Atención: este artículo contiene spoilers de The Killing Joke…
Por Sergio Ávila
Ciudad de México, 27 julio (SinEmbargo/VICE.com).- El timbre suena en casa de los Gordon. Barbara abre la puerta y el Joker le dispara, dejándola paralítica de la cintura para abajo. Sus ayudantes noquean al comisionado y se sugiere una posterior violación de su hija, con fotos de ella sin ropa.
The Killing Joke, la novela gráfica de 1988 escrita por Alan Moore y dibujada por Brian Bolland, ha sido una de las historias más conocidas en la mitología de Batman. Es famosa por darle un posible origen al Joker, tal vez el villano más importante en la industria del cómic norteamericano, y ahora DC Comics quiso traerla en una versión animada.
Sin embargo, The Killing Joke también es conocida por tocar temas oscuros –es la primera película de DC Comics en tener clasificación R–, y entre esos, se encuentra la infame escena del Joker y Barbara Gordon.
Pero el daño no iba dirigido a Batichica –probablemente el Joker ni siquiera sabía su identidad secreta–, ella era sólo el medio para llegar a un fin: enloquecer al comisionado. “Sólo se necesita un mal día para volver al más cuerdo de los hombres en un demente”, dice el Joker, después de torturarlo y mostrarle las fotos de su hija.
Barbara Gordon, en este caso, fue víctima de lo que se conoce como fridging, un concepto propio del argot de los cómics en el que se mata o lesiona a personajes femeninos para hacer avanzar o complejizar el desarrollo de personajes masculinos. El término fue acuñado por Gail Simone, una escritora de cómics, después de que en Green Lantern #54, Kyle Rayner (uno de los muchos linternas verdes) llega a su departamento y encuentra el cuerpo descuartizado de su novia dentro del refrigerador (fridge en inglés).
Según Jeffrey A. Brown, profesor de cultura popular en Bowling Green State University, y autor del libro Dangerous Curves: Action Heroines, Gender, Fetishism, and Popular Culture, los hombres en los cómics mueren de maneras trágicas y heroicas –y en la mayoría de casos vuelven a la vida– , mientras que las mujeres mueren o son heridas de forma casi trivial, pero con frecuencia de manera permanente y sexualizada.
Por muchos años, Barbara Gordon dejó de ser Batichica después del incidente con el Joke, y pasó a ser Oracle, algo similar a una aliada informática de Batman. Sin embargo, en 2011 los escritores decidieron sanar al personaje de su parálisis para volver a su título original de máscara y capa.
Se pensó en un nuevo enfoque para Batichica, más ligero y divertido. Pero en 2015 la controversia volvió, y nuevamente tuvo que ver con el episodio de The Killing Joke. Como parte de una campaña de portadas del Joker, el artista Rafael Albuquerque publicó en Twitter la que sería su portada para Batgirl #41. La imagen mostraba al Joker sujetando a Barbara, vestida como Batichica, con la característica sonrisa del villano pintada en su rostro y completamente incapacitada por el miedo. La imagen recibió miles de críticas e incluso el mismo Albuquerque pidió a DC que no se publicara su portada.
Sin embargo, Grace Randolph, youtuber y autora del cómic Supurbia, a pesar de apoyar temas como la inclusión de mujeres en la industria, cree que el fridging no debe ser ignorado, obviado o prohibido porque, según ella, es un fenómeno de la vida real y es algo que pasa todos los días.
No queda más que ver la película, que además contará con unos minutos adicionales que acercarán a los no-lectores a la vida de Barbara como Batichica, y decidir si hay o no fridging.