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"Ya lo chupó el diablo"

¿Es cierta la regla de los 5 segundos si se te cae comida al suelo? Expertos explican

27/10/2024 - 8:39 am

En la cultura popular mexicana se dice que un alimento que se cayó “ya lo chupó el diablo”, pero ¿realmente tiene gérmenes ese trozo de comida? Expertos explican los mitos alrededor de la llamada “regla de los cinco segundos”. 

MADRID, 27 Oct. (EUROPA PRESS).– Si estamos comiendo un bocadillo, por ejemplo y algún trozo que accidentalmente se nos cae al suelo hay dos opciones. Si está muy manchado lo tenemos claro y optamos por no comérnoslo, y además lo hacemos sin dudas. Pero si no está muy sucio, está la opción de soplar y comérselo. ¿Realmente no tiene gérmenes ese trozo de alimento que se nos ha caído al suelo? ¿Nos puede pasar algo si nos lo comemos?

Preguntamos en una entrevista con Europa Press Infosalus por este aspecto al divulgador Pablo Palazón, que es doctor en Inmunología, así como biólogo molecular dedicado a ensayos clínicos, y autor de ‘Ciencia idiota’ (Next Door), quien nos habla de que lo mejor, y ante la duda, es siempre aplicar la llamada “regla de los 5 segundos”, aunque ésta carece de base científica, y aquí te contamos por qué.

“Se llegó a una conclusión de manera popular, porque no hay nada científico detrás, que si se nos cae algo al suelo y permanece 5 segundos aún puede comerse, no pasa nada”, apostilla Palazón.

Aspectos de comida chatarra en puesto ambulante. Foto: Cuartoscuro.

Recuerda en este punto la anécdota del conquistador mongol Gengis Kan, del siglo XIII, una época en la que reinaba la hambruna, y quien defendía que sus alimentos eran tan excepcionales que no pasaba nada si estaban una o dos horas en el suelo.

Hoy en día, según prosigue este experto, y gracias, entre otros, a los experimentos de Pasteur o de Robert Koch, sabemos que en el suelo hay microorganismos dispuestos a aprovechar el más mínimo descuido para colonizarnos, y crecer a nuestra costa, causándonos problemas, e incluso alguna enfermedad.

LA REGLA DE LOS 5 SEGUNDOS: TODO DEPENDE

“Pero la Ciencia dice que las bacterias no esperan 5 segundos a subirse a tu alimento“, advierte este biólogo molecular, y aquí precisa que no es lo mismo que se caiga un trozo de brócoli que una golosina, que igual nos esforzamos más por comérnosla si se nos cae al suelo, que si se trata de una verdura.

“La realidad es que las bacterias pueden saltar en menos de 5 segundos al alimento, pero la manera de tomar decisiones en ese momento se basa en si ha pasado más o menos tiempo, en cuánta hambre tienes, el producto del que se trate; de dónde estés, si en casa o en un bar, y de cómo estaba el suelo”, cuenta este divulgador.

Así, insiste este divulgador en que “todo depende de las propiedades del alimento” y de si éste es muy húmedo, como una pera muy madura, ya que ésta tendrá más tendencia a acumular esas bacterias, que si es un anacardo o nuez, que son más secos.

“Aunque sale como algo natural, si es algo más húmedo, como una gelatina o una pera madura, a lo mejor no te lo puedes comer. Esto lo hacemos prácticamente de manera inconsciente, y el mismo tiempo no vale para un alimento que para otro“, alerta.

Los investigadores explican los diversos mitos alrededor de los alimentos. Foto: Cuartoscuro.

¿NO SIRVE ENTONCES SOPLAR?

El caso es que muchas veces tendemos a soplar ese alimento que se ha caído al suelo si tenemos dudas de comérnoslo. Palazón explica a este respecto que “sirve de poco” el soplar, quizás sí para quitar el polvo y algunas cosas que se han podido pegar, pero indica que “el soplido no elimina las bacterias”.

Con todo ello, este experto remarca que, aunque un alimento se haya caído al suelo, aunque sea en nuestra casa, esa caída puede hacer que éste no se encuentre en las condiciones adecuadas para ser ingerido por nosotros.

Es más, avisa de que no sólo ese alimento se puede ‘estropear’ al caerse al suelo, sino que también puede llenarse de gérmenes si lo dejamos 15 minutos en la mesa y ésta al final no está lo suficientemente limpia: “El peligro es que el alimento no esté en las condiciones adecuadas, pero por dejar simplemente un trozo de alimento en la mesa durante 15 minutos puede coger más bacterias que cuando cae al suelo de casa, que está limpio”.

Dentro de todos los riesgos a evaluar, el que se te caiga un trocito de comida al suelo no pasa nada, tal y como prosigue porque, según cuenta, “el verdadero problema de esas contaminaciones con bacterias es que les dé el tiempo para multiplicarse; entonces si son 5 segundos en el suelo y te la comes, no pasa nada; pero sí son 5 segundos en el suelo, pero te la comes por la noche, ahí sí que pasa; es todo muy relativo, pero dentro de todos los riesgos que corremos en el día a día es mínimo”.

Si estamos comiendo un bocadillo, por ejemplo y algún trozo que accidentalmente se nos cae al suelo hay dos opciones. Si está muy manchado lo tenemos claro y optamos por no comérnoslo, y además lo hacemos sin dudas. Foto: Cuartoscuro.

¿QUÉ PASA ENTONCES CON LOS BEBÉS?

Aquí le cuestionamos por los bebés, que se llevan todo a la boca, o tienen las manos manchadas constantemente, y están siempre en el suelo, aprovechando que es doctor en Inmunología. A su juicio, en este caso la clave está en el tiempo, en la inmediatez, y si se les cae un poco de comida al suelo, dice que si se la comen en ese momento no pasa nada, pero si pasa tiempo tras caerse sí que podría ser peligroso porque las bacterias se pueden multiplicar y se pueden poner los bebés más enfermos.

Por otro lado, recuerda que los niños están todo el rato en el suelo y están constantemente malos en los primeros años de vida, y seguramente también tenga algo que ver con la cantidad de bacterias o de virus que se transmiten, según reconoce.

En el suelo hay bacterias, y el sistema inmune es capaz de luchar contra ellas. Pero si ingieres muchas, ya sea porque has comido algo en mal estado, o porque alguien te ha tosido, el inóculo es más grande y ahí entonces hay más tendencia a ponerse malo. En la cantidad de bacterias está la clave. Parte de la experiencia de los bebés es una forma de enseñar al sistema inmune, como una vacuna natural que le enseña que hay bacterias con las que hay que acabar”, remarca este experto.

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