El silencio es el ruido más fuerte, quizá el más fuerte de todos los ruidos
Miles Davis
Serían 86 años los que Miles Davis festejaría este año. Recordamos hoy al músico de ingenio explosivo que alguna vez, invitado por el presidente de Estados Unidos, Ronald Reagan a una cena en la Casa Blanca, respondiera a la pregunta de la primera dama, acerca del motivo por el cual había tenido el honor de merecer tal invitación a lo que Davis respondió: “Bueno, he cambiado el curso de la música cinco o seis veces ¿Qué ha hecho usted, aparte de dormir con el presidente?”
Davis creció en un barrio acomodado de East St Louis, Illinois. Fue fruto del matrimonio entre un dentista, el doctor Miles Dewey Davis, Jr., y de una profesora de música, Cleota Mae, quienes se habían establecido desde el nacimiento de Davis en el condado de Alton.
Su interés por la música, como el de la mayoría de las grandes personalidades que se consagran leyendas, comenzaría en su infancia con clases de trompeta, rodeado de las influencias de las Big Band Jazz que ofrecían cientos de presentaciones en casi todo Estados Unidos. Mientras cursaba la escuela, consiguió trabajo en bares locales como músico, y a los 16 ya se presentaba fuera de la ciudad cada fin de semana.
Con un talento precoz para la trompeta, Davis empezó a ganar reconocimiento desde los 18 años cuando debutó en la orquesta de Billy Eckstine, la cual lo impulsó a viajar a Nueva York para ampliar sus horizontes, que al poco tiempo, mientras la escolástica del jazz tradicional,- el swing- se enfrentaba con una nueva vanguardia,- el bebop-.
Con las influencias que logró tocando en el barrio de Times Square, pudo tocar mano a mano con Charlie Parker, Dizzy Gillespie, Benny Carter, Thelonious Monk, John Coltrane, entre otros más.
Eso fue todo lo que necesitó para que a finales de la década de los cuarenta, Davis cambiara la forma de tocar jazz cuando compuso el famoso álbum “Birth of the Cool”, que redefinió el estándar del género.
En aquella época sufrió su primera detención por consumo de droga.
El quinteto de Davis con John Coltrane en el saxo, hizo su primera presentación en 1955, y lanzó las bases para nuevas composiciones entre las que se encuentran “Kind Of Blue” grabado en 1959, las grabaciones en directo en el “Plugged Níkel” de 1965 y cinco años después, el trompetista comenzaría el proceso que los conduciría a una fusión de jazz y el rock en el álbum “Bitches Brew” en 1970, considerado el primero que abordó el estilo.
La falta de nuevas ideas, su afición a las drogas y un aparatoso accidente apartaron a Davis de la escena musical durante un largo periodo. Volvió al candelero en la década de los 80 con grabaciones como Decoy, Aura, The Man with the Horn o Tutu en las que se deja llevar por las nuevas tendencias. Los ritmos funk y el inicio prematuro del acid jazz marcan sus últimos trabajos
Él será recordado con cariño como un músico que elevó a la música afroamericana a u nivel de culto. Un genio que siempre se mantuvo contemporáneo en cada género, por la idea y virtuosismo en cada vanguardia, bebop, hard-bop, jazz orquestal, jazz modal, fusión jazz-rock y techno-funk, que hoy son eslabones de una tradición de casi un siglo.
Cada vez que se escuche la trompeta en las grabaciones de Davis, vendrá a la memoria un personaje de luz y sombra, no bien definido, siempre cambiando, la forma de del jazz en el virtuosismo y técnica que al día de hoy otorga innumerables argumentos para seguir recordando.
Mamie Smith, la Primera Dama del Blues
That thing called love
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La vigencia del legado musical de Mamie Smith destaca por haberse convertido en la primera cantante de blues afroamericana en grabar un disco, convirtiéndose en uno de los más grandes logros para la comunidad musical, en un contexto en donde la represión y racismo hacia los cantantes e instrumentistas negros.
Mamie Smith nació en Cincinnatti, Ohio al norte de Estados Unidos, desde su niñez trabajo como bailarina de vodevil. En 1913 se traslada a New York y trabaja como cantante de cabaret, en donde conoce al compositor Perry Bradford, quien más adelante, escribiría Crazy Blues, el primer éxito de la cantante.
La grabación del primer disco de Smith se dio por un imprevisto. El 14 de febrero de 1920, el productor Perry Bradford, alquiló por un día los estudios OKeh Record en New York, para realizar una sesión con la cantante Sophie Trucker, la cual enfermo, haciendo imposible que se llevara a cabo la grabación. Ante esta situación, Bradford decidió localizar a Mamie Smith para que fuera ella la que grabara las dos canciones: “That Thing Called Love” y “You Can’t Keep A Good Man Down“.
Éstas fueron las primeras grabaciones de blues de una cantante afroamericana y posteriormente, el disco Crazy Blues, logró más de 50 mil copias, una hazaña en la industria musical de principios del siglo XX. El disco fue tiene una gran importancia, porque abrió el interés de las compañías discográficas por las grabaciones de cantantes de música negra.