Durante 90 días de la campaña presidencial 2018, los mexicanos hemos visto pasar una serie de eventos de proselitismo que han marcado tendencia, causado expectativa y delineado las posturas de los actores políticos, e incluso, de los poderes fácticos involucrados.
El arranque de campaña de Andrés Manuel López Obrador en Ciudad Juárez, Chihuahua; la carrera por la candidatura independiente de María de Jesús Patricio Martínez, “Marichuy”; la renuncia de Margarita Zavala Gómez del Campo y la llegada de Jaime Rodríguez Calderón, “El Bronco”, a la boleta de la elección presidencial, que evidenció las fricciones entre el INE y el TEPJF.
Además, el cambio de la dirigencia nacional del PRI por la falta de impacto de la campaña de José Antonio Meade Kuribreña; los supuestos escándalos de corrupción y de presunto lavado de dinero ligados a Ricardo Anaya Cortés, que fueron exhibidos en video; las advertencias del ex Presidente Vicente Fox Quesada y del empresariado mexicano por el posible triunfo de Andrés Manuel López Obrador, así como las campañas negras contra el candidato morenista y la probable derrota de la coalición por “Por México al Frente”, anunciada por un sector del PRD, son algunos de esos momentos.
En esta edición, cuando cierran las campañas presidenciales 2018, SinEmbargo aborda los eventos que han marcado este proceso electoral: es una radiografía basada en sucesos, que describen cómo los ciudadanos hemos visto algunos de los capítulos más intensos rumbo a la sucesión presidencial.
Ciudad de México, 27 de junio (SinEmbargo).- Hay momentos clave para entender una elección y hay escenas clave que los dibujan. A unas horas del inicio de la veda electoral y a cuatro días de los comicios presidenciales, en SinEmbargo analizamos 84 jornadas de campaña en todo el territorio nacional, para dar un vistazo al clima político que vive el país antes de la sucesión presidencial de 2018. De ese cúmulo de momentos, este diario digital rescató algunos que son memorables.
Durante el proceso electoral, las encuestas han posicionado a Andrés Manuel López Obrador (AMLO) como el indiscutible puntero (con un mínimo que ronda los 20 puntos porcentuales de ventaja). Y sus oponentes, el panista Ricardo Anaya Cortés y el priista Jose Antonio Meade Kuribreña, permanecen en una disputa por la segunda posición.
Hemos presenciado, también, las tensiones entre el Instituto Nacional Electoral (INE) y el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) que minan, poco a poco, la confianza ciudadana en los organismos encargados de legitimar y garantizar una sucesión legal y tranquila (como cuando discutieron por la apertura de urnas para asegurar el conteo rápido y los resultados preliminares, o cuando avalaron la candidatura del “El Bronco”).
De acuerdo con la Encuesta Nacional de Calidad e Impacto Gubernamental 2017 del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), el 64 por ciento de los mexicanos desconfía de los organismos electorales de México. Lo mismo sucede con los partidos políticos, que generan desconfianza en el 80.4 por ciento de la ciudadanía.
Asimismo, hemos sido testigos de innumerables actos de proselitismo, con promesas tan grandes como largos los discursos. Inclusive, hubo controversias causadas por el uso de tarjetas y monederos electrónicos para incentivar el voto (el año pasado, fueron motivo de impugnación en las elecciones de los estados de México y de Coahuila, situación que desembocó en fricciones entre el INE y el TEPJF).
Sin embargo, existen otros momentos simbólicos. Los arranques de campaña, las candidaturas independientes, la guerra sucia, las posturas de los ex presidentes y del empresariado, además de los señalamientos de corrupción, entre otros, son escenas que han destacado en el actual proceso de sucesión presidencial, ya sea por el color o por el rasgo que imprimieron en el comportamiento de los actores políticos y fácticos que han estado involucrados.
EL PASO DE AMLO POR EL NORTE
Uno de los momentos más simbólicos del periodo de campañas tuvo lugar el 1 de abril de 2018 en Ciudad Juárez, Chihuahua, donde Andrés Manuel López Obrador inició su campaña presidencial.
El homenaje al histórico “Paso del Norte”, en donde Benito Juárez se refugió durante la intervención francesa, o donde años más tarde las fuerzas revolucionarias de Francisco I. Madero derrotaron al ejército federal, tuvo un impacto político más que simbólico: los estados del norte y del bajío de México han sido, por tradición, de clima adverso para las izquierdas y también para López Obrador.
En 2006, con la excepción de Zacatecas, AMLO perdió todos los estados del norte de México (las baja californias, Chihuahua, Coahuila, Durango, Nuevo León, San Luis Potosí, Sonora y Tamaulipas) a manos del Partido Acción Nacional (PAN). Los datos del Instituto Nacional Electoral refieren que, en promedio, el Partido de la Revolución Democrática (PRD) obtuvo el 24.59 por ciento de las votaciones, mientras que el blanquiazul obtuvo el 44.66 por ciento.
En los estados del bajío (Aguascalientes, Colima, Guanajuato, Jalisco y Querétaro), con las excepciones de Michoacán y Nayarit, PRD promedió 20.88 puntos porcentuales contra 49.14 del PAN.
Asimismo, en los comicios de 2012, el Partido Revolucionario Institucional (PRI) arrasó en aquellos estados sin excepción. En el norte promedió 31.79 por ciento contra 13.54 del PRD. Y en el bajío, el partido tricolor se impuso con un promedio de 32.64 por ciento (el PRD con 14.21).
Tras su arranque de campaña en Ciudad Juárez, López Obrador ha destinado la mitad de sus viajes a estados del norte del país, indica un recuento de la Unidad de Datos de SinEmbargo, basado en la agenda y en los datos del sitio oficial del político tabasqueño.
MARICHUY, LÍDER INDÍGENA PRESIDENCIAL
El 8 de octubre, la curandera nahua María de Jesús Patricio Martínez, “Marichuy”, se registró como aspirante independiente presidencial. Cuatro meses después, el sueño de la feminista y portavoz del Consejo Nacional Indígena (CNI) se vio truncado, debido a que la independiente no reunió las firmas necesarias para obtener su registro oficial (consiguió 248 de 860 mil rúbricas requeridas por el INE).
La aspirante presidencial se negó, desde un inicio, a recibir cualquier tipo de apoyo por parte del INE. “Vamos a caminar al estilo de los pueblos indígenas, con el apoyo de nuestros pueblos”, sentenció con una sonrisa y un saludo en 2017. Entonces también reconoció que le habían “puesto muchas trabas” para conseguir alzar la voz. Y que, contra viento y marea, “aún así hemos logrado dar este primer paso”.
A pesar de no lograr su registro, Marichuy se ganó el respeto de un país, no sólo por el México que representa y por el que lucha, sino también, porque a diferencia de los demás candidatos presidenciales tuvo un 94.5 por ciento de firmas válidas, que implicó que hubo limitadas inconsistencias (el Senador con licencia Armando Ríos Piter simuló 900 mil firmas y el ex Gobernador de Nuevo León, Jaime Heliodoro Rodríguez Calderón, “El Bronco”, presentó 388 mil rúbricas falsas).
LA DUDOSA LLEGADA DE “EL BRONCO”
El 10 de abril de este año, alegando que el Instituto Nacional Electoral no dio a Jaime Rodríguez Calderón la garantía de audiencia para revisar la totalidad de las firmas invalidadas, el TEPJF ordenó al INE “otorgar el registro correspondiente” a “El Bronco” para permitir que contienda, de manera independiente, por la Presidencia de la República.
Esto a pesar de que Rodríguez Calderón no cumplió con las más de 866 mil firmas requeridas por las autoridades electorales para darle su registro, luego de que el INE le invalidara el 41 por ciento de las más de 2 millones de firmas que presentó, por ser apócrifas o sujetas a diversas “inconsistencias”.
De los cuatro votos a favor de la candidatura de “El Bronco”, tres fueron emitidos por magistrados impulsados por el PRI (Felipe Fuentes, José Luis Vargas y Mónica Soto) que han sido relacionados con Humberto Castillejos Cervantes, ex asesor jurídico de la Presidencia de la República y uno de los hombres más cercanos a Enrique Peña Nieto.
Esta circunstancia fue tildada -por el escrutinio público- de ser un movimiento del partido tricolor, sobre todo, para dispersar el voto. Algunos analistas políticos -como Enrique Toussaint de la Universidad de Guadalajara- inclusive señalaron que se trató de una estrategia para golpear a los opositores del abanderado priista, Jose Antonio Meade Kuribreña.
“El Bronco” fue multado por el TEPJF debido a que funcionarios del Gobierno de Nuevo León recabaron firmas en día y horario laboral en favor de él, por triangulación de recursos de empresas fantasmas y pagos a auxiliares mediante tarjetas en el acopio de apoyos. El omnto que deberá pagar por las irregularidades es de 739 mil 047 pesos.
EL PRI CAMBIA DE RUMBO CON CISNEROS
A principios de mayo de 2018, Enrique Ochoa Reza dejó la dirigencia nacional del Partido Revolucionario Institucional. Lo sustituyó el ex Gobernador de Guerrero René Juárez Cisneros, quien en junio, dijo a los presentes en una gira de trabajo en Guerrero que, “si les llega alguien de color amarillo, color medio moradito o azul y les quieren dar dinero, díganles que sí, y voten por el PRI”.
“Ha terminado un ciclo y comienza otro. René Juárez es un hombre querido y reconocido en el partido”, señaló Ochoa Reza el día de su dimisión. Asimismo, Cisneros aseguró que sería “un presidente cercano a la militancia” y que buscaría “mirarle los ojos a todos los militantes y simpatizantes en todos los rincones de la República”, además de visitar “a la comunidad, al seccional, a la colonia [y] al barrio”.
La declaración de Cisneros hace referencia, sobre todo, a la estructura interna y a los simpatizantes del PRI. Y de acuerdo con analistas consultados por SinEmbargo, lo que el partido buscó fue “precisamente tratar de coaccionar el voto duro y corporativo del PRI”. En ese sentido, explicaron que la estrategia es, más que buscar votos, evitar perder presencia en los sectores donde son fuertes.
La renuncia de Ochoa Reza coincidió con el momento en que el promedio de encuestas de preferencia electoral apuntaba que el abanderado priista, José Antonio Meade Kuribreña, se mantenía en la tercera posición, lejos de Ricardo Anaya Cortés y aún más lejos de Andrés Manuel López Obrador.
LA RENUNCIA DE MARGARITA ZAVALA
Margarita Zavala Gómez del Campo protagonizó un momento histórico en la vida política de nuestro país al convertirse en la primera candidata presidencial sin partido. Luego de renunciar a 33 años de militancia en el PAN, en octubre de 2017, se encaminó a estrenar la figura de los independientes, siendo, hasta cierto punto, la única que cumplió con todos los requisitos establecidos en la Ley Electoral.
El 17 de mayo de 2018, su aventura concluyó. Ese mismo día anunció que se retiraba de la contienda electoral “por un principio de congruencia, de honestidad política, para dejar en libertad a los que generosamente me han apoyado para que tomen su decisión como se debe tomar en esta difícil contienda”.
La presidenciable nunca pudo despegar en las encuestas. En términos de preferencia electoral, acaparó un promedio de cuatro por ciento de la intención de voto. Pero la razón de su renuncia, expuso, derivó principalmente a un sistema carente de segunda vuelta que volvió “inviable” su candidatura, además de la inequidad de condiciones económicas y de acceso a tiempo en radio y televisión para la difusión de spots publicitarios.
Su declinación coincidió con el momento en que el abanderado del Frente Por México, Ricardo Anaya Cortés, lanzó una campaña a favor del voto útil en contra de Andrés Manuel López Obrador. No obstante, desde su renuncia, la ex Primera Dama de México mencionó que no declinaría a favor de algún otro candidato (aunque algunos personajes que la apoyaron se han decantado por Meade o Anaya).
VIDEOESCÁNDALO DE RICARDO ANAYA
Desde el año pasado, una noticia persigue al panista queretano: entre 2014 y 2016 compró y vendió un terreno en su estado natal. Lo adquirió por poco más de 10 millones de pesos, y a los dos años de la compra, construyó siete mil metros cuadrados de una nave industrial que vendió en 54 millones. La transacción implicó una supuesta red de empresas fantasma liderada por el empresario queretano Manuel Barreiro Castañeda, quien habría movilizado 80 millones de pesos para impulsar la campaña presidencial de Ricardo Anaya Cortés.
A principios de junio, fue difundido un video en el que Juan, presunto hermano de Manuel Barreiro, habla de un esquema de lavado de dinero a favor del abanderado del Frente por México. Cinco días después, a 15 minutos de que iniciara el tercer debate presidencial, una segunda parte del video fue publicada. El material vincula, aún más, al candidato panista con el esquema de empresas fantasma.
La primera filtración del material se dio a 23 días de las elecciones, en un momento en el que, de acuerdo con el acumulado de encuestas de Bloomberg, AMLO se encontraba a la cabeza de las preferencias electorales con 51 puntos, seguido por Ricardo Anaya con 25.4, y José Antonio Meade con 20.5 puntos porcentuales.
En respuesta, Anaya dijo que “me atacan porque denuncié que Enrique Peña Nieto y López Obrador ya pactaron. Peña Nieto le ayuda a López Obrador atacándome a mí, que soy el único que le puede ganar, y a cambio, López Obrador ya se comprometió a perdonarle todo, como ya inclusive lo dijo públicamente”.
Antes, a finales de febrero de 2017, circuló en redes sociales un video en el que Anaya aparece celebrando en una boda junto con Manuel Barreiro. Ese mismo día, el panista comentó en sus redes que “sí conozco” a Barreiro pero “no le vendí nada”. Luego remató diciendo: “Ahora resulta que asistir a una boda es prueba de algo indebido”.
EL ANTILOPEZOBRADORISMO DE FOX
Fox es un férreo defensor del voto útil en contra de López Obrador. Lo ha demostrado en éstas y en las pasadas elecciones presidenciales, tiempo en que mudó su apoyo político de uno a otro candidato, según las posibilidades que aquellos tuvieran de vencer al representante de un populismo que rechaza (en 2006 apostó por Felipe Calderón Hinojosa; en 2012 apoyó a Enrique Peña Nieto y sacrificó a Josefina Vázquez Mota; y este año se ha dividido en su apoyo por Ricardo Anaya y Jose Antonio Meade).
El 27 de mayo de 2018, por ejemplo, Fox aseguró que mantenía su oposición al “populismo” del candidato del Movimiento Regeneración Nacional (Morena), “quien engaña a los mexicanos, quien nos está recetando el mismo tipo de campaña que hace Hugo Chávez y que hacen los populistas de América Latina”.
Inclusive, hace poco más de un año amenazó diciendo que “si no el pueblo de México, yo me voy a encargar, yo personalmente, de que ese cuate [Andrés Manuel López Obrador] no llegue, que no queremos otra Venezuela aquí”.
En respuesta a los constantes ataques de Fox, AMLO respondió durante un acto de proselitismo político que “cuando el desafuero [de 2004-2005] no pudo con nuestro movimiento […], pensaron que con eso íbamos nosotros a desistir de nuestra lucha. No, Fox. Nos falta todavía una nueva confrontación política que espero que se de en buena lid. Y la tercera es la vencida. No van a poder con este movimiento”.
EL “NERVIOSISMO” EMPRESARIAL
A finales de mayo, las empresas mexicanas Herdez y Grupo Vasconia -en la voz de sus respectivos presidentes, Héctor Hernández Pons Torres y José Ramón Elizondo- expresaron su preocupación por los riesgos que puede llevar el tener un gobierno “populista”, sobre todo en materia económica, lo que pondría en riesgo la estabilidad de las compañías y de los empleos que generan.
Inclusive, por medio de una misiva, Hernández Pons advirtió que su grupo será “más cauteloso” en sus inversiones, “limitándose” a la protección y conservación de sus activos.
Unos días después, un conjunto de empresas afiliadas al Consejo Mexicano de Negocios (CMN) y al Consejo Coordinador Empresarial (CCE) “alentaron” a sus empleados a votar a consciencia en julio próximo. Entre ellas figuraron las de Grupo Bal (del empresario mexicano Alberto Baillères González) y las de Grupo México (de Germán Larrea Mota Velasco).
A este llamado, se sumaron después el dueño de InterCeramic, Víctor Almeida García, y un integrante del Consejo de Administración de Grupo Soriana, Pedro Luis Martín Bringas, quienes arremetieron contra el tabasqueño y expresaron, por medio de un video, su apoyo al panista Ricardo Anaya Cortés.
Una semana después de los llamamientos, varios empresarios mexicanos se reunieron con el abanderado de la coalición “Juntos Haremos Historia” e integrantes del CMN.
“Se aclararon dudas, se limaron asperezas y se estableció un compromiso de trabajar juntos, en el caso de que los mexicanos decidan que yo sea el Presidente de la República”, dijo López Obrador, quien además aseguró que tendrá “una relación de cooperación con el sector privado y el sector público” para impulsar el desarrollo y los empleos, todo en beneficio del “interés nacional”.
Entre los empresarios que asistieron a la reunión están Juan Pablo Castañón Castañón, presidente del Consejo Coordinador Empresarial; Emilio Azcárraga Jean, presidente del Consejo de Administración de Televisa; Carlos Slim Helú, presidente de Grupo Carso; María Asunción Aramburuzabala Larregui, vicepresidenta del Consejo de Administración de Grupo Modelo; Germán Larrea, dueño de Grupo México; y Alberto Baillères González, de Grupo Bal.
AMLO: MOTIVO DE CAMPAÑA NEGRA
Los ataques contra López Obrador no an cejado en los últimos 12 años, en que ha contendido en tres ocasiones por la silla presidencial. Sin embargo, a finales de abril, comenzó a circular publicidad en unidades de transporte público de la serie “Populismo en América Latina”, que mostraba fotografías de AMLO, Hugo Chávez (ex Presidente de Venezuela), Juan Domingo Perón (ex Presidente de Argentina) y Luiz Inácio Lula da Silva (ex Presidente de Brasil). La propaganda sólo indicaba que la serie se transmitiría “Próximamente” sin mencionar la cadena o el medio de transmisión.
En respuesta, el líder de Morena dijo que se trataba de un documental financiado por un grupo de empresarios, entre ellos, Claudio X. González, ligado a la empresa Kimberly Clark México.
Hasta el día 21 de junio, la información contenida en la página de Internet de La División, la casa productora del documental liderada por Javier García Mata, fue borrada. No se supo más del capítulo que sería dedicado a Andrés Manuel López Obrador.
“Yo lamento que no se haya podido ver. El único que dice que la vio fue Andrés Manuel López Obrador y no dejó que los demás lo vieran”, dijo Fernando Belaunzarán Méndez, candidato a una diputación federal de la alianza “Por México al Frente”, quien fue entrevistado por los realizadores de la serie.
Belaunzarán Mendez, por su parte, declaró en abril que sabía que López Obrador y su equipo de campaña presionaban para que el documental no se transmitiera. Al final, Netflix y National Geographic se deslindaron de la transmisión de la serie en sus respectivas plataformas. No obstante, puede ser vista a través de Amazon.
LA DECLINACIÓN QUE NO LLEGÓ
En su lucha por el segundo lugar, Ricardo Anaya y su equipo de campaña política llegaron a sugerir una posible declinación a su favor por parte de José Antonio Meade.
A fines de abril y ante empresarios, Anaya se dijo dispuesto a entrevistarse con el Presidente Enrique Peña Nieto para poder sumar esfuerzos y enfrentar a López Obrador. A las pocas horas reculó: “No a los acuerdos cupulares”, dijo en conferencia de prensa y señaló que a lo que se refería, era al ejercicio del voto útil (para evitar que AMLO llegue a la silla presidencial).
Antes, Jorge Castañeda había puesto sobre la mesa la posibilidad de que la coalición “Por México Al Frente” realizara una alianza anti López Obrador. Sin embargo, a las pocas horas dijo que su declaración era, más bien, un llamado a las bases del PRI y de Morena a sumarse al proyecto tripartidista.
Javier Lozano, vocero de la campaña de Meade, fue uno de los personajes que reconoció públicamente la presión del sector empresarial para que el ex Secretario de Hacienda y Margarita Zavala declinaran en favor de Ricardo Anaya.
López Obrador, incluso, entró a la discusión diciendo que no sería justo para el representante del PRI que lo bajaran de la contienda.
LA DERROTA ANTICIPADA POR EL PRD
El 21 de junio pasado, dirigentes estatales y el secretario de Operación Política del Comité Ejecutivo Nacional del PRD, Vladimir Aguilar García, reconocieron por medio de una misiva que el candidato presidencial Ricardo Anaya Cortés, así como la aspirante a la Jefatura de Gobierno de la Ciudad de México, Alejandra Barrales Magdaleno, “ya han sido derrotados”.
“No lo decimos nosotros, así lo indican prácticamente todas las encuestas serias, nacionales y en la capital que indican un inminente triunfo de Andrés Manuel y Claudia Sheinbaum, respectivamente”, se lee en la carta.
Los malos resultados de la coalición Por México al Frente responden a varios factores, acusan los perredistas: uno, porque sus candidaturas son legales pero no legítimas en varios sectores del partido, ya que “no fueron producto de procesos participativos ni de ejercicios democráticos”; dos, las campañas presidencial y capitalina del Frente se caracterizaron por “eventos estilizados y no de contacto con la población en general”; y tres, la reunión entre Anaya y el Frente Nacional por la Familia, que “representa la visión más conservadora de la sociedad y que atenta contra los derechos humanos”.
En respuesta, el presidente nacional del Sol Azteca, Manuel Granados Covarrubias, tildó el acto de Aguilar como “irreflexivo”, imprudente” y “oportunista”, toda vez que aseguró que la expresión del grupo al que responde el integrante del CEN sólo “representa el cinco por ciento de nuestro partido”.
Pero no sería la única escisión. Amalia García (quien trabajaba en la campaña de Claudia Sheinbaum) renunció el domingo de la semana pasada, y un día después, Alejandro Sánchez Camacho, secretario de Acción Política Estratégica del PRD y coordinador de la corriente Izquierda Democrática Nacional (IDN), anunció que él y su corriente apoyarán a Andrés Manuel López Obrador, candidato de la alianza “Juntos haremos historia” a la Presidencia de la República.
Ambos personajes expusieron que su falta de apoyo a Ricardo Anaya era una de las principales causas para darle la espada a la coalición partidista.