El candidato del peronismo centroizquierdista no mejoró el resultado obtenido en las primarias abiertas y obligatorias del 11 de agosto, cuando fue el más votado con 47.78 por ciento de los votos. Macri en cambio, tuvo un alza de 10 puntos respecto de esos comicios, pero no le alcanzó para forzar un balotaje como esperaba el Gobierno.
BUENOS AIRES (AP) — El peronismo se encamina a regresar al poder en Argentina luego de que escrutados 82 por ciento de los votos los resultados oficiales de los comicios del domingo daban 47.53 por ciento al opositor Alberto Fernández y 41.02 por ciento al conservador Presidente Mauricio Macri.
Para ser elegido Presidente es necesario alcanzar al menos 45 por ciento de los votos o por lo menos 40 por ciento y una diferencia de diez o más puntos porcentuales respecto del segundo candidato más votado.
El ministro del Interior, Rogelio Frigerio, dijo a periodistas que la jornada electoral “transcurrió mayormente en tranquilidad y paz” al margen de “alguna irregularidad” en localidades de las afueras de Buenos Aires y otros puntos del interior del país “que la justicia electoral deberá analizar”.
Según el funcionario, más del 80 por ciento del padrón concurrió a votar, uno de los porcentajes más altos de los últimos años.
El candidato del peronismo centroizquierdista no mejoró el resultado obtenido en las primarias abiertas y obligatorias del 11 de agosto, cuando fue el más votado con 47.78 por ciento de los votos. Macri en cambio, tuvo un alza de 10 puntos respecto de esos comicios, pero no le alcanzó para forzar un balotaje como esperaba el Gobierno.
En el comando de campaña de Fernández, que funciona en un centro cultural del barrio de Palermo en la capital, reinaba un clima festivo mientras esperaban los resultados escuchando temas de rock argentino. Afuera, frente a un escenario con pantallas gigantes, se agolpaban militantes kirchneristas, algunos con bombos.
Juan José De Antonio, de 46 años, expresó su felicidad. “Estábamos esperando este cambio desde hace rato y cansados de todo lo que estaba pasando... Tenés un amigo que perdió el trabajo, o un vecino que no logra llegar a fin de mes, y te pega, aunque a vos no te pase”.
De Antonio indicó que “la gente se dio cuenta” de que Macri “era una mentira grande, y esto es la verdad, y esperamos que vaya a salir bien”.
En el complejo de exposiciones a la vera del Río de La Plata, donde el oficialismo levantó su centro de campaña, prevalecía la cautela. Salvo por una partidaria envuelta en una bandera argentina y otro con una blanca y la leyenda “Sí, se puede”, los asistentes permanecían pendientes de sus móviles mientras en los altavoces sonaba música latina.
Alberto Alonso, un empleado de un comercio de 32 años, dijo a AP mientras caminaba por el centro de la ciudad que votó por Fernández porque es la única salida “para que termine con Macri”, al que acusó de ser “una farsa y un desastre” porque propició la “fuga de capitales” y no apoya a los trabajadores.
Macri, bien visto por los mercados, Estados Unidos y otras potencias, afronta el veredicto de las urnas en medio del descontento social por sus promesas incumplidas de reducir la pobreza y la inflación y reactivar la economía.
La pobreza se incrementó en el primer semestre del año alcanzando al 35.4 por ciento de la población, el desempleo subió en el segundo trimestre al 10.6 por ciento y la inflación acumulada en los primeros nueve meses fue de 37.7 por ciento, según datos oficiales.
El resultado favorable a Fernández en las primarias profundizó una fuga de capitales y derrumbó el peso argentino por el temor de los inversores al regreso del populismo kirchnerista, lo que recalentó la inflación y agudizó la crisis social.
Aun así, la imagen de Fernández no se resintió, según las encuestas. Tampoco pareció afectarle demasiado el recelo que provoca la exmandataria, quien afronta varias investigaciones judiciales y un juicio por supuesta corrupción cometida durante su gestión.
Bernarda Nidia Guichandut y su hermano, Esteban Carlos, que llevaron a sus padres nonagenarios a votar, dijeron a AP que esperan que Fernández no consiga el apoyo suficiente y haya una segunda vuelta en noviembre.
“Recibí una cadena de WhatsApp para rezar diez Ave Marías, para llegar aunque sea al ballotage y que no se defina todo hoy. Es importante porque si volvemos a la época de Kirchner que hubo tanto robo, tanta malversación de fondos y distintas cosas”, dijo la mujer.
Sebastián Gramajo, de 39 años, que circulaba en bicicleta con unos amigos, votó por “una tercera opción”. “No estoy de acuerdo con ninguno”, dijo al criticar a Macri por haber gobernado “para demostrar que podía mejorar las cosas y no las mejoró” y cuestionar también al opositor por pertenecer a un espacio que estuvo 12 años en el poder sin tampoco lograr avances.
Macri intenta prolongar su presidencia cuatro años más en un contexto de caída de la actividad económica e inflación y Fernández aspira a reemplazarlo en el poder con el apoyo de los votantes que desean la reinstalación de políticas que mejoren el bienestar social.
En las elecciones se eligen presidente y vicepresidente, gobernadores de tres provincias, jefe de gobierno de Buenos Aires, 130 diputados nacionales, 24 senadores nacionales y alcaldes regionales.
Además compiten otros cuatro candidatos que representan espacios desde la izquierda hasta la derecha y que tienen un apoyo muy limitado.
Las elecciones en Argentina tienen lugar en un contexto regional convulsionado por el estallido social en Chile, la crisis política en Bolivia y las recientes movilizaciones en Ecuador contra el aumento del combustible. Se celebran además de forma simultánea a las de Uruguay, donde la coalición oficialista de izquierda Frente Amplio no tiene asegurada su revalidación en el poder.