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Salvador Camarena

27/03/2012 - 12:00 am

Miguel Hidalgo: Una candidatura “pinche”

Dice la Real Academia de la Lengua que además de auxiliar en la cocina, la palabra “pinche” significa en México “ruin, despreciable”. Ruin a su vez quiere decir, según ese diccionario, “vil, bajo”. Hace cosa de diez meses, mediante costosos espectaculares, vallas y cartulinas manos inicialmente desconocidas inundaron el Distrito Federal de denuncias sobre nuestras […]

Dice la Real Academia de la Lengua que además de auxiliar en la cocina, la palabra “pinche” significa en México “ruin, despreciable”. Ruin a su vez quiere decir, según ese diccionario, “vil, bajo”.

Hace cosa de diez meses, mediante costosos espectaculares, vallas y cartulinas manos inicialmente desconocidas inundaron el Distrito Federal de denuncias sobre nuestras plagas urbanas. Usando reiteradamente la palabra “pinche” en sus mensajes, buscaban el apoyo de los ciudadanos a lo que, nos aseguraron, era una iniciativa cien por ciento ciudadana. La campaña es fácil de recordar, su paraguas era el lema “Alguien tenía que decirlo”. Cuestionados sobre quiénes estaban detrás de ese movimiento, sus voceros contaron la historia de “70 amigos” que estaban preocupados por “la cloaca de proporciones históricas que hay ahí (en el gobierno del Distrito Federal)”, según una entrevista que tuve con uno de ellos en W Radio el 30 de mayo de 2011.

Nos engañaron. Fue una estrategia pinche (ellos pusieron en boga el término, y no encuentro uno más exacto) para ganar la atención de los medios de comunicación, para hacerse de un poco de fama que les sirviera para empezar a construir, ahora lo sabemos, la candidatura política de Xavier González Zirión, que entonces se presentaba como empresario farmacéutico y “como un ciudadano común”, pero que en realidad era un político en el clóset.

¿Se vale lo que hizo? No, definitivamente no. Como un pinche cualquiera (es decir, como un ayudante de cocina), González Zirión entra por la puerta de atrás, en este caso a la política, que ya de por sí está sobrada de gente de ruines métodos.

¿De verdad creerá González Zirión que los ciudadanos de la delegación Miguel Hidalgo son tontos? De otra manera no se entiende su intención de ganar esa demarcación bajo las siglas del Partido Revolucionario Institucional calculando que su discurso sobrevivirá a los cuestionamientos por el método que usó para llegar a la candidatura tricolor.

Porque se le acabaron las evasivas a González Zirión. Si antes se escudaba en que era ciudadano para no contestar sobre el financiamiento y la identidad de quienes estaban en la campaña “Alguien tenía que decirlo”, a partir de ya es imperativo que diga a los habitantes de Miguel Hidalgo en particular, y a los capitalinos en general, cuánto costó la campaña mediática que lo posicionó. Llegó el momento de que informe puntualmente sobre quiénes son, si es que existen, esos “70 amigos” que supuestamente estuvieron detrás de su provocadora campaña dizque ciudadana. Que explique por qué usaba, como lo denunció Milenio en su momento, oficinas “prestadas” por la CNOP como sede de su organización, que según él es ciudadana. Que responda si así, con simulación, es que ha hecho sus negocios. En la conversación que tuvimos en W Radio, González Zirión aseguró que él y los suyos: “la realidad es que somos ciudadanos. Total y absolutamente”.

¿Porque, cuánto vale la palabra de estos señores de “Alguien tenía que decirlo”? Leonardo Gordon es socio en esta aventura de González Zirión. Se presentaba el año pasado como el enlace de prensa del hoy candidato (no vayan a ofender la inteligencia queriendo presentarlo como ciudadano, por favor), y también se presentaba como el director del portal de esa organización. En esa calidad le cuestioné el 18 de mayo de 2011 si los veríamos, a él y a la organización, respaldando a algún partido en el proceso electoral de 2012. Me engañó con la verdad. Me dijo que “de ninguna manera”. Es cierto, no respaldan a nadie, ya sabían que buscarían ser ellos mismos candidatos. Y que se ahorren hoy argumentos del tipo: “los tiempos cambiaron”, “vimos la oportunidad de seguir la agenda ciudadana desde esta trinchera”, “no soy militante, la candidatura es una posición que gana la ciudadanía”, etc.

En este caso aplica perfectamente aquel refrán en inglés que dice: “Fool me once, shame on you. Fool me twice, shame on me”. O dicho de otro modo, mexicanísimo, qué manera tan pinche de tratar de tomarle el pelo a los ciudadanos.

Salvador Camarena
Es periodista y conductor de radio.

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