“La marcha que todos vimos ayer fue una marcha multitudinaria y pacífica… todos hemos escuchado el mensaje, todos hemos cambiado”, afirmó el Presidente desde el palacio de gobierno. “He pedido a todos los ministros poner sus cargos a disposición para poder estructurar un nuevo gabinete, para enfrentar estas nuevas demandas y hacernos cargo de los nuevos tiempos”.
Santiago, Chile, 27 de octubre (AP) — Después que 1.2 millones de chilenos se manifestaron la víspera en una céntrica plaza de Santiago y de que decenas de miles más se movilizaran en ciudades del norte y el sur de Chile, el Presidente Sebastián Piñera anunció el sábado que solicitó a sus ministros “poner sus cargos a disposición” a fin de reestructurar su gabinete.
Piñera agregó que también analiza levantar los estados de emergencia que rigen en el país desde hace nueve días, en los que un estallido social (con inéditas manifestaciones de millones que piden mejoras sociales profundas) ha causado 20 muertos.
“La marcha que todos vimos ayer fue una marcha multitudinaria y pacífica… todos hemos escuchado el mensaje, todos hemos cambiado”, afirmó el Presidente desde el Palacio de Gobierno. “He pedido a todos los ministros poner sus cargos a disposición para poder estructurar un nuevo gabinete, para enfrentar estas nuevas demandas y hacernos cargo de los nuevos tiempos”.
Políticos oficialistas y de oposición, incluso algunos alcaldes de centroderecha, demandaban un cambio ministerial para tratar de restablecer la minada credibilidad del Gobierno. Algunos, como el Ministro del Interior, Andrés Chadwick, están entre los más polémicos ya que de él depende la policía que disolvió violentamente varias protestas.
“No basta sólo con un cambio de gabinete ni con los anuncios… la agenda es insuficiente”, dijo el Diputado izquierdista Gabriel Boric.
La presidenta de la conservadora Unión Demócrata Independiente, la Senadora Jacqueline van Rysselberghe, indicó que el cambio ministerial era previsible.
“Eso hace que uno pueda empezar a caminar en un rumbo para ir a la solución de los problemas” y el proceso debe ser encabezado “por nuevos rostros”, declaró.
Yolanda Jerez, empleada en un supermercado, también opinó a favor.
“Los anuncios del Presidente me parecen geniales, porque estamos esperando cambios y éstos tienen que empezar por algo”, declaró.
La jubilada Sonia Novoa, de 78 años, dijo a The Associated Press: “que se vayan todos, porque se han reído de la gente, porque ¿cómo un ministro puede decir ‘levántense temprano’ para ahorrar dinero?”.
Novoa aludió al Ministro de Economía, Juan Andrés Fontaine, quien tras el alza tarifaria del metro dijo a los usuarios que podían levantarse más temprano para aprovechar la tarifa reducida que regía entre 6:00 y 7:00 de la mañana.
A pesar de los nuevos anuncios del mandatario, miles de chilenos volvieron a reunirse en plazas de todo el país. Al atardecer, la multitud en una céntrica plaza de la capital chilena fue dispersada por la policía antimotines con chorros de agua y gas lacrimógeno al no obedecer la orden de despejar las calles.
En una enorme plaza en la zona oriente de Santiago, miles más se manifestaron en un ya acostumbrado carnaval que incluyó cacerolazos, mariguana y canciones de protesta de la época del Gobierno socialista del derrocado Presidente Salvador Allende (1970-1973).
Una boda se llevaba a cabo en una iglesia situada a un costado del parque donde se concentraban los manifestantes.
Al anochecer, los cacerolazos volvieron a escucharse por toda la ciudad, en protestas que se repitieron en ciudades del norte y sur del país.
El autónomo Instituto Nacional de Derechos Humanos señaló en su último informe que durante las vigencia del estado de sitio, hace ocho días, han sido detenidas 3 mil 162 personas, 343 de ellas menores de edad, y contabiliza 997 heridos (413 con presuntas heridas por armas de fuego).
Se espera que la próxima semana llegue una misión de la Alta Comisionada de Derechas Humanos de Naciones Unidas, la ex Presidenta chilena Michelle Bachelet, para investigar las denuncias de violaciones a los derechos básicos.
El violento estallido social, que siguió a las protestas de estudiantes contra un alza tarifaria en el sistema de transporte subterráneo, derivó en marchas nunca antes vistas en Chile (ni siquiera en los últimos años de la sangrienta dictadura militar de Augusto Pinochet (1973-1990)).
Los manifestantes exigen mejores pensiones, salarios, educación, viviendas, así como peajes y medicamentos más baratos, entre otras demandas.
A comienzos de semana el mandatario anunció una serie de proyectos que incluyen un aumento de 20 por ciento en las pensiones y de 16 por ciento en los ingresos mínimos. También contempla aplicar rebajas en medicamentos (cuyos precios en Chile son de los más elevados en la región) y reducir los altos ingresos de los parlamentarios. Un Diputado recibe, entre dieta y asignaciones, 27 mil dólares mensuales, y un senador 44 mil dólares.
Los anuncios del mandatario, a los que se sumó el del sábado de que se estudia una rebaja tarifaria en el agua y en los peajes de las autopistas y carreteras, no han logrado hasta ahora detener las masivas concentraciones.
El presidente del poderoso gremio de los empresarios, Alfonso Swett, participó en una reunión convocada por el gobierno para dialogar sobre una “metodología” para buscar una salida a la crisis, en la que también participaron dirigentes sociales de diversas barriadas de Santiago.
“Los empresarios tenemos la obligación de hacernos cargo de los cansancios, los dolores, las carencias de la ciudadanía y nosotros, con mucha humildad, con mucha convicción, vamos a ser parte de esta solución”, aseguró Swett.
Hasta el sábado, la mayor parte del país estaba bajo estado de emergencia y en toque de queda.
“Si las circunstancias lo permiten, es mi intención levantar todos los estados de emergencia” a partir de la medianoche del domingo, sostuvo Piñera. La capital chilena y ciudades del interior vivían la primera noche sin toque de queda en siete noches.