Según cifras de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), en el mundo hay 2 mil millones de personas que no tienen acceso regular a cantidades suficientes de alimentos nutritivos e inocuos, mientras que 3 mil millones no pueden permitirse dietas saludables y la obesidad sigue aumentando.
Ciudad de México, 27 de octubre (SinEmbargo).- David Beasley, político estadounidense y Director Ejecutivo del Programa Mundial de Alimentos de las Naciones Unidas, aseguró que el 2 por ciento de la riqueza de millonarios como Elon Musk y Jeff Bezos podría resolver el hambre mundial.
Durante una entrevista con Becky Anderson, de la CNN, Beasley indicó que los multimillonarios deben “dar un paso al frente ahora, por única vez”. Luego se refirió específicamente a los dos hombres más ricos del mundo, Jeff Bezos y Elon Musk.
“6 mil millones de dólares para ayudar a 42 millones de personas que literalmente van a morir si no los alcanzamos. No es complicado”, dijo Beasley.
Musk, director ejecutivo de Tesla, tiene un patrimonio neto de casi 289 mil millones de dólares, según Bloomberg.
Una “tormenta perfecta” de varias crisis, como el cambio climático y la pandemia de COVID-19, significa que muchas naciones están “llamando a la puerta de la hambruna”, dijo Beasley a la CNN.
Según cifras de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), en el mundo hay 2 mil millones de personas que no tienen acceso regular a cantidades suficientes de alimentos nutritivos e inocuos, mientras que 3 mil millones no pueden permitirse dietas saludables y la obesidad sigue aumentando.
En México, 1 de cada 5 personas sufre de algún tipo de carencia de acceso a la alimentación, el equivalente a 28.6 millones de personas.
Un sistema agroalimentario es un término complejo que puede parecer lejano a tu realidad, pero cada vez que comes participas en el sistema. Los alimentos que elegimos y la forma de producirlos, prepararlos, cocinarlos y almacenarlos nos convierten en parte integral y activa del funcionamiento de un sistema agroalimentario.
Un sistema agroalimentario sostenible es aquel en el que se dispone de una variedad de alimentos suficientes, nutritivos e inocuos a un precio asequible para todos, y en el que nadie tiene hambre ni sufre ninguna otra forma de malnutrición, de acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).
Los estantes están abastecidos en el mercado local o en la tienda de alimentación, pero se desperdician menos alimentos y la cadena de suministro alimentario es más resiliente ante crisis bruscas como los fenómenos metereológicos extremos, los repuntes de precios o las pandemias, todo mientras se limita, en lugar de empeorar, la degradación medioambiental o el cambio climático, señala la FAO.
“De hecho, los sistemas agroalimentarios sostenibles proporcionan seguridad alimentaria y nutrición para todos, sin comprometer las bases económicas, sociales y medioambientales para las generaciones venideras. Conducen a una mejor producción, una mejor nutrición, un mejor medio ambiente y una vida mejor para todos”, destaca.
“Los sistemas agroalimentarios emplean a mil millones de personas en todo el mundo, más que cualquier otro sector económico. Además, nuestra forma de producir, consumir y, lamentablemente, desperdiciar alimentos le cobra un precio muy alto a nuestro planeta, ejerciendo una presión innecesaria en los recursos naturales, el medio ambiente y el clima”, señala.
Con demasiada frecuencia, la producción de alimentos degrada o destruye los hábitats naturales y contribuye a la extinción de especies. Esta ineficiencia nos está costando billones de dólares, pero, lo que es más importante de todo, los sistemas agroalimentarios actuales están exponiendo desigualdades e injusticias profundas en nuestra sociedad mundial. Unos 3 mil millones de personas no pueden permitirse dietas saludables, mientras que el sobrepeso y la obesidad continúan aumentando en todo el mundo, de acuerdo con la FAO.
La pandemia de COVID-19 ha subrayado que la necesidad de un cambio de ruta urgente. Ha hecho que sea aún más difícil para los agricultores, (que ya se confrontan con la variabilidad del clima y los fenómenos extremos) vender sus cosechas, mientras que el aumento de la pobreza empuja a un mayor número de residentes de la ciudad a utilizar los bancos de alimentos, y millones de personas necesitan ayuda alimentaria de urgencia.