Como si se tratara de un episodio de amnesia del pasado inmediato, al Gobierno del Distrito Federal no le importa licitar contratos a empresas que apenas fueron demandadas en 2013. Tampoco le importa hacer negocios con corporativos que le incumplieron. Una prueba de lo primero es que Sola Basic –una empresa acusada en los juzgados en Tijuana por ineficacia– será la que modifique 128 mil 589 luminarias en el Distrito Federal bajo el programa “Iluminemos tu Ciudad”. La prueba de lo segundo es que dos empresas, López Santos Grúas y Transportes SA, y Transportación Especializada y Grúas Industriales Napoleón -que durante el gobierno de Marcelo Ebrard no acataron la encomienda de retirar espectaculares- en 2013, apenas iniciada la administración mancerista, consiguieron otra vez un contrato millonario. Al tiempo, al gobierno capitalino tampoco le importa tolerar el crecimiento del ambulantaje. Visto como economía, el Distrito Federal es un pastel de millones de pesos que por ahora está bajo la administración de tres funcionarios: Héctor Serrano Cortés en la Secretaría de Gobierno, Fernando Aboitiz Saro en la Agencia de Gestión Urbana de la Ciudad de México y Simón Neumann Ladenzon en la Secretaría de Desarrollo Urbano y Vivienda…
Por Mayela Sánchez, Shaila Rosagel y Linaloe R. Flores
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Ciudad de México, 27 de agosto (SinEmbargo).- El mediodía del 2 septiembre de 2011, la empresa Sola Basic ganó la licitación pública para cambiar las luces de Tijuana, Baja California. No era cualquier desafío. Fundado en 1955, el consorcio sólo había tenido contratos en municipios para colocar balastros (una de las tres partes que lleva una lámpara; las otras son el foco y la carcaza o housing). Esta vez construiría 63 mil 400 luminarias completas en un gigantesco proyecto que cubriría de luz blanca la ciudad frontera. Significaba la creación de un modelo referente, no sólo para otras ciudades del país, sino también para San Antonio, Texas.
Por lo menos esos eran los sueños empresariales. Impresas en los periódicos locales, hoy es posible encontrar las palabras de Luis Manuel Rosas Moreno, en ese momento director de Proyectos Especiales de Sola Basic, respecto a las luces de Tijuana: “Este es el proyecto más ambicioso [de la compañía], porque ya no sólo conjugamos la parte de la imagen y de la seguridad; sino que le añadimos la parte del ahorro. Este va a ser un proyecto modelo. De aquí para adelante va a ser un parteaguas y todos los municipios de México van a tener que adoptarlo”. (El Mexicano, viernes 2 de marzo, 2012).
Pero los 130 millones de pesos pagados por el Ayuntamiento de Tijuana no fueron suficientes para que la empresa cumpliera. Sola Basic no logró iluminar Tijuana y, en cambio, generó un juego de luces y sombras. “Basta recorrer la ciudad para constatar las penumbras”, exclama el ingeniero Omar Osuna Berrelleza, fabricante de lámparas que participó a través de GM Electromecánica en la licitación. Datos de la misma Alcaldía dan cuenta de tal oscuridad: de las 63 mil 400 que se licitaron, el 70 por ciento presenta fallas o no fue colocado.
Según el Ayuntamiento, compitieron 33 empresas, de las cuales calificaron cuatro. Una fuente (un hombre que aún trabaja en la administración municipal) relata una historia paralela: Carlos Bustamante Aubanel, hijo del entonces Alcalde Carlos Bustamante, acordó una comisión de 20 millones de pesos a cambio de gestionar la reposición de las lámparas. “Nadie pudo decirle que no”, reconstruye.
De modo que las cosas no salieron bien y en abril de 2013, el Ayuntamiento de Tijuana interpuso una demanda en contra de la empresa Industrias Sola Basic por incumplimiento del contrato licitado. Por estrategia, se retractó ante el dicho del apoderado legal de la firma, Marco Antonio Villagrán Roldán, quien se comprometió a terminar de reponer las luminarias pendientes.
¿Por qué falló todo?
Osuna Berrelleza, experto en iluminación de ciudades, explica: “Las lámparas de Tijuana son ejemplo de una licitación dirigida. Pero de una licitación dirigida que privilegió una calidad muy reprochable. La licitación indicó en principio que sería una instalación con LED o inducción magnética. La realidad fue otra. Al final, en las bases se pidió tecnología convencional”. El ingeniero continúa: “Querían instalar lámparas de vapor de sodio o de aditivos metálicos y ninguno de los que estábamos concursando usábamos esa tecnología, que es convencional. Sólo Sola Basic”.
TIANGUIS DE SEGUNDA MANO
En agosto de 2014, el relato anterior no tiene ningún peso en el Gobierno del Distrito Federal (GDF). A juzgar por su comportamiento de compra, la autoridad capitalina no apela a la ética del buen consumidor que investiga a detalle antes de decidir pagar por algo.
La administración de Miguel Ángel Mancera Espinosa se dispone a adquirir un paquete de 128 mil 589 luminarias del programa “Iluminemos tu Ciudad” a la empresa Sola Basic y su distribuidora autorizada Axati Internacional. Como ocurrió en Tijuana, en la capital del país el consorcio de las luces no tuvo competencia. Se presentó sola con una propuesta de 614 millones 160 mil pesos para cuatro partidas (1, 3, 4 y 5) del contrato, según puede apreciarse en el sobre abierto de la licitación pública 909005977-N7-2014.
En el documento de la subasta se lee que que para obtener una mejor oferta económica por parte de los licitantes, el concurso ocurrió dos veces y se indica que algunas partidas fueron declaradas desiertas, “toda vez que los licitantes no cumplieron con los requisitos de las bases que buscaron la mejor opción para la ciudad”.
En el país hay unos ocho millones de puntos de iluminación, de los cuales el 90 por ciento es controlado por autoridades de los tres niveles de gobierno. Sólo con la fabricación de balastros, Sola Basic controla 60 por ciento de este parque desde hace 37 años, indican datos de la Comisión Federal de Electricidad, los Ayuntamientos y la propia empresa.
En mayo de 2007, durante la Cumbre de las Grandes Ciudades sobre Cambio Climático (C40) en Nueva York, la Fundación Bill Clinton traspasó de sus cuentas 200 millones de dólares (mdd) para los programas de ahorro energético de la Ciudad de México. El donativo llegó acompañado de una recomendación: había que modernizar la tecnología eléctrica de las poblaciones mexicanas, según estudios de la iniciativa CGI Latin America, porque el 70 por ciento del consumo se concentraba en iluminación y aire acondicionado; lo cual resultaba un dispendio. Hoy, el GDF ha seleccionado a Sola Basic para este desafío.
No es sólo la luz el ámbito donde hay olvido. Las empresas López Santos Grúas y Transportes SA, y Transportación Especializada y Grúas Industriales Napoleón incurrieron en el gobierno pasado de Marcelo Ebrard Casaubón (2006-2012) en incumplimiento para desmontar espectaculares, pese a un pago de 56.6 millones de pesos. Pero en 2013, la administración mancerista las contrató otra vez.
Y hay algo más que en la economía capitalina se está reciclando: el ambulantaje. Si la administración de Ebrard diseñó el área de Programas Delegacionales y Reordenamiento de la Vía Pública -una dirección que en 2008 se convirtió en Subsecretaría- desde la cual se logró hacer una medición del poderío de los líderes con el fin de ordenarlos, hoy el conglomerado es más grande y su derrama significa cada vez más dinero.
Con el comercio ambulante –cuya presencia histórica en la capital del país ha sido una red con tejido fuerte y cada vez más agigantada– el GDF también negocia y otorga desde los espacios públicos hasta la electricidad. Lo hace con los mismos dirigentes que en el pasado han estado en conflictos no sólo sociales, sino legales, sostiene Guillermo Gazal, dirigente de Procentrihico.
Al elaborar el mapa de influencia de los ambulantes en el primer cuadro de la Ciudad de México, Sin Embargo calculó que cada día en el Distrito Federal hay una derrama de casi un millón y medio de pesos, sólo en el Centro Histórico. Procentrihico sostiene que es posible diagramar al consabido negocio: el comerciante le paga al líder, el líder le paga a un funcionario en la delegación, con el aval del delegado; el empleado de la delegación le paga a un funcionario en la Secretaría de Gobierno, donde se encuentra Héctor Serrano Cortés, el hombre que ocupó la Subsecretaría de Reordenamiento de 2008 a 2011. Ahí ocurre el Visto Bueno.
LA TRIADA
Si como sostiene el investigador Gustavo López Montiel, del Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de México (ITESM) y experto en la administración política de los asuntos urbanos, el Distrito Federal es un terreno incomprensible sin la perspectiva de la administración de sus bienes económicos, ya sea en en el mercado formal o informal, ya sea desde el gobierno o las tribus políticas, ¿quiénes tienen la espátula para repartir este pastel? ¿Quiénes otorgan las licitaciones a determinadas empresas? ¿Quiénes ofertan el espacio público?
Investigadores de la transparencia de los recursos gubernamentales, organizaciones vecinales de Polanco, así como integrantes Procentrhico coinciden en que se trata de una triada de servidores públicos que administra y reparte este capital: Héctor Serrano Cortés en la Secretaría de Gobierno, con el control de los ambulantes (ver parte 1 y 2); Fernando Aboitiz Saro en la Agencia de Gestión Urbana (AGU), con las licitaciones de Obra Pública; y Simón Neumann Ladenzon en la Secretaría de Desarrollo Urbano y Vivienda (Seduvi), con el sector inmobiliario.
Serrano Cortés y Aboitiz Saro tienen un pasado común: Marcelo Ebrard. A la coincidencia se añade otro signo: por una u otra razón, los dos han roto con quien fuera Jefe de Gobierno de Distrito Federal de 2006 a 2012. El tercero en la triada de funcionarios ante el pastel económico de la Ciudad de México es el titular de la Seduvi.
Neumann Ladenzon no cuenta con currícula política. Al contrario, su expertisse como constructor generó críticas cuando Mancera anunció su nombramiento en la Seduvi. Según las agrupaciones Organiza, Espejo de Polanco y Ecomunidades, que para pedir su renuncia señalaron conflicto de intereses, Neumann fue hasta enero de 2013 accionista de las empresas Baita y Debka. Es también cercano a Grupo Danhos, consorcio en cuya dirección se encuentra Jorge de Buen, quien ocupara una dirección en la Seduvi, indican empresarios del ramo que no desean brindar sus nombres.
Serrano, el Secretario de Gobierno, no cuenta con cédula profesional (ver primera parte). Neumann y Aboitiz sí la tienen. El primero se licenció en Ingeniería Civil en la Universidad Nacional Autónoma de México en 1979 y el segundo en Administración de Empresas en la Universidad Iberoamericana, de acuerdo con el Registro Nacional de Profesiones, un archivo público de la Secretaría de Educación Pública.
“En este momento son tres funcionarios que más allá de competir, se equilibran, se toleran, sin que ninguno le haga daño a los otros. Cada uno en un negocio. Y los otros dos, callados, sin criticar ni cuestionar”, exclama Guillermo Gazal Jaffif, el legendario defensor de los comerciantes establecidos del Centro Histórico capitalino, el territorio donde ha vivido y trabajado desde que sus padres libaneses inmigraron en México.
Para Ernesto Villanueva, experto en transparencia y procesos de compra, el comportamiento de los funcionarios de la capital tiene un velo de cinismo en un panorama en el que el acceso a la información pública ha tenido un retroceso y por lo tanto, el juicio social es cada vez más débil. Y lo que está claro para el integrante del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la Universidad Nacional Autónoma de México es que la rendición de cuentas es un tema menor en el GDF.
ELLOS Y SUS DESPACHOS
1. FERNANDO ALBOITIZ, EL “CITY MANAGER”
Hay un funcionario que defiende el proceso de la licitación de la empresa Sola Basic, a pesar de que en el Senado de le República ya hay un punto de acuerdo para reconvenir al GDF a que repita la licitación, dado que se trató de un proceso poco claro y señalado por los concursantes como “dirigido”.
Se llama Fernando Aboitiz Saro, es director de la Agencia de Gestión Urbana (AGU) y la semana pasada dijo a varios reporteros que el proceso se había llevado en completo orden. Cuando Mancera Espinosa, Jefe del Gobierno capitalino, lo incorporó en el gabinete, estaba llamado a convertirse en “City manager”, en el más puro estilo político de Nueva York o París. Fue por ello que el Jefe de Gobierno capitalino creó por decreto la AGU y lo puso de frente a una responsabilidad primordial: aligerar los procesos de solución de las demandas de los ciudadanos.
Pero el “City manager” de la Ciudad de México es peculiar. No sólo obtuvo facultades para atender a los capitalinos y sus atribulaciones. El decreto de la AGU, emitido por el Jefe de Gobierno, le dio facultades equiparables a las de un secretario de área. Las licencias y permisos de cualquier obra con algún efecto sobre la vía pública son su responsabilidad. Su poder para autorizar o vetar es superior, incluso, al de los delegados.
Esto convierte a Aboitiz Saro en el hombre que administra los bienes inmuebles de la Ciudad de México, más allá de la misma Seduvi. El que puede realizar una operación fast track aun cuando la empresa se encuentre en problemas. El personaje político al que la dirección de la empresa Sola Basic se dirigió en julio de 2013, a manera de presentación, según una carta en poder de SinEmbargo.
En esa fecha, la empresa se encontraba demandada por el Ayuntamiento de Tijuana por incumplimiento de contrato en la instalación de luminarias. No obstante, la misiva firmada por Juan Manuel Ariza, arranca así: “Sirva la presente para informarle sobre los logros obtenidos por nuestra empresa en el área de alumbrado público de la República Mexicana”.
En los siguientes párrafos brinda esta información:
“Nuestra empresa es 100% Mexicana establecida hace 55 años con un área productiva propia de más de 150 mil metros cuadrados en nuestras siete plantas incluyendo 2 en el Fraccionamiento Industrial Toluca. Más del 90 por ciento del alumbrado público instalado a lo largo de la República Mexicana ha sido fabricado por nosotros; es decir, en uso hay más de cinco millones de balastros de nuestra marca”.
Desde la Secretaría de Obras y Servicios del GDF ( que ocupó desde 2009), Aboitiz Saro se encargó de los contratos de la construcción de la Línea 12 del Sistema de Transporte Colectivo Metro, a la que en esa dependencia se bautizó como “dorada” y que colapsó en su segundo día de operaciones. Actualmente en la ALDF hay una comisión que investiga las fallas en su funcionamiento.
En su currículum colgado en el portal de la AGU, el mismo Aboitiz dice que su trayectoria en la gestión pública la inició en 2000 como Diputado federal suplente en la LVII Legislatura. Luego expone que fungió como Director General de Desarrollo Social de la Delegación Miguel Hidalgo. Pone también que en 2003 fue electo Jefe delegacional de esa demarcación, cargo que llevó a cabo hasta 2006.
Nada dice de su pasado panista. Ni de que fue el único Delegado blanquiazul que en 2005 apoyó a Andrés Manuel López Obrador ante el proceso de desafuero como funcionario que enfrentó por un problema territorial. Aquella vez apareció con un listón tricolor en el pecho, a la altura del corazón. “Por supuesto, como capitalino yo respaldo a mi Jefe de Gobierno”, exclamó mientras entregó 18 viviendas en su demarcación. Documentos de Procentrhico dan cuenta que en la delegación había problemas justo en el área de Vivienda. Lo que siguió fue una carrera pública desde el PRD hasta llegar a estrenar una instancia, hecha ex professo, la AGU.
2. SIMÓN NEUMANN, LICITACIONES DUDOSAS
Si es posible borrar el pasado, la Seduvi del Distrito Federal puede ser un microcosmos de cómo lograrlo. Simon Neumann Ladenzon, el secretario, no ha reparado en los pagos de millones de pesos que la dependencia le dio a las empresas López Santos Grúas y Transportes SA, así como a Transportación Especializada y Grúas Industriales Napoleón, según varias facturas de 2008 y 2009 que pueden consultarse en el sistema de información pública InfoDF; además de una licitación también millonaria de 2012, la última que les otorgó la administración de Ebrard.
Bastaría un clavado cibernético a la hemeroteca. La prensa nacional, con referentes de 2010, tiene acreditado que por lo menos 70 espectaculares (los más caros, de acuerdo con una revisión de SinEmbargo) de 308 no fueron retirados en tiempo y forma.
Sólo la licitación pública nacional 3000-1032-001-12 implica más de 7 millones de pesos para las mencionadas empresas. Además, están las facturas. Es decir, la prueba de que los consorcios recibieron pagos sin que hubieran cumplido. En el InfoDF aparecen por una suma de 56.6 millones de pesos entre 2008 y 2010 en un cúmulo de facturas.
En febrero de 2013 –cuando Neumann Ladenzon llevaba dos meses en el cargo-, ambas entidades ganaron la licitación 033001032-001-13 (contrato al que tuvo acceso SinEmbargo) para la misma encomienda de desmontar espectaculares con un monto de 10.1 millones de pesos.
Quien ocupa el principal despacho de la Seduvi es un hombre que pocas horas antes de asumir su cargo era Presidente del Consejo Directivo del Centro Deportivo Israelita; se trata del fundador de la empresa Dekah Inmobiliaria en 2003, junto con Fausto Ernesto Galván Escobar. Además, de uno de los directores de Recursos Materiales en la Secretaría de Turismo.
3. HÉCTOR SERRANO: NEGOCIAR, INTERCAMBIAR, DAR, QUITAR
Hoy la llaman “Las Victorias”. No es fácil verle la cara; en línea deformada la cubren decenas de vendedores ambulantes. Su cuerpo da al Eje Central y da vuelta hacia Victoria, esa calle donde se venden lámparas, focos, muchas luces. Es el edificio que el gobierno de Marcelo Ebrard escogió como símbolo en 2007 para iniciar el programa de reordenamiento del comercio ambulante de la Ciudad de México.
Constan en la Gaceta Oficial del GDF de ese año, los planes que se proponía esa administración. El reordenamiento se delínea en un decreto que implica expropiaciones, pagos por las mismas, creación de plazas. En la Plaza Victoria, antiguo edificio que adueña la regencia capitalina, se ordenarían 600 puestos. La meta era dejar a las banquetas sin ambulantes. Todo quedó en manos de un funcionario: Héctor Serrano Cortés, primero como Director de Programas Delegacionales y Reordenamiento de la Vía Pública y luego como Subsecretario de la misma área.
Hoy, la Plaza Victoria es apenas una pequeña imagen de lo que es el ambulantaje en la Ciudad de México. Los vendedores informales se reprodujeron de miles a millones en toda la Ciudad de México, según cálculos de Procentrhico.
La calle arroja sus ejemplos. Ya no es sólo venta de objetos. Surgidos en los últimos dos años, con la creación de los corredores peatonales de 16 de Septiembre y Madero, muy cerca del Zócalo, los artistas urbanos –desde el actor que interpreta al Cura Hidalgo hasta las botargas de Hulk, los zombies o la representación de Tinker Bell, o los personajes de la Guerra de la Galaxias- representan esta nueva informalidad. “Si eran unos 600 mil cuando Héctor Serrano Cortés estaba al frente del reordenamiento, hoy son casi dos millones en toda la Ciudad de México”, sostiene Guillermo Gazal Jaffif, el líder de Procentrihico.
El Secretario de Gobierno del GDF, Héctor Serrano Cortés se encuentra sentado en el restaurante de un hotel en el Centro Histórico. Acepta reconstruir aquel pasaje y estas son sus palabras: “Fue un éxito el programa de 2007 que yo operé. Retomamos 26 mil (vendedores ambulantes). Luego decían: ¿Por qué no se refleja? Por una razón muy sencilla: 26 mil en la calle, ¿qué implica? Que en calles como Mixcalco, alguien se coloca enfrente, el que es propietario de un inmueble que tiene venta lo que hace es acordar con el líder para desplazarse, entonces tú encuentras 100 comercios de los cuales 50 no tienen vínculo directamente con el comerciante. Se arreglan y se desdoblan, entonces cuando nosotros sacamos 26 mil espacios, se nos reduce a 13 mil”.
En 2007, amparado en el discurso de recuperar el Centro Histórico, el GDF expropió varios inmuebles del Centro Histórico y se comprometió con una indemnización. Hay una historia que algunos de los comerciantes de Mesones 126 reconstruyen. Sostienen que el mismo Serrano hablaba con ellos, se sentaba, negociaba. El programa de reordenamiento heredó una deuda que a la fecha de publicación de este texto es de poco más de 900 millones de pesos, según el expediente PI/226/2007, en la Consejería Jurídica y de Estudios Legislativos del GDF. Se les debe, sobre todo, a los ex comerciantes de ese sitio donde alguna vez estuvo el Hotel San Pedro.
–No ubico –dice Héctor Serrano Cortés en entrevista.
–Que se deben nueve millones…
-¿Qué negociaron conmigo? Que los afectados los convencí, ¿de qué?
–De la expropiación.
–La expropiación no se negocia. La expropiación es un acto que tiene la autoridad.
* * *
Aquel mediodía, Serrano Cortés inició su jornada furioso y la concluyó furioso.
El legendario defensor de los vendedores establecidos en el Centro Histórico del Distrito Federal, Gazal Jaffif, intentó retirarse de la mesa apenas lo vio aparecer. “Yo no negocio con corruptos” fue su gritado argumento mientras abandonaba la reunión.
Estaban Armando Quintero, en ese momento Secretario de Transporte y Vialidad (Setravi) y Adrián Michelle, a la sazón vicepresidente de la Comisión de Transporte y Vialidad de la ALDF. Todos habían sido convocados en la Oficialía Mayor de la Asamblea para discutir el paso de una nueva línea del Metrobús por el Centro Histórico: por República de El Salvador, por República de Venezuela, es decir, un territorio de vendedores ambulantes.
Serrano Cortés, entonces Subsecretario de Desarrollo Delegacional y Reordenamiento de la Vía Pública, le exigió a Gazal le dijera cuál era su representación y sus pruebas de la acusación.
–¿Qué negocios tiene usted en el Centro Histórico? –le preguntó. Y evolucionó: ¡Exijo que me lo diga!
No hubo respuestas. Armando Quintero intervino: “Esta mesa no es para esto”.
Desde entonces, Guillermo Gazal y Serrano Cortés no han vuelto a hablar. El primero dice que las puertas del despacho del Secretario de Gobierno están cerradas a cal y canto para él. El segundo dice ante los reporteros de Sin Embargo, convocados a entrevista: “Hasta este momento, a mí me gustaría saber qué negocios representa (Gazal Jaffif) en el Centro Histórico. Porque hasta este momento nadie lo ha designado representante ante el gobierno… No quiero entrar en una confrontación con el Señor Gazal. Entiendo que es un hombre mayor. En política debe existir la cortesía siempre. Y yo soy cortés, no tengo nada que decir a ello. Lo único que diría es no sé a quién representa porque nunca … Siempre se ha aparecido él solo, nunca he escuchado el respaldo de nadie. Y según tengo entendido Procentrihico no existe como tal.. Que hubo una desintegración. Yo no me he dado tiempo de revisarlo…”
Guillermo Gazal insiste en buscarlo, en pedirle reuniones, en entregarle papeles que deja con sus asistentes y por los cuales sólo obtiene acuses de recibo. Se conocen desde los años ochenta, cuando Serrano Cortés era Oficial Mayor de la entonces Asamblea de Representantes del Distrito Federal. Alejandra Barrios empezaba una extensión territorial y de control como lideresa de los comerciantes ambulantes y Gazal Jaffif se erigía como defensor de los vendedores con escaparate fijo.
La batalla de Gazal Jaffif jamás fue la erradicación de los vendedores informales; sino instalar el orden legal. Por gruesa, su documentación abarca dos habitaciones en sus oficinas de la colonia Cuauhtémoc. Por extensa, su colección fotográfica va de pared a pared. Ahí están Óscar Espinosa Villarreal, Manuel Camacho Solís, Cuauhtémoc Cárdenas o Marcelo Ebrard Casaubón en diferentes épocas, modas y situaciones. Ahí está el mismo líder en secuencia de imágenes cuando huye de una jitomatiza que le propina un airado grupo de ambulantes dirigido por las lideresas Guillermina Rico y Alejandra Barrios a principios de los noventa. Una historia de más de veinte años asomada por los muros. “Hoy estamos peor que antes. Fachadas, monumentos, edificios completos, la calle… La calle; todo ha sido concedido”, es una de sus muchas expresiones.