Bitácora de un debutante. Día 4…

27/06/2012 - 12:00 am


Estoy leyendo en variedad de medios electrónicos e impresos los mayúsculos esfuerzos de compra y coacción de voto por parte del PRI. Ha habido similares denuncias de este tipo de prácticas por parte de otros partidos en estas elecciones y en anteriores, de ser cierta la información –que creo que sí lo es– la cantidad de recursos humanos y económicos dedicados por parte del PRI en este cierre de campaña son verdaderamente aterradores; miles de personas, cientos de millones de pesos. Todo esto es ilegal y las pruebas y testimonios abundan, pero algo me dice que el IFE no va a hacer nada al respecto, quizá impondrá alguna sanción a posteriori al PRI, pero apostaría a que la candidatura de EPN se mantendrá intacta  y posiblemente alcanzará el triunfo el próximo domingo utilizando este tipo de prácticas y otras similares.

Según información de Proceso y SinEmbargo.mx, el documento “Somos 10” de la campaña priísta explica de esta manera la dinámica del proceso de captación de electores:

“Se opera por medio de un coordinador distrital quien a su vez designa a un coordinador en cada uno de los municipios que integran el distrito, quien nombra a un coordinador por sección electoral encargado de definir a un determinado número de subcoordinadores seccionales que se define en función de las colonias o localidades que la integren; cada uno de estos busca a 10 operadores que se comprometen, cada uno, a llevar a votar a favor del PRI a 10 personas el día de la elección”. Ni siquiera una colonia de hormigas se organiza tan bien como el PRI. “Se necesita un coordinador distrital, 17 municipales, 203 seccionales, 831 subcoordinadores seccionales y 8 mil 310 operativos encargados de obtener los 83 mil 100 votos para Peña Nieto”. Son prácticas ilegales pero, sobre todo, son efectivas y consiguen votos.

El tema es que EPN ha sido el candidato de facto del PRI desde hace seis años. ¡Los estudiantes lo descubrieron y se inconformaron por ello 50 días antes de las elecciones! En todo este largo periodo, Enrique Peña Nieto ha contado con presencia de medios y cobertura favorable y privilegiada, particularmente en Televisa, o sea que todo este lapso ha ido penetrando y permeando en la conciencia e inconsciencia colectiva. Su partido lleva 12 años reforzándose y rearmándose para recobrar la Presidencia de la República, estoy hablando nuevamente de decenas de miles de individuos con cientos de millones de pesos en un esfuerzo consistente y continuado, convenciendo, captando y comprando los votos casi uno a uno y casa por casa.

La otra cara de la moneda es un grupo estudiantil hipersegmentado que organiza marchas cada 15 días, un debate por Internet y que cuenta con un grupo de fans que saturan las redes sociales con tweets y mensajes de rechazo a la imposición de EPN y con el propósito metafísico de “despertar las conciencias”.

Foto: Cuartoscuro

Mientras el #YoSoy132 avanza por Reforma ostentando pancartas, los “mapaches” del PRI van por todo el territorio nacional comprando a cambio de despensas, material de obra o dinero los votos uno por uno.

Yo entiendo a que nadie le gustará escucharlo, pero el esfuerzo del PRI parece un tanque blindado que avanza a toda marcha al que se intenta detener con escupitajos; escupitajos digitales. Se me ocurre también decir que es como aventar piedras al agua esperando hundir a un acorazado.

Regresemos a que todas las prácticas del PRI son ilegales pero efectivas –llamémosla realpolitik electoral–, y que “abrir los ojos” y “despertar las conciencias” es poesía y metafísica. Creo que el #YoSoy132 debiera enfocar sus esfuerzos a que se declarara ilegal la candidatura de EPN si es que quiere evitar su triunfo. Y si se descubre que los otros partidos también han comprado aunque sea un solo voto, ¿nos quedamos sin candidatos?

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