Sara Uribe ha escrito un texto para “recontar el relato que existe sobre Rosario Castellanos; escuchándola, pensándola desde sus palabras”. El producto es Materia que arde, sobre el cual habló en entrevista con SinEmbargo.
Ciudad de México, 27 de marzo (SinEmbargo).– Materia que arde (Lumen) es un trabajo que han llevado a cabo la escritora Sara Uribe y la artista visual Verónica Gerber Bicecci para repensar y releer la vida y la obra de Rosario Castellanos, de quien el próximo año se cumplen 50 años de su muerte y en el 2025 se conmemora un siglo de su natalicio.
“Eso fue a lo que me aboqué tratando de que este libro sea una especie de puente, una manera en que las nuevas generaciones o un público de cualquier otra edad, pero que no conozcan de cerca la vida y la obra de Rosario Castellanos, tengan esta manera de sentirla un poco más cercana, más íntima, eso es también parte del propósito de este libro que está basado en una línea cronológica de los hechos que ocurrieron en su vida y también cómo fue escribiendo su obra”, compartió Uribe en entrevista con SinEmbargo.
La autora de este libro —que en sus líneas abre un diálogo con Castellanos y su obra— relató cómo Rosario empezó con la poesía, luego pasó a la narrativa y, aunque siguió escribiendo poesía, se fue enfocando más en una escritura prosista que derivó en obras de teatro y en una escritura ensayística y como articulista también, como columnista.
“Pero más allá de ello, la verdad que ahí lo que me interesó desde un principio era pensar qué otras cosas de Rosario Castellanos en mis primeras lectura de adolescencia y escolares, en qué cosas no había yo reparado, qué cosas nuevas tenía por decirme una obra que ya había leído en esta relectura y lo que más me gustó fue encontrar a una Rosario que no sólo está como en el imaginario, muy referida a los poemas amorosos, a los poemas dolientes sino una Rosario que está pensando el mundo”, expuso.
Sara Uribe precisó que estos temas “son tan vigentes como los derechos de las mujeres, el feminismo, los derechos de los pueblos originarios y esta preocupación por encontrar vías para que México, su México, y pues ahora nuestro México, en este momento, fuera un país más democrático, más igualitario, más equitativo”.
“Una de las cosas que me pasó en este libro fue darme cuenta de que el universo de Rosario es de verdad mucho más amplio de lo que se nos queda como en el imaginario cercano, de lo que nos queda del escolar, etc, entonces esa es la intención, que esos nuevos y potenciales lectores y lectoras puedan encontrar en este libro una forma de acercarse a esas diferentes puertas por Castellanos”, refirió.
A la par de que Lumen edita esta obra, Materia que arde (Lumen), el Fondo de Cultura Económica acaba de reeditar el inédito encuentro epistolar entre Raúl Ortíz y Ortíz y Rosario Castellanos, sobre el cual Sara Uribe celebró su publicación.
“Me hubiera gustado que salieran un poco antes para tenerlas. Ya las compré inmediatamente por supuesto, ya las estoy leyendo y son un gozo porque la verdad es que, por ejemplo, la lectura epistolar de Rosario Castellanos de verdad es que es un gozo porque es, yo quiero mantenerla viva, yo quiero mantenerla presente por eso este título de La materia que arde, es otro de los propósitos del libro, sentirla viva en sus textos actualmente”.
En ese sentido, mencionó como la autora de Balún Canan y Oficio de Tinieblas “es divertidísima, irónica, hace unas descripciones increíbles de los personajes con los que se va topando y creo que entonces coincido en esa visión de no quedarnos nada más con ella, ya sea en lo doliente, amoroso, o en estos temas referidos, sobre todo en su obra narrativa, a esto que se llamó literatura indigenista y que ella misma rechazó este nombre, ella dijo ‘mi obra no concuerda con las características de este movimiento’, o solamente, incluso, con el tema del feminismo y los derechos de la mujer porque en realidad sí son temas que están presentes en su obra pero hay muchos otros temas más”.
“Realmente el universo de Rosario Castellanos es mucho más amplío que estas temáticas que, por supuesto, son ejes de su obra, pero creo que todas estas exploraciones las anima su profundo deseo de conocer cómo está estructurado el mundo, cómo funciona el mundo, por qué ella está donde se encuentra o ciertos personajes están donde se encuentran, cómo se desenvuelven o se desarrollan o cómo evoluciona”, ahondó.
Lo cierto es que con textos como Materia que arde el lector descubre que Rosario Castellano era una persona que estaba en constante evolución, transformación y hasta cierto punto su mayor crítica.
Para Sara Uribe una de las cosas que ella quisiera emular de Rosario Castellanos es su gran capacidad para ir dejando atrás sus propias ideas que se volvieron obsoletas, sus teorías que al final no cazaban con la realidad. “Ella misma las iba criticando y uno mismo puede ver si ve la obra cronológica o sus ensayos, puedes ver que antes pensaba una cosa, pasan ciertos sucesos y ella misma empieza a cuestionar eso que pensaba y empieza a pensar de otra manera”.
“Es una cosa, de verdad, admirable porque no es tan fácil que como seres humanos admitamos ‘me equivoqué en esto’ o ‘tenía esta idea y ya quedó atrás’ y además lo hacía con una gracia maravillosa porque ella misma muchas veces hizo patente sus propios conflictos”, refirió.
Aunque además de su autocrítica y su auto reflexión, hay un elemento mágico que subsiste a lo largo de su vida, el cual Uribe coincide que no se puede soslayar.
“Ella nació en la CdMx, pero su infancia la vivió evidentemente en Comitán y todas estos elementos de las narraciones que seguramente, y que está dicho por ella, recibió de su nana, de las personas que estuvieron a lado, creo que ese elemento mágico también tuvo una corroboración cuando fue creciendo y se acercó a lecturas como el Popol Vuh, por ejemplo, que está lleno de elementos que está relacionados con cuestiones sobrenaturales, digamos, pero también un elemento importantísimo que están escritos de una manera súper poética”, consideró.
Y puntualizó: “creo que había una presencia de estos elementos justamente por el antecedente cómo fue su infancia y de los elementos culturales que la rodearon y creo que eso enriquece muchísimo su obra narrativa y, por supuesto, su obra poética inicial que es una suerte de cosmogonía, de cómo surge el universo llena de elementos poéticos y al mismo tiempo de elementos que permiten este juego con lo real y lo no real también”.
—Conforme vas leyendo la obra de Rosario Castellanos, pareciera que es un tema inagotable y una persona a la que no acabas de conocer. ¿Coincides en eso? —se le preguntó.
—Rosario Castellanos es un personaje que sí está en el imaginario, sí creo que por estar en la currícula educativa por ahí mucha gente la ubica, pero lo rico de esto, de empezar a leerla, es que no te imaginas todas las cosas que vas a descubrir, que cada vez son más y más. Para quienes ya leyeron algunas de sus obras, releer esas obras desde este tiempo, del siglo XXI, les va a descubrir cosas nuevas, se los puedo asegurar, porque hay un diálogo con el presente que creo que actualiza sus obras y creo que eso es lo enriquecedor y por qué es importante leer a Rosario Castellanos o releerla en el siglo XXI para descubrir siempre esa otra Rosario que en diálogo con el presente se le va a aparecer a sus lectoras y a sus lectores.