Dolia Estévez
27/04/2021 - 12:05 am
El mía culpa de Riobóo
El ingeniero José María Riobóo Martín, esposo de la ministra de la Suprema Corte Yasmín Esquivel Mossa, reconoce que ambos usaron un domicilio de una casa que no les pertenece para tramitar la matrícula consular en el Consulado de México en San Antonio, pero justifica que lo hizo “por costumbre”.
Washington, D.C.—El ingeniero José María Riobóo Martín, esposo de la ministra de la Suprema Corte Yasmín Esquivel Mossa, reconoce que ambos usaron un domicilio de una casa que no les pertenece para tramitar la matrícula consular en el Consulado de México en San Antonio, pero justifica que lo hizo “por costumbre”.
“Me declaro culpable de haber dado datos falsos para la matrícula. Reconozco que di datos falsos porque viví 35 años y tuve mucha costumbre de dar ese domicilio, porque cada vez que me piden un domicilio lo digo así sin darme cuenta. Tengo una licencia de manejo en Estados Unidos y está ese domicilio y con mucha frecuencia lo uso, pero hace tiempo que yo no vivo en esa casa”, dice en entrevista telefónica.
A la pregunta de si Esquivel también usa ese domicilio “por costumbre”, Riobóo responde: “No, cuando me pide la dirección, yo lleno los datos, porque ella no conoce. Yo soy el culpable de haber dado esa dirección para ella, el responsable de haber puesto la dirección equivocada en el documento del Consulado. Asumo la responsabilidad”.
Esquivel, nombrada por Andrés Manuel López Obrador, y Riobóo, contratista favorito del gobierno y amigo cercano de AMLO, tramitaron matrículas consulares en San Antonio en febrero, que fueron firmadas por el Cónsul General Rubén Minutti Zanatta, ex subordinado de Esquivel en el Tribunal de Justicia Administrativa de la Ciudad de México (SinEmbargo, 03/03/2021).
Esquivel justificó el extraño tramite porque su esposo, “desde hace 40 años tiene un domicilio en San Antonio, Texas” (Reforma 02/03/2021). Extrapoló que como persona que tiene familia domiciliada en San Antonio, tiene derecho a obtener la matrícula, que fue diseñado para darle mínima protección jurídica a los connacionales indocumentados que residen en EEUU (SinEmbargo 03/09/2021)
Al igual que Esquivel, Riobóo niega que la matrícula fuera con la intención de vacunarse, sino en respuesta a un ofrecimiento de Minutti. “Pusieron a nombre de la ministra un lactario y el Cónsul nos ofreció la matrícula. Dijimos OK, pero ni la uso”.
¿Entonces para que la tramitó? pregunté.
“Porque lo sentí como una descortesía. En los 35 años que llevo yendo a Santa Antonio–no vivo en San Antonio, no resido en San Antonio, yo trabajo en México–no me ha hecho falta. Ese documento, la matrícula, no tiene importancia. Si usted analiza a cualquier mexicano que quiera vacunarse, no se la piden. Yo tengo muchos amigos que han ido a EEUU a vacunarse y no les han pedido ni domicilio, ni nada, y se han vacunado”.
Pedir o no documento con nombre y domicilio es una medida discrecional. En ese sentido, los consulados pueden constatar que la matrícula está ayudando a muchos connacionales indocumentados a vacunarse en lugares donde sí piden identificación.
PLEITO DE FAMILIA
Valuada en medio millón de dólares, la casa en 11419 Mission Trace, código postal 78320, que Riobóo y Esquivel usaron como domicilio, está en el limbo legal. No tiene título de propiedad vigente. El beneficiario es el gobierno (ver imagen). El último dueño fue Rodrigo Riobóo Talayero, hijo del primer matrimonio de Riobóo, fallecido en Cádiz, España, en 2019, a los 39 años de edad.
De acuerdo con copia del testamento de tres páginas que me hizo llegar Riobóo, Rodrigo heredó todas sus propiedades y pertenencias en EEUU a sus dos hijos menores, Diego Rodrigo Riobóo Cal y Mayor y Michelle Rodrigo Riobóo Cal y Mayor, y dejó como “albacea independiente” de su testamento a su esposa María Isabel Cal y Mayor, a quien cedió plenos poderes para custodiar y vender sus bienes. El testamento lo firmó en un juzgado en San Antonio, en Bexar, en febrero de 2017, dos años antes de morir.
En julio de 2019, Riobóo Martín interpuso una demanda ante el del Tribunal Testamentario No. 2 del Condado de Bexar que implica una disputa testamentaria entre el referido testamento en San Antonio y uno previo dictado por Rodrigo ante el notario público José Ángel Villalobos Magaña, en la Ciudad de México en 2016, en el que dejaba a su padre como heredero de sus bienes en EEUU.
“La demanda determinará cuál de los dos testamentos es válido y también determinará quién será el albacea del patrimonio del testador en el condado de Bexar y quién será el beneficiario de los activos del testador en el condado de Bexar”, dice el “Aviso de Lis Pendens” (litispendencia) firmado por Amanda Crouch, abogada de Riobóo, en julio de 2019 (ver texto). La disputa también es por un terreno urbano.
De acuerdo con juristas consultados, si Rodrigo Riobóo Talayero dictó un testamento en 2016, pero en 2017 formuló uno distinto, con nuevas disposiciones, el último prevalece sobre los anteriores porque los testamentos expresan la última voluntad del testador.
“Lo que a mi me interesa es que esa casa sea de mis nietos porque fue la voluntad en el testamento que hizo Rodrigo en San Antonio”, me dice Riobóo. Teme que Cal y Mayor venda el inmueble, como presuntamente hizo con otros que estaban a nombre de compañías, no de personas físicas, y deje a sus nietos desprotegidos.
Hella Scheuerman, representante legal de Cal y Mayor, no respondió a múltiples llamadas y correos electrónicos, por lo que no fue posible ubicarla. Se cree que la chiapaneca nacionalizada española reside en España.
Con el número de expediente 2019PC1966, el litigio está a cargo de la jueza Verónica Vázquez. La próxima audiencia está agendada para el 5 de mayo. En ella se abordará una moción presentada por Riobóo para sumar a sus nietos como “necesarias terceras partes” en el pleito. Mientras se resuelve, el condado de Bexar nombró a un administrador para que se haga cargo del mantenimiento de la casa que está desocupada.
Carlos Olmos, “asesor externo” de Esquivel y Riobóo, me dijo que la ministra no iba a opinar pues es un tema de la familia de su marido. “Quiere ser respetuosa”.
Se sabía que el lugar que Esquivel señaló como domicilio en el Consulado en San Antonio es una casa en la que no vive, en una ciudad en la que tampoco reside, pero ahora resulta que la casa tampoco pertenece a su marido como falsamente alegó. Pero bueno, la ministra no conoce. Fue culpa de su marido.
Twitter: @DoliaEstevez
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