El Gobierno francés emitió un decreto en el que prohíbe el uso de la hidroxicloroquina como tratamiento para pacientes infectados con coronavirus; estudios han señalado que el medicamento, usado para eliminar la malaria, podría causar problemas cardíacos.
París, Francia, 27 de mayo (EFE).- El Gobierno francés prohibió este miércoles por decreto la utilización de la hidroxicloroquina para tratar a enfermos de la COVID-19, por los recientes estudios que desaconsejan esa utilización del polémico medicamento, usado habitualmente para la malaria.
En un comunicado, el Ministerio de Sanidad señaló que los médicos no deberán recetar para el coronavirus esa molécula, y que tampoco deberá utilizarse en los hospitales para los pacientes internados. La única excepción serán los ensayos clínicos.
Este decreto viene a modificar otro del 26 de marzo que permitía su utilización, con carácter derogatorio, para formas graves de la COVID-19 en los hospitales, y siempre que hubiera una decisión colegial de los facultativos y con una “vigilancia médica estricta”.
El Ministerio justificó este cambio por el dictamen emitido este martes por el Alto Consejo de Sanidad Pública (un órgano consultivo), que considera que con los datos disponibles no solo no está demostrado que la hidroxicloroquina sea beneficiosa, sino que además puede suponer un riesgo cardíaco.
También se refirió a los estudios publicados en las últimas semanas sobre el uso de la hidroxicloroquina para la COVID-19 como tratamiento único o en asociación con otros medicamentos.
Hace alusión en particular al trabajo presentado en The Lancet, que mostraba una mayor mortalidad y un incremento de las arritmias cardíacas entre los pacientes a los que se había administrado la molécula, que en Francia tiene como gran defensor al mediático profesor Didier Raoult, que dirige el Hospital Universitario IHU de Marsella.
Raoult, que ha recibido el apoyo de políticos de derechas y de izquierdas en su defensa de la hidroxicloroquina contra el coronavirus, descalificó el estudio de The Lancet con el argumento de que sus autores se asientan en un examen de bases de datos y no han tenido contacto con los enfermos.
“No sé si en otros sitios la hidroxicloroquina mata, pero aquí salva vidas”, señaló en alusión a los 4 mil pacientes que se han curado en su centro de Marsella, y que atribuye a ese tratamiento.