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Sin Fronteras

27/01/2022 - 12:03 am

México cerrando puertas

Es reconocida por el Gobierno de México la situación generalizada de violaciones a los derechos humanos que se materializan de distintas maneras en Venezuela.

Una mujer con tapabocas y guantes camina frente a un mural del libertador Simón Bolívar en Caracas (Venezuela), en una fotografía de archivo.
“Si bien no somos vecinos, en México en 2019 fueron siete mil 621 personas venezolanas quienes solicitaron asilo, mientras que en 2020 fueron tres mil 248 y en 2021 la cifra se duplicó a seis mil 223, según la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados”. Foto: Rayner Peña R., EFE

Por Ana Saiz, directora general de Sin Fronteras IAP

@anasaizv

Esta semana entra en vigor un cambio que impacta gravemente a las personas latinoamericanas más afectadas por un desplazamiento forzoso internacional: las que salen de Venezuela, ya para 2019, se calculaban en más de cuatro millones.[1]

Como lo ha reconocido ACNUR, la agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados, desde 2018, las personas que dejaron de Venezuela en los años recientes por diversas razones necesitan protección internacional.[2] ¿Qué quiere decir esto? Necesitan que no se les devuelva a su país porque corre peligro su vida, su salud o su integridad. Requieren de una estancia regular en el país, del reconocimiento de sus derechos humanos y de una oportunidad para tener una vida digna.

Es reconocida por el Gobierno de México la situación generalizada de violaciones a los derechos humanos que se materializan de distintas maneras en Venezuela, al no poder acceder a un tratamiento médico, por persecuciones gubernamentales desatadas aún sólo por poner tuits, por no poder pagar los impuestos, ni comprar productos básicos. Por ello, en México las personas venezolanas tienen la mayor tasa de reconocimiento como refugiadas que oscila entre el 97 por ciento y 100por ciento.4

Si bien no somos vecinos, en México en 2019 fueron siete mil 621 personas venezolanas quienes solicitaron asilo, mientras que en 2020 fueron tres mil 248 y en 2021 la cifra se duplicó a seis mil 223, según la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados.

Con las nuevas medidas adoptadas por México se verán afectados seres humanos como como María Alejandra, que tuvo que tomar a sus hijos y “meter su vida en una maleta”[3] por la imposibilidad de conseguir medicinas para sus hijos, alimentos y sin posibilidades laborales para ella y su esposo; o como Rudy que llegó en 2018 con apenas 18 años y un diagnóstico de osteogenesis imperfecta. Su padre fue apresado por el ser trabajador del estado crítico del Gobierno y su mamá había fallecido años atrás por cáncer. Su hermano fue de los primeros venezolanos en salir del país y él se vió obligado a hacerlo también. Hoy está controlada su enfermedad, tiene un negocio de diseño y venta de playeras y está tramitando su nacionalidad mexicana, porque este país le dio una oportunidad de vida.[4]

A pesar de lo anterior, el cambio publicado en el DOF el pasado 6 de enero, irónico regalo de Reyes, y que entró en vigor esta semana obliga a las personas venezolanas a solicitar una visa para entrar a México. Antes de esta decisión, las personas de nacionalidad venezolana podían entrar al país por un máximo de 180 días para solicitar asilo, visitar a sus familiares o turistear. No sobra mencionar que la motivación de ese acuerdo es uno de los párrafos más prejuiciosos, estigmatizantes y discriminatorios que he leído en más de 25 años de ejercer el derecho ya que se afirma, sin dar cifras que las personas Venezuela vienen “con una finalidad distinta la permitida por la condición de Estancia de Visitante” que es transitar por México. Vale la pena aclarar que dicha visa no restringe la libertad de tránsito por este país, como engañosamente plantea el acuerdo.[5]

Aunque pareciera un requisito completamente accesible, no lo es porque tramitar una visa desde Venezuela puede implicar un grave peligro para las personas que salen de ese país, o para los familiares de quienes ya salieron, porque se les considera traidores a la patria.

México ha dado un paso atrás a compromisos como la Declaración de Cartagena, y la convención de 1951 sobre el Asilo.[6] México ha cerrado sus puertas a personas que podrían encontrar una nueva oportunidad en un país próspero con más de 120 millones de personas y casi dos millones de km cuadrados y la 15ª economía del mundo.[7]

Lo anterior significa un duro golpe a la comunidad venezolana que había encontrado o buscaba encontrar un hogar en México, una nueva oportunidad de vida. La separación de familias con brechas más difíciles que las que implica la distancia, las personas separadas están hoy más lejos de abrazarse.

[1] https://www.iom.int/es/news/la-situacion-de-las-personas-refugiadas-y-migrantes-venezolanas-necesita-una-mayor-atencion-mundial

[2] https://www.refworld.org.es/docid/5aa076f74.html

[3] https://www.youtube.com/watch?v=UPcmOxwHYBU

[4] Se ha cambiado el nombre para proteger su identidad.

[5] “Que se ha identificado un incremento sustancial de nacionales de la República Bolivariana de Venezuela que ingresan al territorio nacional con supresión de visa con una finalidad distinta a la permitida por la condición de estancia de Visitante sin permiso para realizar actividades remuneradas establecida en la fracción I, del artículo 52 de la Ley de Migración, como lo es el tránsito irregular hacia un tercer país, cuya magnitud se estima en más de un tercio del volumen total de ingresos al país de nacionales venezolanos en el período de enero a septiembre del presente año, de acuerdo con el análisis generado a partir de la información estadística;” DOF, 6 de enero 2021.

[6] https://sinfronteras.org.mx/mexico-viola-el-derecho-al-asilo-al-obligar-a-personas-venezolanas-a-solicitar-visa/

[7] https://www.gob.mx/cms/uploads/attachment/file/43882/MEX_Ficha_resumen.pdf

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