MICHOACÁN: AUTODEFENSAS, UN AÑO DESPUÉS | CUARTA PARTE
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Morelia, Michoacán, 27 de febrero (SinEmbargo).– José Manuel Mireles Valverde, el médico cirujano que saltó a la fama internacional tras liderear al grupo de autodefensas de Michoacán, ha regresado una vez más del infierno y se reconstruye de la nada.
Dice no buscar la fama ni la fortuna, porque ambas las ha paladeado y al final le han dejado un mal sabor de boca.
Tampoco cree en los partidos políticos y sus amigos los cuenta con los dedos de una sola mano. Y a veces hasta le salen sobrando dedos, afirma.
Hace poco sufrió la traición de uno de ellos [la de su ex mano derecha Estanislao Beltrán] y perdió un poco la fe en este mundo.
A Mireles Valverde se le observa ya sin la gallardía en la figura con la que antes imponía respeto.
El accidente que sufrió el pasado 4 de enero, cuando se derrumbó la avioneta en la que viajaba, le dejó el paso lento, la silueta encorvada y el rostro un tanto inexpresivo, pero sus ojos aún conservan el mismo fuego.
Después de casi un mes y medio de convalecer, Mireles Valverde se dice listo para regresar al campo de batalla, para encarar a la muerte, para agarrar nuevamente un fusil y seguir limpiando todo Michoacán de Los Caballeros Templarios, pero sobre todo listo para librar una partida más en contra de los capos de cuello blanco.
NADA DETENDRÁ LA LUCHA
La lucha que empezó para detener los abusos de Los Caballeros Templarios, el 26 de febrero del año pasado, en su natal Tepalcatepec, no la detendrá –dice– “ni las traiciones, ni las balas, ni los atentados, ni ningún cártel”.
Los personajes de este movimiento, minimiza, “no importan, importa llegar al fondo, limpiar todo, detener para siempre a los ladrones, violadores y asesinos que tanto daño nos han hecho”.
Mireles Malverde expuso ante el mundo el terror que se vivía en su pueblo. “La situación empeoró cuando estos señores, no tan sólo con quitarle el dinero a la gente, desde la más jodida a la más acomodada, comenzaron a meterse con la familia, comenzaron a violar niñas de 11 y 12 años”, narró a la Agencia SubVersiones el año pasado.
El comunitario recordó cómo Los Caballeros Templarios les exigían no sólo dinero por metro cuadrado de propiedad o por cada auto, sino hasta a sus esposas. Pero antes, a las hijas. “Y las regresaban cuando ya estaban embarazadas”.
Explicó cómo los operativos federales eran una farsa. “No pisan el cemento”, afirmó. Los militares llegan a los pueblos y no enfrentan a los narcotraficantes a pesar de que los lugareños les dicen en dónde están.
Y, finalmente, reveló cómo se libraron de la plaga de las extorsiones. Simplemente se armaron. Tomaron la justicia por su propia mano.
* * *
Este hombre está decidido a señalar con el dedo, y en público, a todos Los Caballeros Templarios, sin importar si es políticamente correcto o no.
Fue él mismo quien acusó en la radio y en cadena nacional al secretario de gobierno, Jesús Reyna García, de ser parte del cártel y estar emparentado con el narcotraficante Nazario Moreno González, alias “El Chayo”, y haber asistido, incluso, al sepelio del padre del delincuente en mayo pasado.
Para Mireles Valverde, quien es considerado en la prensa extranjera como un moderno revolucionario que se atrevió a tomar las armas y encabezar un movimiento con la gente de abajo, su fama es circunstancial.
“Pude haber sido yo o mi compadre o quien sea, eso no importa. Lo importante es llegar al fondo y por eso no me preocupa que digan ahora que ya no soy el líder de este movimiento, esos son cuentos de ustedes, los medios”, enfatiza.
Mireles considera que en los hechos, en la estructura general del movimiento de los grupos de autodefensa no hay un sólo mando, en todo caso habría 30 que juntos conforman una especie de Consejo Ciudadano de Autodefensa donde se toman las principales decisiones y que son consultadas con cada jefe de región.
“No es un mando vertical, somos todos los que estamos al frente de este grupo y hay total coordinación”.
LIDIAR CON LA MUERTE
Médico de profesión sabe lo qué es el dolor y también ha aprendido a lidiar con la muerte, dentro y fuera de su quirófano.
Sabe y siempre lo ha dicho que la vida se la juega todos los días, que en cualquier momento puede morir, a manos de los delincuentes o incluso en fuego amigo.
Conoce de sobra sus límites y dice que no responderá a provocaciones de los medios de comunicación que intentan confrontarlo con algunos líderes del movimiento, pero tampoco oculta su tristeza cuando se le pregunta si sufrió traición de parte de Estanislao Beltrán.
“Yo respeto mucho a todos. A ‘Tanilo’, a Hipólito (Mora) a todos, lo único que tenemos ahora en común es la lucha que empezamos y que no podemos dejar tirada de la noche a la mañana ni tampoco podemos decir que todo se arregló de un día para otro. En eso estamos todos de acuerdo”.
Mireles Valverde es querido por su pueblo, su familia y sus amigos en Tepalcatepec. Regresó a su hogar justo el 24 de febrero para celebrar con ellos el primer aniversario de este movimiento que es visto como la revolución de este siglo. Pero celebró solo, porque sus compañeros caminaron juntos por La Ruana.
A sus 56 años sabe que la vida no la tiene comprada y que el último refugio que le queda es, siempre su familia a quien protege y mando fuera del estado por razones de seguridad.
Padre de seis hijos, cuatro de ellas mujeres, considera que por lo que dure su estancia en esta tierra se aferrará siempre a sus convicciones, como esta lucha que empezó casi por casualidad y que se forjó con indignación y coraje.
“Siempre lo he dicho, esta guerra no va a parar hasta que se nos quite el coraje de todo lo que nos hicieron, hasta que paguen todo lo que nos quitaron y nos devuelvan todo lo robado”, advierte.