El principal negocio de “Los Chapitos”, tal como lo fuera de su padre, es el narcotráfico internacional. Según varios pliegos acusatorios en Estados Unidos, los hijos están involucrados en el tráfico de grandes cantidades de todo, desde cocaína y marihuana hasta metanfetaminas, hacia Estados Unidos, usando una amplísima red de contactos en toda Latinoamérica.
Ciudad de México, 27 de septiembre (InSightCrime).- El ahora preso exjefe del Cartel de Sinaloa, Joaquín Guzmán Loera, alias “El Chapo”, tuvo muchos hijos, pero solo un selecto grupo de ellos, a quienes se conoce en conjunto como “Los Chapitos”, se encuentran en el centro de una actual pugna interna por el control de las operaciones del grupo contra el último miembro que queda de la “vieja guardia”, Ismael Zambada García, alias “El Mayo”.
Aunque ninguno de los bandos ha llegado a ejercer el tipo de dominio que dejaría en claro quién está al mando de las actividades criminales del grupo, no se ha escatimado en sangre derramada en la disputa entre las dos facciones.
HISTORIA
Aunque se dice que “El Chapo” tiene hijos por docenas, solo cuatro han figurado en las operaciones criminales del Cartel de Sinaloa: los hermanos Guzmán López: Joaquín, de 34 años, y Ovidio, de 28, y los Guzmán Salazar: Iván Archivaldo, de 39, y Jesús Alfredo, de 36.
Al parecer Ovidio, Iván y Jesús Alfredo fueron involucrados en las operaciones criminales del Cartel de Sinaloa en su adolescencia por su padre y El Mayo con el fin de que aprendieran el tejemaneje de la organización. Ovidio, quien en 2012 fue sancionado por por la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC) del Departamento de Estado estadounidense e imputado en febrero de 2019, ha recibido mucha más atención en los últimos años.
En octubre de 2019, las fuerzas de seguridad mexicanas ejecutaron una operación para capturar a Ovidio en Culiacán, la capital del estado de Sinaloa, que resultó mal planeada. Poco después de que se corriera la voz sobre la detención de Ovidio, los miembros del Cartel de Sinaloa respondieron con toda su fuerza, llenando la ciudad con un ejército que paralizó a los ciudadanos y lanzó una ofensiva total para demandar su liberación. El Presidente Andrés Manuel López Obrador finalmente “ordenó que se detuviera el operativo y se liberara al presunto criminal”.
Según el Departamento del Tesoro estadounidense, Ovidio era un “lugarteniente clave” en las filas del Cartel de Sinaloa.
Por su parte, se cree que Iván y Jesús también son operadores importantes del cartel. En 2016, ambos hermanos hicieron parte de un grupo de hombres secuestrados por el Cartel de Jalisco Nueva Generación (CJNG) en un fino restaurante de un elegante distrito del centro turístico de Puerto Vallarta, en el estado de Jalisco, donde el CJNG tiene su territorio. Ambos hijos fueron liberados posteriormente.
Pero Jesús parece tener un papel más destacado en las actividades del Cartel de Sinaloa. De hecho, él mismo se coló en la lista de los más buscados de la Administración Antidrogas de Estados Unidos (DEA), el único de los hijos que ha obtenido tal distinción. En 2015, los fiscales estadounidenses también lo imputaron junto con su padre y a otros jefes del cartel por cargos de narcotráfico.
Además, se cree que Jesús cumple un papel importante en las actividades internacionales del grupo. En 2016, supuestamente pasó unos meses en la ciudad colombiana de Medellín bajo la protección de La Terraza, una de las bandas criminales más poderosa de la ciudad en expansión.
De Joaquín no se sabe mucho. Ha mantenido un perfil relativamente bajo en comparación con sus demás hermanos. Dicho esto, en febrero de 2019, el Departamento de Justicia estadounidense lo acusó formalmente junto con Ovidio por conspirar para traficar cocaína, metanfetaminas y marihuana a Estados Unidos. La imputación en sí carecía de detalles específicos, pero los fiscales estadounidenses alegan que el tráfico se dio en el transcurso de una década, entre abril de 2008 y abril de 2018, para el Cartel de Sinaloa.
En ausencia de su padre luego de su captura definitiva en 2016 y su posterior extradición, “Los Chapitos” no se han puesto de acuerdo con “El Mayo”, ni con su tío, Aureliano Guzmán Loera, alias “El Guano”, sobre el control de las operaciones del grupo.
Dado que su padre fue fundador del grupo, los hijos han sentido que tienen derecho a heredar lo que él construyó. Aunque es cierto que son mucho más ostentosos que “El Mayo” a la hora de hacer gastos y fiestas con las ganancias de la droga, “Los Chapitos” sí conocen el funcionamiento interno del cartel y quieren asumir el control absoluto.
Como resultado, los dos bandos llevan años envueltos en feroces batallas. Más recientemente, en mayo de 2020, José Rodrigo Aréchiga Gamboa, alias “El Chino Antrax”, quien fuera el jefe del escuadrón de sicarios Los Antrax, para el Cartel de Sinaloa, y aliado de “El Mayo” — fue hallado muerto luego de escapar de la supervisión federal por su libertad condicional en San Diego. Se cree que “Los Chapitos “fueron los responsables de la masacre.
El Chino Antrax era un aliado cercano de “El Mayo”, pues creció con la familia Zambada y junto a los hijos de “El Mayo” en Culiacán. Esta larga historia hace improbable que el anciano capo tuviera mucho que ganar al asesinar a un antiguo aliado en un momento en que podría necesitarlo por las tensiones internas en el grupo.
Solo un mes después del asesinato del “Chino Antrax”, se presentó un tiroteo de varias horas a las afueras de Culiacán, al parecer, entre los dos bandos que dejó un saldo de 16 muertos.
No es claro qué, si hay algo, permitirá que las dos facciones se encuentren cara a cara y lleguen a un acuerdo sobre cómo debería operar el Cartel de Sinaloa. Por el momento, las divisiones internas no han desbancado al grupo de su posición como una de las organizaciones criminales más poderosas de México.
ACTIVIDADES CRIMINALES
El principal negocio de “Los Chapitos”, tal como lo fuera de su padre, es el narcotráfico internacional. Según varios pliegos acusatorios en Estados Unidos, los hijos están involucrados en el tráfico de grandes cantidades de todo, desde cocaína y marihuana hasta metanfetaminas, hacia Estados Unidos, usando una amplísima red de contactos en toda Latinoamérica.
En particular, el grupo se ha adaptado a los cambios de los mercados de la droga y han entrado con mayor fuerza cada vez en el tráfico de drogas sintéticas, junto al CJNG, especialmente en lo que respecta al tráfico del potente opioide sintético fentanilo. Además, el grupo ha buscado otros mercados diferentes al estadounidense y ha comenzado a capitalizar los lucrativos mercados en Australia.
GEOGRAFÍA
Los principales territorios para “Los Chapitos” son su lugar natal en el estado de Sinaloa, el feudo del grupo en el noroeste de México a lo largo de la costa Pacífica del país, especialmente en la capital Culiacán.
Sin embargo, los hijos de “El Chapo” parecen tener mucha más influencia y poder dentro de Culiacán y otros centros urbanos. De otro lado, se cree que “El Mayo” mantiene un control fuerte de sus redes rurales en las zonas circundantes a la capital, cuyo control no se han podido tomar “Los Chapitos”.
En su conjunto, el Cartel de Sinaloa opera en grandes ciudades que van desde Nueva York, Estados Unidos, hasta Buenos Aires, Argentina, y un sinnúmero de otras más entre esas dos. El grupo también opera en por lo menos 17 estados mexicanos, y según algunos estimativos, hasta en 50 países.
Sin embargo, hay menos claridad sobre qué tan directamente figuran los hermanos en operaciones ajenas a Sinaloa.
ALIADOS Y ENEMIGOS
Actualmente, el exmano derecha de su padre, “El Mayo”, parece el enemigo interno número uno de “Los Chapitos”. Adicionalmente, se han reportado fricciones familiares con su tío, “El Guano”, por el control del territorio de tráfico y los presuntos pagos de extorsiones que se pensaba que él cobraba en algunos lugares de Sinaloa.
Aparte de eso, “Los Chapitos” tienen la mira puesta en atacar la Organización Beltrán Leyva, aliado del Cartel de Sinaloa antes de que una división en 2008 desatara una sangrienta guerra entre los dos grupos. En 2016, se dice que más de 100 integrantes de Beltrán Leyva fueron responsables de saquear la casa de la madre de El Chapo en las montañas de Sinaloa, lo que la obligó a huir de la región, junto con cientos de personas más de comunidades cercanas.
Por último, el CJNG sigue siendo uno de los mayores enemigos de “Los Chapitos”, por su disputa con el Cartel de Sinaloa por el control absoluto de las vastas economías criminales de México. Incluso, se dice que el jefe del CJNG Nemesio Oseguera Cervantes, alias “El Mencho”, juntó un escuadrón de la muerte para cazar y matar a los hijos de El Chapo.
PROSPECTOS
Hacia el futuro, “Los Chapitos” tienen sin duda ventaja sobre “El Mayo” en lo que respecta a la longevidad. Se rumora que el anciano capo tiene quebrantos de salud y lucha contra la diabetes. Pero las raíces de “El Mayo” en el Cartel de Sinaloa son profundas. El hecho de que “Los Chapitos” no hayan logrado tomar control total de las operaciones del grupo hasta ahora indica que a “El Mayo” le queda aún mucha fuerza para pelear.
Sin embargo, cuando “El Mayo” eventualmente caiga, sea porque finalmente es capturado o abatido a la manera común del crimen organizado, puede que uno o más de “Los Chapitos” estén prestos a ocupar el primer lugar en el Cartel de Sinaloa por delante de cualquier otro.
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