetzalan porque a mi bebé lo trasladaron para acá. Lo trajeron porque me dijeron que le faltaba oxígeno; por qué no nació tiempo”.
El bebé murió el 25 de enero y los padres aún no tienen el diagnóstico de la muerte.
El esposo, Macario Vázquez Espinosa, pidió al Gobierno del estado mejorar los servicios de salud para que otros casos no se repitan.
Yo digo que atiendan bien los doctores. Lo que no está pasando no es justo, no se lo deseamos a ninguna persona”, coincidió la pareja.
Macario Vázquez dijo que él también solicitó a los médicos que trasladarán a otro hospital pero que se lo negaron.
No nos han dicho la muerte, unos dicen que de asfixia porque no podía nacer”.
EL CALVARIO DE ROSA
Para llegar al hospital, Rosa tuvo que viajar 50 minutos de su localidad a Huehuetla y de ese punto más de dos horas al hospital de Cuetzalan, donde perdió a su hijo.
*REPRODUCIDO EN SINEMBARGO CON AUTORIZACIÓN EXPRESA DE LA AUTORA Y DE PERIÓDICO CENTRAL DE PUEBLA