A diferencia del año pasado, cuando Celaya fue donde se perpetraron más asesinatos de policías, con 21 casos de varias corporaciones, y que recién fue nombrada “la ciudad más violenta del mundo en 2020”, ahora es Irapuato el municipio puntero, con seis.
Por Martha Silva
Guanajuato, 27 de abril (Pop Lab).- La ola de violencia de grupos criminales contra policías de Guanajuato, que lo han convertido en la entidad más afectada por muertes de uniformados, con 30 casos en 2021, se centra en las últimas semanas en los elementos de las Fuerzas de Seguridad Pública del Estado, quienes han manifestado su descontento por la falta de reacción de sus superiores.
De los once oficiales y exoficiales que han sido asesinados solo en abril, cuatro son FSPE, varios de los cuales murieron no en acción sino después de ser privados de su libertad, sacados por la fuerza de sus domicilios particulares.
Por los 30 homicidios solo habría cinco detenidos, según el conteo hemerográfico que Pop Lab realiza a través del micrositio Oficial Caído.
También ha trascendido que el principal objetivo de los ataques a FSPE es el Grupo Táctico Operativo, señalado por ser privilegiado a los ojos de Alvar Cabeza de Vaca, secretario de SPE, mientras el resto de la tropa denuncia abusos y carencias de equipamiento adecuado, además de acoso laboral por parte de mandos medios y altos, esto, en medio de amenazas del crimen organizado, muchas de las cuales, sí se materializan.
El pasado 22 de abril, Óscar Guillermo Ríos Álvarez, director del CERESO Mil de Valle de Santiago, fue atacado a tiros en la ciudad de León, cuando salía por la mañana y abordaba su vehículo en la colonia León Moderno. Fue llevado a un hospital y se reporta grave.
En su auto fue encontrada una cartulina con amenazas, a él y a otros directivos del Sistema Penitenciario, que junto con las FSPE forma parte de la estructura de la Secretaría de Seguridad Pública del Estado, por presuntos movimientos de detenidos en las cárceles de Guanajuato, amenazas que fueron firmadas por un grupo delictivo.
Cuestionado sobre estos atentados y sobre los apoyos que recibirían las familias de los policías asesinados, Alvar Cabeza de Vaca se rehusó a emitir cualquier comentario: “Por eso ahorita no manifiesto nada, estamos en veda y tengo la instrucción de no hay declaraciones”. Sin embargo, dicha “veda” electoral aplica solo para la difusión de programas sociales.
Con estas cifras el estado vuelve a encabezar, por cuarto año consecutivo, la lista de asesinatos policiales a nivel nacional, superando incluso al Estado de México, que hace unas semanas reportó la masacre de 13 elementos en un mismo día.
“… me pregunto qué hicieron los tácticos …??? Para que nos estén chingando de esta manera… A lo mejor ahora sí ya se están pasando… Porque siempre son ustedes los que salen a relucir para todo o se llevan los mejores sueldos, los mejores Uniformes. Las mejores unidades… Los mejores reconocimientos… Aaahh, pero también andan de pinches mañosos pasándose de lanza, no mamen, ya pónganse a chingarle bien… ¡Vean todo lo que están provocando…!”. Publicación anónima de grupos FSPE en redes sociales.
ABRIL, MARCA TRÁGICA
Este mes ha resultado ser un periodo trágico para las corporaciones policiacas en el estado de Guanajuato: no sólo se registraron once homicidios de agentes entre el día 1 y el 21, sino que los 30 casos reportados durante el año ya superan en 10% los reportados a estas fechas el año pasado.
Sobre las seis bajas más recientes, registradas entre el 15 y el 20 de abril, tres fueron municipales y el resto, en la Fiscalía General de la República, otra, la policía estatal de Querétaro y una más, de un integrante de las FSPE, respectivamente.
Esto lleva a que la entidad tenga en promedio un homicidio policial cada 3.9 días y representan el 19.8 por ciento del total nacional, tomando las cifras que proporciona para el resto del país la organización Causa en Común.
Para dimensionar la gravedad del asunto, solo un dato más: los 256 oficiales y ex oficiales asesinados de 2018 a la fecha en Guanajuato duplican la cantidad del Estado de México, segunda en la lista.
SE DESAHOGA LA TROPA
“Cuídense mucho compañeros, me acaban de dar la triste noticia de que en la madrugada levantaron a un compañero de la región y ya lo encontraron muerto, Dios lo tenga en su reino, descanse en paz, mi policía segundo”. Testimonio compartido entre elementos FSPE vía redes sociales.
El riesgo de la profesión es una constante, que se materializó de la manera más desmesurada en julio del año pasado, con el más grave de los atentados contra oficiales guanajuatenses, no solo de FSPE sino de cualquier otra corporación, cuando cobró la vida de cinco policías estatales, en un ataque directo en una carretera de Jerécuaro.
Pero también se suman “los infiernos del día a día”: en redes sociales circulan quejas anónimas por parte de elementos de las Fuerzas estatales, denunciando desde la asignación de uniformes de pésima calidad hasta tener extenuantes jornadas, de 25 días de trabajo por 5 de descanso, no solo para forzarlos a desertar sino incluso a morir, no en cumplimiento del deber, “sino por cuidar a jefes corruptos”, porque según estos mismos testimonios se manda a policías honestos y no a los tácticos, a custodiarlos.
En 2021, el conteo de policías asesinados en Guanajuato inició justo con el homicidio de un policía estatal en Villagrán, el 11 de enero, desde entonces han ocurrido otros 6 ataques fatales contra elementos de esta corporación, incluyendo uno de los perpetrados con más saña: el de la oficial Ofelia “N”.
El cadáver de la agente, de 30 años, fue encontrado el 18 de enero con heridas de arma de fuego y de tortura debajo del puente “Crucero de Chico”, en la comunidad San Vicente de Flores, en Salamanca. Un día antes, sujetos la habían sustraído con lujo de violencia de su casa en la colonia Constitución de Apatzingán, en Irapuato, donde asesinaron a su pareja, un taxista de 37 años.
Este año, su caso y el de una ex oficial de tránsito, en Apaseo el Alto, se suman a la lista de mujeres policías asesinadas en el estado. Estos dos homicidios están entre los cometidos de forma atroz, porque fueron torturadas y sus cuerpos expuestos en vía pública.
Luego, el 31 de marzo, Oswaldo Alexis “N” fue privado de la libertad por un comando criminal en su día de descanso en la comunidad Los Rodríguez de Silao.
El operativo llevado a cabo inmediatamente después del reporte de sustracción ilegal incluyó no solo la participación de sus compañeros en FSPE, sino de la Guardia Nacional, agentes ministeriales y municipales, quienes persiguieron a los delincuentes que asesinaron y abandonaron el cuerpo del oficial en un vehículo e intentaron huir hacia una zona de sembradíos. Cinco civiles fueron abatidos en el lugar, sin embargo, un menor de edad, ajeno a los hechos, resultó con heridas leves por disparo de arma de fuego.
Las otras cuatro bajas de agentes estatales ocurrieron en abril: el día 5, dos elementos murieron en un enfrentamiento donde tres civiles fueron abatidos en la colonia Lázaro Cárdenas, en Irapuato. Trascendió que los primeros, de los que no se proporcionaron datos, estaban custodiando a un comandante.
Ese mismo día, también en Irapuato, otro agente de la misma corporación fue privado de su libertad en su domicilio. Fue encontrado asesinado el día 11, con signos de violencia, maniatado y disparos de arma de fuego, a pocos metros de la autopista Salamanca-León.
El último de los elementos estatales caídos no solo fue víctima de homicidio: el cuerpo apareció decapitado el pasado 18 de abril en un camino rural en el municipio de Romita.
EL RIESGO DE LAS FSPE
Tras expresar sus condolencias a las familias de los oficiales caídos en los últimos días, el gobernador Diego Sinhue Rodríguez Vallejo mencionó que hay un compromiso del gobierno del estado con las FSPE, que se ha traducido en mejores prestaciones y equipamiento. Sin embargo estos ataques, dijo, son resultado de su trabajo, pues el 90% de las puestas a disposición de detenidos corresponden a esta corporación (el resto lo hacen las policías municipales), lo que, aseguró, convierte a FSPE en “la segunda policía más confiable de todo México”.
En esa ocasión detalló que ya se habían girado instrucciones para apoyar a los deudos de los oficiales caídos en el deber. Lo presumió poco antes el secretario Alvar Cabeza de Vaca: las Fuerzas de Seguridad Pública son la única corporación policiaca del país que ofrece un seguro de vida por un millón 200 mil pesos para estas familias.
El titular de la SSPE anunció también que se habilitará un muro especial con los nombres de estos policías “y de ser posible sus fotografías” en el acceso a sus instalaciones, a modo de homenaje, para no olvidar sus rostros. Esto, pese a que no con todos los casos emiten comunicados de prensa que confirmen los hechos y mucho menos hacen pública la identidad del oficial caído.
MÁS ALLÁ DE LAS MÉTRICAS
“Qué lamentable hecho. Que Dios los tenga en su santa gloria, todo esto por sacar policías al vapor y presumir que tienen un número muy alto en las filas, nomás somos números para presidencia”. Testimonio recogido tras el asesinato, el 4 de febrero, de dos policías municipales en la colonia Ampliación Constitución de Apatzingán, en Irapuato, donde presuntamente realizaban acciones de inteligencia.
A diferencia del año pasado, cuando Celaya fue donde se perpetraron más asesinatos de policías, con 21 casos de varias corporaciones, y que recién fue nombrada “la ciudad más violenta del mundo en 2020”, ahora es Irapuato el municipio puntero, con seis.
Irapuato, junto con otras cuatro ciudades guanajuatenses, León, la capital, Salamanca y Pénjamo, superan de forma individual a más de la mitad de las entidades del país en el rubro, y entre esos cinco acumulan en total 19 asesinatos de oficiales este año.
En la lista de agentes asesinados en 2021 destacan dos casos por circunstancias poco usuales:
Uno es el de Diego “N”, un policía municipal de León adscrito al COT (Comando de Operaciones Tácticas) quien falleció en un presunto accidente de tiro en hechos que no han sido del todo esclarecidos: no ocurrió en el campo de prácticas de la academia sino en un inmueble abandonado ubicado en la comunidad de Santa Rosa Plan de Ayala, donde de forma extraoficial los oficiales suelen acudir para mejorar su puntería y perfeccionar habilidades con las armas de fuego, pese a que la corporación ya cuenta con un recientemente inaugurado polígono de tiro.
Familiares del joven de apenas 20 años declararon que las versiones que les brindaron las autoridades les fueron dadas con sigilo y chocan por el alto grado de irregularidades como el generar un folio horas después del accidente y el no mencionar dónde ocurrieron los hechos.
No obstante, el inculpado del crimen, también perteneciente al grupo táctico de la corporación, fue vinculado a proceso el 11 de marzo y ha debido ir a firmar mensualmente a los juzgados del CERESO a partir de este mes.
El otro homicidio ocurrió el pasado 15 de abril, cuando un agente estatal de Querétaro fue asesinado junto a su hermano en la comunidad Las Adjuntas, en Apaseo el Alto. Un grupo armado los atacó cuando se encontraba en casa de su padre, quien además fue privado de su libertad. Las primeras investigaciones no dejaron claro quién era el objetivo de los sicarios, si el policía o alguno de sus familiares.
ÉXITO QUE SE TRADUCE EN MUERTE
Luego del atentado del pasado jueves contra el director del CERESO Mil, los medios de comunicación cuestionaron a la secretaria de gobierno Libia Denisse García Muñoz Ledo sobre el hecho en particular y sobre los ataques contra servidores públicos.
La funcionaria respondió con una condena por la agresión contra Óscar Guillermo Ríos Álvarez y con una solicitud a la Fiscalía para el pronto esclarecimiento del caso.
Respecto a las amenazas a ciertos funcionarios o altos mandos, Libia García atajó diciendo que “debe ser muy cauta” con la investigación que realiza la Fiscalía General del Estado, pero que sin duda, son una reacción a la estrategia que se ha implementado, de la que “que estaremos viendo resultados a corto, mediano y largo plazo”.
La exlegisladora hizo énfasis en que “estamos siguiendo una estrategia que el gobernador nos ha instruido, muy efectiva, que está dando resultados”.
Respecto al envío por parte del gobierno federal de más militares al estado, la tercera asignación en menos de dos meses, mencionó que mientras haya más “coordinación” se darán mejores resultados. “Celebramos que lleguen otras corporaciones a reforzar el trabajo que ya se hace en Guanajuato” y colaborar con la autoridad federal.
Por su parte, Sophia Huett, secretaria del Sistema Estatal de Seguridad, compartió en su último artículo publicado en Milenio los argumentos del sociólogo francés Émile Durkheim, de que el crimen es irremediable, que se debe aceptar la dura realidad de que hay que lidiar con él, como parte de una sociedad sana que “debe asumirlo sin sobrepasar un cierto límite que no era imposible de fijar”.
De paso y a diferencia del secretario de Seguridad, la ex vocera de estos temas abordó directamente asuntos electorales: acusó a candidatos de oposición de “crear falsas ilusiones de que un gobierno puede detener las conductas antisociales de tajo” y sugirió, en lugar de esto, hacer propuestas sobre más y mejores servicios en prevención, atención y seguimiento de los problemas.