El plan de rescate "Vaquita: Conservación, Protección y Recuperación (CPR)" pretende capturar a los ejemplares que quedan, se estima que unos 30, y lograr su reproducción en un santuario marino en el Alto Golfo de California.
La operación, "un esfuerzo consensuado entre los investigadores y gente con mucha experiencia", es echar una moneda a cara o cruz, pues se desconoce si la especie "va a aguantar el estrés del cautiverio", señalaron especialistas.
Por Zoilo Carrillo
México, 27 octubre (EFE).- Las últimas acciones para impedir la extinción de la vaquita marina parecen ser una opción desesperada, a cara o cruz, que además han convertido la recuperación en todo un caso mediático, desplazando la atención de otras especies no tan "carismáticas" pero de gran importancia medioambiental.
El plan de rescate "Vaquita: Conservación, Protección y Recuperación (CPR)" pretende capturar a los ejemplares que quedan –se estima que unos 30– y lograr su reproducción en un santuario marino en el Alto Golfo de California, noroeste de México.
"Nunca se había hecho y no sabemos si va a funcionar", dice a Efe la subcoordinadora de especies prioritarias de la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (Conabio), María Esther Quintero.
La operación, "un esfuerzo consensuado entre los investigadores y gente con mucha experiencia", es echar una moneda a cara o cruz, pues se desconoce si la especie "va a aguantar el estrés del cautiverio", señala.
Además, es un mamífero que se descubrió a finales de los años sesenta y "sobre él que no sabemos nada. No se han hecho casi estudios y no sabemos nada de la historia natural, cómo se reproduce, qué condiciones requiere en su cautiverio, no tenemos ni idea", admite.
Aunque "a los mamíferos marinos no les va bien en cautiverio", añade, esta parece ser la única opción que queda para salvar a la especie.
El profesor del departamento de Biología Evolutiva de la Facultad de Ciencias de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Luis Medrano, coincide en que "no existe ningún sustento de esperanza" en esta operación, pero no hay más opciones.
Los cetáceos pequeños tienen pocas posibilidades de subsistir al cautiverio de manera prolongada; "hay una serie de carencias nutricionales que generan estrés y con el paso del tiempo terminan minando la salud de estos animales hasta su muerte", explica.
Quintero señala que estos "mamíferos marinos son especies muy carismáticas" y "muchas personalidades mediáticas le han dado este tinte de reality show a la vaquita marina, como Gael García Bernal o Leornardo DiCaprio", ambos muy involucrados en este esfuerzo.
La Fundación Carlos Slim y la Fundación DiCaprio contribuyen económicamente al esfuerzo a favor de la conservación de esta especie endémica del Alto Golfo de California.
Sin embargo, existen otras especies, como los pepinos de mar, "que a nadie le importan, pero que son fundamentales para el ecosistema marino", dijo Quintero.
Su función es similar a la de las lombrices de tierra, es decir, mueven los sedimentos y hacen que estos se oxigenen para una correcta descomposición de la microbiota y el adecuado flujo de nutrientes.
"Sin los pepinos de mar tenemos un sedimento marino que no tiene vida y que no va a ser propicio para que las condiciones de vida se den ahí", asegura la experta, quien advierte que los ejemplares de esta especie están disminuyendo "de manera acelerada".
"Son esas especies con las que también tendríamos que estar trabajando para una gestión adecuada", aunque "no son carismáticas" como la vaquita marina.
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Desde el inicio el 12 de octubre del plan de recuperación de esta especie -que involucra a 69 expertos de nueve países- solo ha sido capturada una cría hembra del cetáceo.
El ejemplar, de unos seis meses de nacido, fue devuelto al mar por recomendación de los expertos, al considerar que la cría no podía estar separada de su madre, pero antes se tomaron muestras de sangre y tejido vivo.
"El análisis de su fisionomía y genética nos abre una nueva opción, que no queremos, pero para la que estamos preparándonos también, que es la clonación", dijo esta semana el secretario de Medio Ambiente, Rafael Pacchiano.
La vaquita marina se ha visto afectada por las redes de pesca que se usan furtivamente para cazar la totoaba, un pez cuya vejiga natatoria se vende en el mercado negro a miles de dólares el kilo.
Los expertos lamentan que las autoridades no hayan asegurado el cumplimiento de esta prohibición. De ser así, la medida desesperada de la que hoy depende la vaquita marina no se estaría llevando a cabo. EFE