Aún con todos los problemas, el Liverpool se mostró con mucha más calidad que los daneses y solo le hizo falta una triangulación para desbloquear el encuentro.
Londres, 27 oct. (EFE).- Un Liverpool espeso, con muchos suplentes y aún tocado por la ausencia de Virgil Van Dijk, logró pasar, no sin sufrimiento, el trámite del Midtjylland gracias a un gol de Diogo Jota y un penalti sobre la bocina transformado por Mohamed Salah (2-0).
Los Reds, que además perdieron por lesión a Fabinho, dan un gran paso en sus aspiraciones a liderar el Grupo D, aunque ofrecieron una más que discreta actuación el día que su entrenador decidió hacer rotaciones.
Advirtió Jürgen Klopp en la previa del partido de que no había que confiarse ante el modesto Midtjylland y de que en la Liga de Campeones cualquiera te puede ganar.
Pero lo cierto es que el alemán dio la impresión de tomarse poco en serio a los daneses dejando a sus grandes jugadores en el banquillo.
Ni Mohamed Salah ni Sadio Mané ni Roberto Firmino partieron de inicio y lo pagó un Liverpool tieso y sin peligro.
Los Reds no fueron capaces de disparar a puerta en una primera parte en la que incluso tuvieron suerte de no verse por detrás en el marcador, ya que Anders Dreyer, en un mano a mano que tuvo en el primer minuto, se lió y no fue capaz de superar a Alisson.
Takumi Minamino y Divock Origi no generaron ningún problema para la defensa danesa y la primera parte fue de las peores que se recuerdan en Anfield, si se tiene en cuenta además que el Midtjylland venía de ser goleado en su primer partido del grupo.
Klopp también sufrió un varapalo en la defensa y es que su central de urgencia ante la baja de Virgil Van Dijk, Fabinho, cayó lesionado y se tuvo que marchar a la media hora, sin dejarle más opción que la del canterano Rhys Williams.
Aún con todos los problemas, el Liverpool tenía mucha más calidad que los daneses y solo le hizo falta una triangulación para desbloquear el encuentro.
Shaqiri tiró una pared con Alexander-Arnold, le filtró la pelota en el área y el lateral inglés se la sirvió en bandeja a Diogo Jota, que apareció desmarcado para empujarla a la red.
El gol no hizo que el Liverpool jugara más tranquilo, sino que despertó al Midtjylland, que comenzó a verse suelto, tocando la pelota y con ocasiones para nivelar, sobre todo con un mano a mano en el descuento que erró Dreyer.
La suerte para el Liverpool era esa, que era el Midtjylland y no un equipo de más categoría. Con el tiempo casi cumplido, Paulinho derribó a Salah dentro del área y el egipcio sentenció el choque.
Klopp arriesgó rotando y le salió bien, porque consiguió los tres puntos, pese a dar una imagen paupérrima para un campeón de la Premier.
El Liverpool lidera con comodidad el grupo con seis puntos, dos más que el Atalanta, al que visitará la semana que viene.