Los cargos estaban basados en el argumento de que su equipo de mánagers y asistentes ayudaron al cantante a conocer a chicas y a mantenerlas en silencio, lo que constituía una organizacion criminal.
NUEVA YORK, 27 de septiembre (AP) — R. Kelly, el superastro del R&B famoso por su himno “I Believe I Can Fly”, fue declarado culpable el lunes en un juicio por tráfico sexual después de décadas de evadir la responsabilidad penal por numerosas denuncias de abusos contra mujeres y menores de edad.
Un jurado de siete hombres y cinco mujeres declaró a Kelly culpable de asociación delictuosa en su segundo día de deliberaciones. Kelly permaneció inmóvil, con la mirada baja mientras se leía el veredicto.
Los cargos estaban basados en el argumento de que su equipo de mánagers y asistentes ayudaron al cantante a conocer chicas y a mantenerlas obedientes y en silencio, lo que constituía una organizacion criminal.
Varios acusadores testificaron con escabroso detalle durante el juicio, alegando que Kelly los sometió a caprichos perversos y sádicos cuando eran menores de edad.
Kelly también fue declarado culpable de cargos penales según los cuales violó la Ley Mann, que hace que sea ilegal llevar a alguien a través de las fronteras estatales “para cualquier propósito inmoral”.
El abogado de Kelly, Deveraux Cannick, dijo que estaba decepcionado por el veredicto. “Creo que estoy aún más decepcionado de que el gobierno haya presentado el caso en primer lugar dadas todas las inconsistencias”, dijo.
Durante años, el público y la prensa parecían más divertidos que horrorizados ante las acusaciones de relaciones inapropiadas con menores, comenzando con el matrimonio ilegal de Kelly con la estrella del R&B Aaliyah en 1994, cuando ella tenía solo 15 años.
Sus discos y entradas a conciertos siguieron vendiéndose. Otros artistas continuaron grabando sus canciones, incluso luego que fue arrestado en 2002 y acusado de grabarse a sí mismo en video abusando sexualmente y orinando sobre una chica de 14 años.
La condena pública generalizada no se produjo hasta que una serie documental ampliamente vista, “Surviving R. Kelly”, ayudó a hacer que su caso fuera significativo en la era del #MeToo y dio voz a acusadoras que se preguntaban si sus historias habían sido previamente ignoradas porque eran mujeres negras.
En el juicio, varios de los acusadores de Kelly rindieron declaración sin usar sus nombres reales para proteger su privacidad y evitar un posible acoso por parte de los fans del cantante. A los miembros del jurado se les mostraron videos caseros de Kelly participando en actos sexuales que, según los fiscales, no fueron consensuados.