La Semarnat de Enrique Peña Nieto redujo 63.1% la inversión en sus 28 principales programas ambientales, mientras que a lo largo del sexenio el gasto más ocioso repuntó a un ritmo proporcional de 5.4 puntos porcentuales por año. Entre los gastos ociosos destacó, por ejemplo, 2.3 millones de pesos para mantener una “camioneta blindada”.
Ciudad de México, 27 de mayo (SinEmbargo).- Los gastos más dispensables de la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) equivalieron a 14.2 mil millones de pesos durante el sexenio pasado. Esta cantidad equivale a 1.2 veces el gasto total de la dependencia federal en sus 28 programas ambientales prioritarios.
De acuerdo con los informes 2013-2018 de la Cuenta Pública de la Semarnat, los egresos que representan una mayor oportunidad de ahorro –como los gastos en alimentos y utensilios, arrendamientos, artículos deportivos, parque vehicular, publicidad, vestuario y viáticos– ocuparon en promedio el 4.5 por ciento del gasto total de la dependencia federal y aumentaron, proporcionalmente cada año, 5.4 puntos porcentuales.
Mientras que el gasto dispensable repuntó durante el sexenio del ex Presidente Enrique Peña Nieto, el presupuesto para los 28 programas más “destacados” según la Cuenta Pública de 2013 sufrió, año con año, descalabros promedio de 15.8 puntos porcentuales.
Sólo entre 2013 y 2018, el presupuesto de estos 28 programas ambientales decayó en 63.1 por ciento, al pasar de 31.8 a 11.7 mil millones de pesos. Y como proporción del gasto total de la dependencia federal, estas participaciones pasaron de ocupar el 56.3 por ciento del presupuesto anual, a ocupar el 26.9 por ciento.
“Las cifras del dispendio son exorbitantes; año con año se develan escándalos de derroche de recursos en bienes y servicios suntuosos, como lo son, enunciativamente, seguro médico particular, automóviles nuevos, camionetas blindadas, choferes, guardaespaldas, viajes en helicópteros o aviones privados, y en muchos casos comidas y bebidas, comportamientos que durante varias décadas se consideraron normales entre los políticos y gobernantes”, se lee en la iniciativa de Ley de Austeridad Republicana del Congreso de la Unión, con fecha del 11 de septiembre de 2018.
El gasto en bienes y servicios de la Semarnat durante el sexenio pasado no estuvo, en ese sentido, exenta de gastos “suntuosos”. Ejemplo de ello fue la erogación de al menos 2.3 millones de pesos para mantener una “camioneta blindada”, o 538 millones en alimentos, vales de despensa y viáticos para funcionarios públicos, según cifras del portal CompraNet de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP).
En el mejor de los casos, tomando como referencia los memorándum y las iniciativas para expedir la Ley de Austeridad Republicana del Gobierno en turno, las instituciones del Gobierno federal podrían reducir sus gastos operativos hasta en un 35 por ciento, en promedio, sin afectar la calidad de su operación.
Una reducción equiparable a la tercera parte del gasto más dispensable de la Semarnat equivaldría a 4.9 mil millones de pesos. Con esa cantidad de dinero, la dependencia federal pudo haber incrementado, en cuatro puntos porcentuales, su gasto anual en programas prioritarios.
Lo anterior cobra especial relevancia considerando que aunque “México ha dado grandes pasos [en los últimos años] para fortalecer su política ambiental y desarrollar un enfoque coherente para múltiples problemas ambientales”, aún tiene un “importante” reto para “descarbonizar” gran parte de sus sectores productivos, de acuerdo con la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).
En su penúltimo informe (2015) de calidad ambiental, la Semarnat reconoce que la huella ecológica estimada de los mexicanos “pasó de tener un crédito ecológico de alrededor de 2 hectáreas globales” en 1961, a tener “un déficit de 1.6 hectáreas globales” al corte de 2012.
Esto significa que en 50 años las necesidades de los mexicanos excedieron la biocapacidad de su territorio, o bien, la capacidad de sus áreas biológicamente productivas para generar recursos y absorber los desechos resultantes de su consumo.
EL GASTO DE LA DEPENDENCIA AMBIENTAL
Durante el sexenio pasado, la Semarnat erogó un total de 4.7 mil millones de pesos en arrendamiento de bienes, inmuebles y vehículos, así como 3.3 mil millones de pesos en bienes y servicios para su parque vehicular, de acuerdo con los informes presupuestarios de la dependencia del Gobierno federal.
También devengó 2.6 mil millones en servicios de traslado y viáticos de funcionarios públicos; 2.4 mil millones en servicios de comunicación social y publicidad; 875.5 millones en vestuario, blancos, prendas de protección y artículos deportivos, además de 251.3 millones de pesos en alimentos y utensilios.
El 32 por ciento (4.5 de 14.2 mmdp) de los gastos de la Secretaría correspondió a contrataciones públicas gubernamentales, de las cuales, el 61 por ciento –correspondiente a casi 2.8 mil millones– fue otorgado por adjudicación directa federal, distribuido en 1 mil 334 contratos entre 2013 y 2018.
El gasto que implicó mayores oportunidades de ahorro presupuestario y que en promedio acaparó el 65.3 por ciento del gasto en contrataciones gubernamentales anuales (en CompraNet) de la Semarnat –relativo a propaganda y difusión, eventos oficiales, arrendamientos, parque vehicular, viáticos, vales de despensa, vigilancia privada, ropa no especializada y artículos deportivos– tuvo una variación positiva promedio anual de 37.5 puntos porcentuales.
Entre 2013 y 2018, el monto consolidado de los contratos más dispensables fue 89 por ciento mayor, al pasar de 268.2 a 506.5 millones de pesos. Además de los gastos en una camioneta blindada (2.3 mdp) y en alimentos, vales de despensa y viáticos para funcionarios públicos (538 mdp), destacaron gastos en conferencias, reuniones y eventos oficiales (710.1 mdp), vigilancia privada (55.9 mdp) y “medallas” (259 mil pesos).