La joven pianista ha ofrecido tres conciertos en Costa Rica, con un repertorio musical que incluyó piezas de genios de la música como Mozart, Schumann y Chopin, así como temas emblemáticos de la cultura mexicana. Isaura tiene trisomía 21, una anomalía cromosómica la cual causa el síndrome de Down en más del 90 por ciento de los casos.
Por Vladimir Sánchez
Cuautla, Morelos, 27 de abril (EFE).- Isaura Margarita Porras nació con ceguera y síndrome de Down en el estado de Chiapas. Los doctores fueron claros con sus padres desde el primer día: no hablaría, no caminaría y no aprendería nada. Hoy, la joven es concertista de piano a nivel internacional.
Ha ofrecido tres conciertos en Costa Rica, con un repertorio musical que incluyó piezas de genios de la música como Mozart, Schumann y Chopin, así como temas emblemáticos de la cultura mexicana como “Cielito lindo”, del compositor Quirino Mendoza y Cortés.
Su madre, Imelda Cruz, cuenta a Efe que llevó mucho esfuerzo que su hija, que ahora tiene 34 años, lograra su sueño.
Isaura tiene trisomía 21, una anomalía cromosómica la cual causa el síndrome de Down en más del 90 por ciento de los casos.
“Cuando estaba muy pequeñita, su padre le compró un teclado y tocaba con sus dos deditos. Llegamos a Cuautla, (estado de) Morelos, y empezamos a buscar un maestro para ver si le podían seguir dando algunas clases más que nada que aprendiera a tocarlo”, relata la madre.
Muchos años después, luego de haber tocado sin éxito muchas puertas para que su hija pudiera aprender, se toparon en su camino con la concertista Nadia Arce, quien se encontraba dando un recital en un centro comercial.
La por aquel entonces niña Isaura y sus padres quedaron fascinados por la habilidad de la pianista.
Con valentía, decidieron preguntarle si podría enseñar a su hija a tocar el piano. Accedió y la niña ganó una maestra que marcaría su vida y su carrera.
“Hasta hoy le da clases. Ella no vive aquí y su repertorio se lo da por Skype”, asegura Imelda, quien considera que la mentora “se siente orgullosa por todo el desempeño que ha realizado” su discípula.
Todo ello “a pesar de que le costo al inicio enseñarle”, confiesa Imelda sobre el aprendizaje de su hija, a quien cariñosamente le dicen “Mago”.
En entrevista con Efe, Nadia Arce recuerda que para ella “era padrísimo (estupendo)” enseñar a su alumna.
“Porque era aprender cómo yo debería de enseñarle, realmente fue de una forma empírica, porque yo todavía no tomaba cursos de pedagogía musical”, relata.
Al no tener un sistema de braille tuvo que hacer acopio del ingenio e inventar uno con madera y otros materiales para que su alumna pudiera “sentir la textura e identificar las figuras musicales”.
A día de hoy, la maestra da clases por Skype a niños de distintos lugares del mundo.
Para la maestra, el amor y la pasión por lo que hagan es esencial para que niños con dificultades logren sus sueños. “Antes que nada tienen que tener amor en ellos mismos”, dice, y anima a que observen “qué maravilla puede haber en cada ser humano”, independientemente de qué características tenga.
“He tenido experiencias maravillosas con niños: ataques epilépticos, un niño sordomudo; he tenido alumnos con diferentes características especiales”, relata.
En México ocurre un caso de síndrome de Down por cada 650 nacimientos y el riesgo se incrementa en mujeres mayores de 50 años de edad, con una proporción de un caso por cada 42 embarazos.
No obstante, la condición aún no cuenta en México con cifras precisas, solo aproximaciones.
El mes pasado, el país dio un paso adelante iniciando la primera fase de creación de un Registro Nacional de Población con síndrome de Down.
Para Imelda, su hija “ha superado todas las expectativas que puede tener en la vida”.
La pianista acabó licenciándose en Música por la Universidad Autónoma del Estado de Morelos (UAEM).
En agosto de este año acudirá a Colombia para su actuación en el primer “Pianotón”, programado los días 22 y 23 en la ciudad de Medellín.
“Me estoy preparando para tocar en agosto”, dice Isaura a Efe, comentando el amor que siente por Colombia, país al que aterrizará para demostrar su talento para la música. Y demostrar que lo imposible a veces existe.