La Guarda Nacional texana ha instalado vallas de alambre a lo largo de su lado de la línea fronteriza para evitar el cruce masivo de migrantes que intentan llegar a los Estados Unidos.
Madrid, 27 Dic. (EUROPA PRESS).- El Gobierno de Texas ha reforzado la seguridad de la frontera entre Ciudad Juárez y El Paso para evitar la entrada de migrantes en medio de la controversia por la política migratoria en Estados Unidos.
Dotaciones de la Guardia Nacional de Texas han ampliado la valla de alambre instalada en la línea fronteriza junto a la orilla de río Bravo, donde cada día cientos de migrantes tratan de entrar a Estados Unidos. Además, ha aumentado la presencia de agentes armados y vehículos en el puesto de vigilancia.
No obstante, según recoge el medio citado, los migrantes continúan llegando por ese tramo a Estados Unidos, donde la Patrulla Fronteriza los admite para realizar el ingreso de forma ordenada y transferirlos a los centros de detención del país.
Grateful for the Texas National Guard, serving our state and country on the border on Christmas day.
Their courage and commitment is unyielding. https://t.co/3Pg4j0C2j8
— Greg Abbott (@GregAbbott_TX) December 26, 2022
Esta situación se produce en mitad de la polémica por el paso e migrantes de Estados Unidos a la espera del fin de la norma de salud pública, conocida como Título 42, medida que el Gobierno ha usado como justificación para permitir la expulsión de migrantes de forma inmediata desde su puesta en vigor en marzo de 2020 por el expresidente Donald Trump.
Por su parte, la Casa Blanca acusaba también este domingo al Gobernador de Texas, Greg Abbott, de poner en peligro la vida de los migrantes, después de que llegaran varios buses fletados a la puerta de la residencia oficial de la vicepresidenta estadounidense, Kamala Harris, y que habrían sido enviados supuestamente por Abbot.
“El Gobernador Abbott ha abandonado a niños en el arcén de la carretera a temperaturas bajo cero en Nochebuena sin coordinarse con ninguna autoridad federal o local”, ha criticado un portavoz de la Casa Blanca, Abdulá Hasan, según ha recogido la cadena CNN.