Posterior al impacto económico de la COVID-19, que aumentó la desigualdad en América Latina, este año gran parte de los votantes de la región se volcó hacia la izquierda, encabezada por gobernadores que buscan un proyecto de integración que se ha visto empañado por la crisis política en el Perú.
Ciudad de México, 27 de diciembre (SinEmbargo).– En este 2022 las izquierdas terminaron de expandirse en las principales economías de América Latina con poblaciones indignadas por las gestiones de la derecha durante la pandemia y sus crisis derivadas, principalmente la inflación y más desigualdad.
Sin embargo, el anhelado proyecto de integración de la región enfrenta una crisis política en Perú, en la cual el expresidente Pedro Castillo fue destituido y encarcelado por intentar disolver el Congreso, una situación que ha dado pauta a una serie de protestas en las calles en las que han perdido la vida más de una veintena de personas.
El Gobierno del Presidente Andrés Manuel López Obrador ha condenado enérgicamente la destitución de Castillo y ha recibido a su familia en México por el tradicional papel de dar asilo político, al mismo tiempo que el gobierno peruano acusó “injerencia” en su política interna y declaró persona no grata al Embajador de México, Pablo Monroy Conesa.
No sólo es México el que ha respaldado a Castillo, los gobiernos de Colombia, Argentina y Bolivia también cerraron filas a su favor, una situación que derivó en que Perú llamara a consultas a los embajadores de las cuatro naciones. En un comunicado conjunto los cuatro gobiernos expresaron una “profunda preocupación” por la remoción y detención de Castillo, a quien aún reconocen como Presidente de Perú, y solicitaron que le sean respetados los derechos humanos y garantizada la protección judicial.
La situación ha opacado el actual viraje de la región hacia la izquierda después de la ola que surgió a principios de la década de los 2000 con Hugo Chávez en Venezuela, Evo Morales en Bolivia, José Mujica en Uruguay o Lula da Silva en Brasil. En esta nueva etapa los cinco bastiones de la región, Brasil, México, Argentina, Chile y Colombia (junto con Bolivia, Honduras y hasta hace unos días Perú), están bajo administraciones de izquierda que prometen disminuir la desigualdad, defender la democracia y erradicar la corrupción.
En contraste, en los últimos años los votantes de El Salvador, Guatemala, Costa Rica, Puerto Rico, Paraguay, Uruguay y Ecuador optaron por la derecha.
“La respuesta de los gobiernos mientras estuvo la pandemia y el impacto económico que tuvo avivó las protestas que se venían llevando a cabo previo al confinamiento mundial; la pandemia reflejó que se generó un retroceso con la derecha”, dijo Claudia Serrano Solares, internacionalista especializada en estudios lationamericanos de la UNAM.
El informe “Panorama Social 2022” de la Cepal proyecta que 201 millones de personas (32.1 por ciento de la población de la región) viven en situación de pobreza, aún por encima de los niveles prepandemia debido a la desaceleración del crecimiento económico (se prevé 1.4 por ciento en 2023), la desocupación y la alta inflación.
RETOS PARA INTEGRACIÓN PROGESISTA
Este año, el Presidente Andrés Manuel López Obrador ha volteado a ver hacia el exterior con la intención de impulsar junto con sus homólogos, el argentino Alberto Fernández, el chileno Gabriel Boric y el colombiano Gustavo Petro, un proyecto de integración progresista en América Latina, sumamente golpeada por la COVID-19, la crisis climática y con los ultraconservadores en resistencia.
En una misiva, el mandatario argentino propuso al Presidente López Obrador “encaminar” la política de la región en una mejor calidad democrática y una más justa distribución del ingreso. En una una conferencia matutina a inicios de año le respondió:
“Así como existe la Unión Europea, así debe de integrarse todo el continente americano. Se requiere apoyar a Centroamérica de manera conjunta y la integración de todo el continente americano, porque significa una región con muchas potencialidades; es la región más importante del mundo. Así como Alberto habla del continente con más desigualdad, así también, sin duda, es el continente con más potencial económico y comercial. Son muchísimos los recursos naturales del continente americano”.
A lo largo de este año, López Obrador reiteró sus señalamientos contra los sectores que considera conservadores. A la par, hizo una gira por Centroamérica y Cuba, rechazó acudir a la Cumbre de las Américas porque Joe Biden no invitó a Nicaragua, Cuba y Venezuela, y este diciembre viajaría a Perú para participar en la Alianza del Pacífico.
Aunque la crisis política del país andino frenó el viaje, el mandatario ofreció asilo político al expresidente Pedro Castillo a quien –a diferencia de parte de la prensa peruana y su exgabinete– calificó como víctima de un ambiente de “confrontación y hostilidad” por parte de las élites políticas y económicas.
El Presidente López Obrador también recibió en Palacio Nacional a los presidentes de Chile y Colombia, y su esposa Beatriz Gutiérrez viajó a Chile y Argentina. Además, para celebrar su cuarto año de Gobierno, encabezó una histórica marcha a lado de más de un millón de personas que recordó a las realizadas por Lula da Silva y que eclipsó la convocada por la derecha días antes.
IZQUIERDA PLURAL
Sin embargo, se trata de una izquierda muy plural. Por un lado, está la izquierda bolivariana con Cuba, Nicaragua y Venezuela, a quienes la derecha regional tilda de dictadores. Por otro lado, se observa una izquierda moderada con Petro en Colombia, Boric en Chile y López Obrador en México. La de Alberto Fernández en Argentina no termina de coincidir con la de su predecesora, la Vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner, quien sufrió un atentado a mediados de año y este mes fue condenada a seis años de prisión por administración fraudulenta.
“No todos los gobiernos están profundizando desde las mismas lógicas. El principal desafío que tiene Boric en Chile es consolidar la nueva Constitución con una negociación continúa; en el caso mexicano vemos un proyecto de nación que va en curso, pero gran parte de los megaproyectos no han concluido para evaluar su alcance y con el tema de migración se ha friccionado la relación que tenemos con Estados Unidos; y en el caso de Venezuela lo vemos en una desastibilización constante por el bloqueo económico”, planteó la internacionalista Claudia Serrano.
Frente al resurgimiento de la ola de izquierdas, los movimientos de ultraconservadores han reaccionado. En noviembre, se llevó a cabo por primera vez en México la Conferencia Política de Acción Conservadora (CPAC), donde participaron políticos de Estados Unidos, España, Argentina o Perú que aspiran a expandir valores como la familia natural, la vida desde la concepción y el patriotismo, así como derrocar al “socialismo”.
Durante sus paneles se escuchó al expresidente Donald Trump, al presidente del partido ultraconservador español Vox, al Presidente de derecha de Guatemala y al aspirante a gobernar Argentina en 2024, el economista ultraconservador Javier Milei.
“Hay una posición titubeante para dar certidumbre a los resultados electorales como lo visto en Brasil. Las fake news, el golpeteo mediático vuelve a tener un papel importante”, observó Serrano.