Laura Angélica Sandoval Sánchez fue asesinada la mañana del pasado 22 de febrero. Jesús “N”, el presunto responsable, fue detenido ese mismo día. Pero su robusta defensa se hace valer de todas las herramientas y argumentos para que no ser juzgado por feminicidio sino por homicidio, y con ello evitar una sentencia ejemplar, advirtió la madre de la víctima.
Ciudad de México, 27 de octubre (SinEmbargo).- Faltaban escasas dos semanas para que Laura Angélica Sandoval Sánchez diera a luz a su hija. Ya había elegido el nombre: “Lucía”. La joven de 17 años sabía que combinar la maternidad con la escuela no sería fácil, pero estaba decidida a seguir adelante; terminar su preparatoria y estudiar Derecho. Sin embargo, la mañana del pasado 22 de febrero, fue asesinada en su casa en Aguascalientes.
Jesús “N”, el padre de la bebé, fue descubierto por los vecinos cuando salía del departamento después del crimen. Al verse sorprendido tiró una chamarra llena de sangre y el arma homicida, e intentó huir.
Una aparatosa persecución entre civiles se desató esa mañana en el Fraccionamiento Mujeres Ilustres y concluyó con la captura del presunto responsable.
A más de diez meses del crimen, Sandra Sánchez Velázquez, madre de Laura, clama justicia para su hija y su nieta.
El proceso penal contra el feminicida está en curso. Sandra advirtió que la robusta defensa privada del imputado se hace valer de todas las herramientas legales y argumentos para que no sea juzgado por feminicidio, sino por homicidio, lo que significaría una pena mucho más baja.
El Ministerio Público cuenta, mientras tanto, con al menos 31 indicios que apuntan a Jesús como el responsable, sin embargo, Sandra insiste en clamar por justicia pues teme que él –con abogados privados– pueda burlarla.
“Yo quiero que el pague con lo justo, no pido más. Sé que no me va a regresar a mi hija, ni a mi nieta, que, con la reparación del daño, no me las va a regresar. Había muchos planes, tenía muchas ilusiones con la niña. Laura quería seguir estudiando, estaba muy ilusionada. Una semana antes había sido su baby shower, estaba muy emocionada con todo”, platicó la madre en entrevista con SinEmbargo.
Laura es una de las nueve mujeres que han sido asesinadas en Aguascalientes, de enero a agosto del presente año. De esos casos, solo tres son investigados como feminicidios, entre ellos, el de la joven.
En el país al menos 10 mujeres son asesinadas cada día. A nivel nacional, tan solo en el primer semestre del año se han registrado al menos 1 mil 812 casos, de los cuales, 448 son investigados como feminicidios y 1 mil 364 como homicidio doloso.
Sin embargo, el grupo con mayor condición de vulnerabilidad son las adolescentes, pues las menores entre 15 a 17 años de edad tienen un 30 por ciento más de riesgo de ser víctima de feminicidio, “ y eso claramente nos habla de desprotección”, ha explicado en diversas Juan Martín Pérez, director de la Red por los Derechos de la Infancia en Mexico (Redim).
NO DETENDRÍA SUS ESTUDIOS
Laura tenía 17 años de edad, era la mayor de dos hijos. La joven estudiaba la preparatoria y planeaba cursar la carrera de Derecho. “Quería ser abogada”, narró su madre.
Laura trabajaba como mesera en el restaurant para apoyar con los gastos de sus estudios, pues había ingresado a una preparatoria particular. La menor estudiaba por la mañana y por las tardes trabajaba.
Fue en su trabajo donde conocido a Jesús. “El 10 de mayo del año pasado, él vino a este restaurant y ahí fue donde hicieron contacto visual; se presentaron, intercambiaron números de teléfonos y comenzaron a mensajearse y relacionarse, hasta que la joven quedó embarazada”, narró la mamá.
Luego de quedar embarazada, Laura dejó la preparatoria presencial y se quedaba en casa para apoyar a su madre con el cuidado de su hermano menor.
Laura no quería abandonar la escuela y empezó a estudiar la preparatoria abierta, platicó su mamá. “Ella quería seguir estudiando, aunque estuviera embarazada, quería seguir con la escuela. Dos semanas antes del suceso ella empezó a estudiar la preparatoria abierta, en una escuela pública, tenía escasas dos semanas de haber entrado”.
Y añadió: “después de su embarazo, ella quería seguir con sus estudios profesionales, quería estudiar Derecho, entrar a la universidad, pero ya no se pudo”.
EL ASESINATO
El 22 de febrero Sandra salió de su departamento rumbo a su trabajo, como normalmente lo hacía. Su casa se ubica la planta alta sobre una farmacia y un taller mecánico.
Minutos después de llegar al restaurante recibió una llamada en la que le notificaban que tenía que regresar a su domicilio.
“La persona encargada de la Farmacia Similares me llamó muy triste, pero entre los llantos y gritos no le entendía. Después, me llamó otra persona, la hija de la encargada de la farmacia, y me dijo que tenía que regresarme a la casa porque algo le había pasado algo a mi hija”, narró la madre.
Sandra se puso nerviosa y pidió a uno de sus compañeros un ride. Al arribar a su domicilio encontró todo acordonado y lleno de policías, desde preventivos y ministeriales.
Los padres de Sandra también se hallaban en el lugar, pero tampoco le permitían el acceso. Ella estaba confundida e inquieta, sabía que algo malo había sucedido, hasta que de pronto una mujer se acercó y espetó:
–Señora, no se preocupe, agarraron al que mató a su hija– expresó.
“En ese momento supe lo que había pasado y por qué nadie me quería decir nada, habían matado a mi hija”, recordó Sandra.
Laura había sido asesinada acuchilladas. La joven tenía al menos cuatro heridas en sus brazos, –se presume que ella los colocaba para protegerse–; tenía dos cortes en el pecho, dos en la cabeza, y otro más en el cuello, el que finalmente le quitó la vida.
Ahí, en la escena del crimen –después de que Sandra escuchó por otra persona que su hija había sido asesinada–, la abordaron elementos ministeriales y le realizaron diversas preguntas, en tanto que una agente le mostró una fotografía de Jesús “N”, y le cuestionó si ella lo conocía a esa persona. Sandra no lo reconoció.
“Pero, en eso se acerca un ministerial y le dice a su compañera ‘necesito que me den el nombre del detenido’, y mencionan el nombre de Jesús “N”. Yo en eso me volteo y les dijo, ‘él es el papá de la niña’”, platicó la madre.
Sandra explicó que ella no conocía en persona a Jesús. Sólo tenía conocimiento de su nombre. Después, luego del asesinato, supo que él estudiaba gastronomía en una Universidad privada de Aguascalientes.
“Yo sólo supe que Laura había conocido a una persona, no lo conocía físicamente, solo por una foto que mi hija me enseñó por Facebook de él, pero yo nunca tuve contacto con él”, dijo.
VECINOS LO CAPTURARON
Jesús había sido capturado por los vecinos, luego de que uno de ellos observó cuando él salía del departamento.
Esa mañana, vecinos escucharon algunos gritos, eran los de Laura, después el silencio por algunos momentos, hasta que de pronto lo perros del taller mecánico comenzaron a ladrar muy fuerte y alterados. Jesús bajaba las escalaras del departamento.
Un vecino, al escuchar los ladridos se asomó y vio por primera vez a Jesús, pues jamás se le había visto en el departamento, de acuerdo al relato de Sandra.
–¿Y tú quién eres? –, le preguntó el vecino sorprendido.
Jesús no contestó y se echó a correr, pero en ese momento tiró una chamarra ensangrentada y un cuchillo.
El colono reaccionó y junto con otros vecinos comenzaron a seguir al joven, a quien lograron capturar cuadras más adelante. “Los vecinos tomaron uno de los vehículos que estaban arreglando, comenzaron a seguirlo, se metieron hasta en sentido contrario, se bajaron y lo agarraron”.
Ese mismo día, Jesús fue presentado a un juez de control y actualmente está abierto el proceso penal.
El imputado, platicó Sandra, ha apelado y su defensa intenta que no sea juzgado por feminicidio, sino por homicidio doloso. “Él negó que fuera el papá de la niña, pero se hicieron pruebas de ADN y salió un 94 por ciento que los genes son de él, ha dicho que discutieron, incluso que ella le exigía más, todo para evitar ser juzgado como feminicida”, comentó la señora Sánchez.
El cierre de investigación complementaria estaba previsto hacía dos meses, pero la defensa del presunto responsable presentó un amparo, porque no quieren que se califique como feminicidio.
“El Ministerio Publico y mi asesor jurídico, nosotros hemos estado asesorándonos y llevando pruebas para que se califique como feminicidio”, expresó la mujer.
Sandra señala que hasta el momento la investigación, al parecer, va en un curso correcto y la actuación del Ministerio Público ha sido adecuada. “No hay ninguna alteración, he estado muy al pendiente de ellos, el Ministerio Publico ha estado muy al pendiente conmigo, mi asesor jurídico también, he recibido apoyos del centro de justiciara mujeres”, comentó.
Sin embargo, la mujer teme que la defensa privada del imputado logre que él no sea juzgado como feminicida. La mujer explicó que los abogados de Jesús incluso han querido alegar “locura temporal”.
“Ya se le hizo un examen toxicológico y él estaba en sus cinco sentidos”, comentó.
El imputado ha cambiado dos veces de abogado. “Él se ha estado moviendo mucho, ha dicho que Laura trató de extorsionarlo, pero ella no tenía necesidad. La defensa se quiere ir por todos lados para no calificarlo como feminicidio, pero espero que el Ministerio Publico actué de manera correcto y que sea castigado con la pena máxima por el feminicidio de Laura y por el aborto de la bebé”, destacó la madre.
La madre de Laura está a la espera de que en diciembre finalmente sea la apertura de juicio.