México mostró su disposición de enviar alimentos y medicinas a Cuba tras las grandes protestas sociales de mediados de mes —las mayores que habían tenido lugar en la isla desde los años 90— y siempre ha condenado el embargo de Estados Unidos a la isla, pero analistas coinciden que el envío de tres buques, incluido uno con combustible, no tiene precedentes en décadas.
Por María Verza
Ciudad de México, 27 de julio (AP).— El Gobierno de México envió esta semana a Cuba medicamentos, alimentos y también combustible en lo que supone el mayor apoyo en ayuda humanitaria en décadas, coinciden analistas.
En total llegarán a la isla tres barcos. Dos zarparon ya, uno el lunes con 100 mil barriles de diésel “para abastecer de energía a hospitales de la isla” y otro el martes con tanques de oxígeno, cubrebocas, jeringas y comida para atender la emergencia sanitaria generada por la pandemia y las necesidades alimenticias de Cuba.
El miércoles se prevé que zarpe un tercer buque también con material médico e insumos como leche en polvo, frijol, harina de trigo, latas de atún y aceite comestible, indicó la cancillería en un comunicado el martes.
México mostró su disposición de enviar alimentos y medicinas a Cuba tras las grandes protestas sociales de mediados de mes —las mayores que habían tenido lugar en la isla desde los años 90— y siempre ha condenado el embargo de Estados Unidos a la isla, pero analistas coinciden que el envío de tres buques, incluido uno con combustible, no tiene precedentes en décadas.
“Esta ayuda es un fenómeno nuevo”, explicó Rafael Elías Rojas, profesor del Centro de Estudios Históricos del Colegio de México y experto en diplomacia latinoamericana.
“Ha habido ayudas menores en tiempos de ciclones (pero) las últimas ayudas importantes, en montos similares o superiores, se produjeron durante el Gobierno de Carlos Salinas de Gortari (1988-1994), cuando el intercambio con Cuba subió considerablemente y entonces, como ahora, había una profunda crisis económica en la isla”, indicó el historiador cubano residente en México.
Durante el Gobierno de Salinas de Gortari estaba el llamado “periodo especial”, la crisis económica que siguió al derrumbamiento del bloque soviético.
Ahora Cuba lleva año y medio sumida en una fuerte crisis debido a la paralización de su economía por la pandemia y al endurecimiento de las sanciones que llevó a cabo la administración de Donald Trump y que el presidente Joe Biden mantuvo y reforzó tras las protestas de julio, que fueron violentamente reprimidas por las fuerzas de seguridad cubanas.
Jorge Guajardo, exdiplomático del Partido de Acción Nacional (PAN), también consideró inédito el actual apoyo y dijo que era ejemplo del regreso a la postura hacia Cuba que México mantuvo durante los gobiernos del Partido Revolucionario Institucional del siglo XX.
Durante esas décadas, México fue muy cauteloso con la isla y defendió la no injerencia en asuntos internos de otros países para evitar así que pudieran criticar la política interior mexicana.
Con los gobiernos del PAN, de 2000 a 2012, siguió condenando el embargo pero se alineó más con la necesidad de cambios políticos en la nación caribeña y la defensa de los derechos humanos, un enfoque que cambió de nuevo con la administración de López Obrador.
Desde su llegada al poder, en diciembre de 2018, su gobierno intenta fortalecer un liderazgo entre los gobiernos latinoamericanos considerados de izquierda a la vez que mantiene su relación estratégica —y no exenta de tensiones— con Estados Unidos.
Ahora, además del cuantioso envío humanitario, López Obrador, ha reforzado su retórica contra el bloqueo estadounidense al que el martes calificó de “medida extrema”, “inhumana” y “acción medieval” . También criticó duramente que un barco que llega con ayuda a Cuba pueda luego ser castigado por Washington.
“Si se tratara… que llevan armas, pues a lo mejor ¿no?, aunque pues cada país es independiente, es autónomo, pero eso sí podría cuestionarse, pero ¿alimentos, medicamentos?, ¿por qué ese bloqueo?”, dijo.
Además, el mandatario -ahora presidente pro-témpore de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC)- puso a Cuba la semana pasada como ejemplo de resistencia y apostó porque la Organización de los Estados Americanos (OEA) pueda ser reemplazada “por un organismo verdaderamente autónomo, no lacayo de nadie”. El consejo permanente de la OEA realizará el miércoles una sesión extraordinaria para abordar la actual situación en la isla.
Este cambio en el discurso incluye también el llamamiento a la administración Biden para que suprima las sanciones implementadas con Trump contra los viajes y las remesas, algo que López Obrador no hizo cuando gobernó el republicano.
Para algunos analistas esto supone una incongruencia, para otros un intento de aplacar a las bases más izquierdistas dentro de su movimiento y para el historiador Rojas un intento de liderazgo de México para posicionarse entre el proyecto de integración latinoamericanista y el de América del Norte, cuyo éxito está por ver.
“Ahí tengo dudas si podrá consolidar ese liderazgo”, afirmó Rojas, en parte, por la gran polarización que existe actualmente en la región.
Mientras su diplomacia lo intenta, López Obrador insiste en que tiene muy buenas relaciones tanto con el gobierno cubano como con el estadounidense. El martes aseguró que su gobierno iba a cuidar que se mantuvieran así y dijo que no esperaba que su postura hacia Cuba generara hostilidades en Washington.