La PGJ de la Ciudad de México tiene conocimiento que los casos por robo de perros han incrementado, en 2012 se abrieron 55 carpetas de investigación, en 2013 y 2014 fueron 60, 2015 tuvo un incrementó a 63, en 2016 fueron 74 las carpetas abiertas por robo de perros, en 2017 fueron 76 y en 2018 hasta septiembre estaban abiertas 58 carpetas de investigación
En este año las alcaldías que cuentan con más carpetas de investigación abiertas por robo de perros son: Iztapalapa con 10, Benito Juárez con 9, Xochimilco y Gustavo A. Madero. con 6 respectivamente y Cuauhtémoc con 5.
Ciudad de México, 27 de noviembre (VICE/SinEmbargo).– “Sueltan al perro y caminan en dirección contraria. ¡En chinga!”, fueron las palabras que Gabriela y su hermana escucharon antes de que les arrebataran a “Bruce”, un pug con collar —nombre, dirección y teléfono— y correa. Estaba soleado y era un día perfecto para ir al parque donde Bruce convivía con otros perros y donde Gabriela y su hermana se sentían seguras.
Todo comenzó un domingo en el que Gabriela y su hermana salieron a pasear a su perro. Iban caminando en calles cercanas al Eje Central y Circuito Interior, muy cerca de Metro La Raza en la Ciudad de México, cuando dos jóvenes que iban en una motoneta plateada se acercaron, no dijeron nada, les apuntaron con un arma de fuego a ella y a su hermana. En su cabeza, lo primero que se cruzó fue un asalto en el que tuvieran que entregar los celulares y carteras, pero el desenlace fue distinto.
Después de que recibieron las órdenes del tipo que venía conduciendo la motoneta, el otro sujeto descendió del vehículo para cargar al perro y alejarse de ellas.
La Procuraduría General de Justicia de la Ciudad de México sabe que los casos por robo de perros han incrementado, en 2012 se abrieron 55 carpetas de investigación, en 2013 y 2014 fueron 60, 2015 tuvo un incrementó a 63, en 2016 fueron 74 las carpetas abiertas por robo de perros, en 2017 fueron 76 y en 2018 hasta septiembre estaban abiertas 58 carpetas de investigación
En este año las alcaldías que cuentan con más carpetas de investigación abiertas por robo de perros son:Iztapalapa con 10, Benito Juárez con 9, Xochimilco y Gustavo A. Madero. con 6 respectivamente y Cuauhtémoc con 5.
Gabriela acudió al MP más cercano a contar su historia y pedir ayuda para buscar a su mascota, sin embargo las autoridades no quisieron abrirle una carpeta de investigación, el caso quedó ahí para las autoridades. Gabriela pegó carteles, ofreciendo recompensa por su perro, pero este jamás apareció.
La mayoría de las mascotas que son robadas son utilizadas en criaderos ilegales para lucrar con las crías o en venta o reventa en grupos de Facebook sin certificados ni los debidos cuidados que los criaderos legales tienen, se venden entre los 2 mil hasta 5 mil pesos, algunos incluso hacen trueques del cachorro a cambio de productos como equipos celulares, laptops o videojuegos.
Algunas asociaciones que se dedican al rescate de perros comentan que “Se aprovechan de los perros que tienen más cuidados, como en cualquier secuestro, se fijan en la cantidad de tiempo que invierte el dueño en el perro, si lo saca a pasear seguido, si tiene accesorios nuevos, si lo bañan o lo protegen. Saben quienes son capaces de pagar por salvar a otro miembro de la familia”.
Una familia que logró rescatar a sus perros nos cuenta cómo fue que Hans y Frida se perdieron:
Todo empezó un fin de semana de abril, fuimos un sábado a Tepoztlán a desayunar, y Hans y Frida se quedaron a cargo del paseador de perros; a las 4 de la tarde, cuando ya nos encontrábamos de regreso en la ciudad, recibimos una llamada de qué se habían extraviado en el cerro, en el pueblo de San Bartolo Ameyalco, muy cerca del parque nacional Desierto de los Leones, que desde las 11 de la mañana fue la última vez que el paseador los había visto, ya que llegando cerca del cerro los dejaba libres, pero cuando ya era hora de regresar a casa, los llamó y no volvieron. Nosotros al enterarnos inmediatamente fuimos a buscarlos al lugar donde supuestamente los habían visto por última vez, gritando, sintiendo mucha impotencia de no ver nada y caminando sin sentido en el cerro, preguntando a la gente si los habían visto. Nadie decía nada, como a las 8 de la noche decidimos parar la búsqueda, regresamos a casa tristes por no haber obtenido un resultado, pero aún con la esperanza de encontrarlos, así que hicimos un plan de búsqueda para el domingo: hicimos un cartel para imprimirlo y pegarlo por la ruta donde habían pasado, le informamos a nuestros familiares y lo publicamos en redes sociales para que nos ayudarán a difundirlo.
Ese mismo día, por la noche, recibimos respuesta por medio de Facebook, donde amigos de amigos habían hecho una publicación acerca de dos perros que se encontraban perdidos en el cerro de San Miguel, se referían a ellos como una perrita y un perro “gordo”.
Sospechamos de la persona que los paseaba, pues él nos decía que los llevaba a pasear a un lugar, pero quién los vio en el cerro de San Miguel, nos dijo que no era la primera vez que veía al señor que los paseaba por el Desierto de los Leones, por lo que no concordaba con lo que él decía.
A las 6:30 recibimos la llamada, de un chico, quién nos dijo que había visto a los perros amarrados a un árbol, en la casa de un señor que días antes no tenía a esos perros, y que se parecían mucho a los de la pancarta que habíamos compartido; nos internamos en el bosque, llegamos a la casa del señor, y ahí estaban, Frida y Hans, atados a un árbol, en cuanto nos vieron empezaron a ladrar y chillar, y nosotros también de la emoción, cuando de pronto sale el dueño y su esposa. Nos amenazaron con una escopeta por invasión a propiedad privada, cuando ni siquiera habíamos cruzado su puerta, le mostramos la pancarta argumentando que eran nuestros perros y él se negaba a entregárnoslos, pues decía que no nos creía y que eran de él, que él se los había encontrado, y que incluso les había cambiado el nombre. A cambio de entregarlos nos pidió una fuerte cantidad de dinero —10,000 pesos mexicanos—, por lo que tuvimos que llamarle a otro familiar para que lo llevara, finalmente todo se resolvió favorablemente, los perros regresaron con nosotros a casa después de una larga búsqueda, pero creemos que hubo complicidad del pasea perros y el señor.
Muchas de las mascotas que son robadas son vistas como un gran negocio, ya que asumen que las familias pagarán dinero por tener a su mascota de vuelta, cobran las recompensas o se exige un rescate que puede ir desde los 3 mil pesos hasta los 15 mil.
Cabe destacar que las razas de perro más robadas en la CDMX son: Pomerania (con un valor de 11 mil pesos), Chihuaha y Schnauzer (entre los 3 mil pesos), Rottweiler y el Bull terrier inglés, siendo las principales colonias: Polanco, Condesa, Del Valle, Nápoles y Lindavista. Las ONG y asociaciones lo saben, cada mes reciben cerca de 40 reportes de mascotas que fueron robadas con violencia o que simplemente los robaron en sus casas, de acuerdo con organizaciones civiles, las víctimas optan por no denunciar y realizan la búsqueda por sus propios medios. “Las redes sociales hoy en día ayudan a que la información o la fotografía sea compartida más rápidamente, sin embargo esto no quiere decir que necesariamente rinda frutos y muchos de los dueños se dan por vencidos fácilmente”.
Algunas asociaciones recomiendan seguir estos pasos para prevenir:
• Uso de collar con placa y datos de la mascota
• Saber las características del perro
• Disciplina, que el perro responda a seguirnos y no se aleje mucho de nosotros, incluso con correa
• No dejarlos fuera de supermercados o tiendas
• Colocar chips de rastreo
• Si nuestra mascota fue robada y no contaba con collar o chip de rastreo podemos hacer uso de grupos en Facebook de nuestra zona o la zona donde el perro fue robado, compartir la fotografía con asociaciones que ayuden a resguardar la seguridad de las mascotas y levantar una denuncia.
Es importante promover la idea de que exista alguna ley que regule el registro de mascotas y sus dueños, donde se presenten datos del dueño y características de las mascotas, regular el mercado de criaderos legales y que cuenten con sus credenciales vigentes, además de que las autoridades tengan mayor preparación para enfrentar este tipo de denuncias.