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Sergio Saldaña Zorrilla

27/05/2018 - 12:02 am

Las mentiras de Anaya sobre desempleo

El desempleo en la CDMX es consecuencia del desempleo nacional, no de López Obrador, como manipuladoramente quiso hacernos creer Anaya. En el segundo debate presidencial del pasado 20 de mayo, el candidato Ricardo Anaya distorsionó datos de empleo en un intento por cuestionar a Andrés Manuel López Obrador. Anaya dijo que el desempleo en la […]

Ricardo Anaya. Imagen tomada de video

El desempleo en la CDMX es consecuencia del desempleo nacional, no de López Obrador, como manipuladoramente quiso hacernos creer Anaya. En el segundo debate presidencial del pasado 20 de mayo, el candidato Ricardo Anaya distorsionó datos de empleo en un intento por cuestionar a Andrés Manuel López Obrador. Anaya dijo que el desempleo en la Ciudad de México aumentó 63 por ciento durante el gobierno de López Obrador en esa ciudad; eso es incongruente, pues el empleo es resultado de la política económica implementada por el gobierno federal; y en ese entonces el gobierno federal estaba en manos del Partido Acción Nacional (PAN), el partido de Ricardo Anaya. En este caso, el reclamo de Anaya debía dirigirse a Vicente Fox Quesada, entonces titular del poder ejecutivo del país.

Como puede verse en la siguiente tabla, el aumento del desempleo fue una tendencia nacional durante ese periodo. Recordemos también que la CDMX es una receptora neta de migrantes que llegan de todas partes del país en su mayoría buscando empleo, por lo que el desempleo en la CDMX es especialmente mayor cuando la economía del país va mal.

El desempleo en la CDMX es consecuencia del desempleo nacional. Ceteris paribus, lo anterior puede demostrarse estadísticamente por medio de la estimación del coeficiente de correlación entre las tasas de desempleo nacional y de la CDMX, que es de 0.66 (alto). Por su parte, la relación causa-efecto entre una y otra variable puede demostrarse estadísticamente al estimar el coeficiente de correlación introduciendo un periodo de rezago entre la tasa de la CDMX (t) y la tasa nacional (t-1), lo cual eleva el coeficiente de correlación a 0.84.

En México, existe una tendencia histórica en la cual, cuando aumenta el desempleo en el país (como en el sexenio de Fox, que aumentó en 38 por ciento), la tasa de desocupación en la CDMX también tiende a aumentar (en 57 por ciento durante el mismo periodo –no 63 por ciento, como afirmó Anaya). Cuando el crecimiento del desempleo nacional es sostenido, aumenta la brecha de desempleo nacional-CDMX.

Debido a la mediocre política económica de los gobiernos de Fox y Calderón, el desempleo en el país aumentó sostenidamente, por lo que también aumentó la brecha de desempleo Nacional-CDMX. En la Tabla y en la gráfica se observa que entre 2000 y 2002 la brecha entre el desempleo nacional y el de la CDMX se comenzó a cerrar. Sin embargo, a partir de la crisis de 2003 la brecha aumentó hasta 2005, reduciéndose ligeramente a partir de 2007.

Una vez aclarada la parte estadística de este punto, paso ahora a la parte ética. Es realmente preocupante la falta de ética de los candidatos Ricardo Anaya y José Antonio Meade en los debates, donde hacen un uso indiscriminado de mentiras, falacias, calumnias y de difamaciones en contra del candidato Andrés Manuel López Obrador.

Creo que el candidato López Obrador se ha visto extremadamente benévolo con Ricardo Anaya, pues ante la serie de calumnias de Anaya, Andrés Manuel no le ha contestado en la reciprocidad de tono ni de contenido que se merece. Y miren que con Anaya hay tela de dónde cortar: simplemente, con el negro pasado de Anaya en la Cámara de Diputados fácilmente se le podría exhibir. Existe abrumadora evidencia de que cuando Anaya fue diputado se dedicó a extorsionar a presidentes municipales a cambio de distribuirles recursos de los Ramos 28 y 33 del Presupuesto de Egresos de la Federación (el por todos conocido escándalo de “los moches”): eso sí es ser un bribón, pero además cínico porque se presenta ante todos los mexicanos como un dechado de pureza (perdón por mis palabras, pero ya me es imposible disimular mi molestia). Y ni qué decir de las implicaciones de Anaya en operaciones relacionadas con lavado de dinero, en donde Andrés Manuel también podría hacer señalamientos sumamente sustentados.

En su desesperación, Anaya está recurriendo a un tono cada vez más agresivo. No es con mentiras pronunciadas en un tono agresivo como Anaya va a remontar su actual y creciente desventaja en la intención del voto respecto de Andrés Manuel López Obrador; es con la exposición de sus ideas. Pero en el terreno de lo que debieran ser las ideas propias de Anaya encontramos un nuevo problema: su falta de originalidad. La lista de plagios del Sr. Anaya es cada día más larga. Luego de esto, es lógico que ante la falta de ideas propias, el candidato Anaya tenga que recurrir a la agresividad y la mentira.

El INE debería intervenir ya. Los mexicanos no podemos seguir siendo objeto de una contienda en donde tanto Anaya como Meade están haciendo un uso sistemático de la mentira, de la manipulación de verdades a medias, de la calumnia y de la difamación.

@SergioSaldanaZ

Sergio Saldaña Zorrilla
Doctor en Economía por la Universidad de Economía de Viena (WU-Wien), en Austria, ex-funcionario de la ONU (CEPAL) y miembro del Sistema Nacional de Investigadores (SNI) del CONACYT.

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