En el norte, las tropas se están concentrando en el barrio de Daraj Tufah, en la Ciudad de Gaza, que se cree que es uno de los últimos bastiones de Hamás en la zona, según los informes de los corresponsales militares israelíes, que reciben información de los mandos del ejército.
Por Najib Jobain, Wafaa Shufara y Samy Magdy
RAFAH, Franja de Gaza (AP).— El ejército israelí anunció el martes que ha expandido su ofensiva a los campamentos de refugiados en la zona densamente poblada del centro de la Franja de Gaza.
El anuncio surgió mientras residentes reportaban bombardeos y cañoneos en los campamentos de Nuseirat, Maghazi y Bureij.
Los campamentos, que son en realidad zonas urbanas, albergan a palestinos cuyas familias huyeron o fueron expulsadas de sus hogares en lo que es hoy Israel, durante la guerra de 1948 que llevó a la independencia israelí.
Los campamentos están ahora llenos de palestinos que huyeron del norte de Gaza al inicio de la ofensiva israelí.
“Hemos ampliados los combates a una zona conocida como los campamentos centrales”, dijo en conferencia de prensa el portavoz militar israelí, contraalmirante Daniel Hagari.
Anteriormente las fuerzas israelíes bombardearon el martes campos de refugiados palestinos en el centro de Gaza y emitieron órdenes a los residentes para que evacuaran la zona. El principal proveedor de telecomunicaciones de Gaza, Paltel, anunció otra “interrupción total” de los servicios.
La apertura de una posible nueva zona de batalla indica el largo y destructivo camino que aún queda por delante mientras Israel prometió aplastar a Hamás después del ataque del 7 de octubre en Israel que detonó la actual guerra. Durante semanas, las fuerzas israelíes han estado involucradas en intensos combates urbanos en el norte de Gaza y en la ciudad sureña de Jan Yunis, empujando a los palestinos a rincones más pequeños del territorio en busca de refugio.
A pesar de la presión internacional para un cese del fuego y los llamados de Estados Unidos a limitar el número de víctimas civiles, el Primer Ministro israelí, Benjamin Netanyahu, advirtió el lunes que la lucha “no está ni cerca de terminar”.
La ofensiva de Israel ha sido una de las campañas militares más devastadoras de la historia reciente. Más de 20 mil 600 palestinos, dos tercios de ellos mujeres y niños, han muerto, según el Ministerio de Salud de Gaza, que no diferencia entre civiles y combatientes entre los muertos. El martes por la tarde, dijo que 240 personas habían muerto en las últimas 24 horas.
“Estamos profundamente preocupados por el continuo bombardeo de Gaza Central por parte de las fuerzas israelíes, que se ha cobrado más de 100 vidas palestinas desde Nochebuena”, declaró la oficina de derechos humanos de la ONU, señalando que Israel había ordenado a algunos residentes que se trasladaran al centro de Gaza.
En respuesta a lo que desde hace tiempo considera críticas desproporcionadas de la ONU, Israel dijo que dejaría de conceder visados automáticos a los empleados de la ONU y acusó al organismo mundial de ser “cómplice” de las tácticas de Hamás. El portavoz del Gobierno, Eylon Levy, dijo que Israel consideraría las solicitudes de visado caso por caso. Esto podría limitar aún más los esfuerzos de ayuda en Gaza.
Los residentes del centro de Gaza describieron el martes una noche de bombardeos y ataques aéreos que sacudieron los campamentos de Nuseirat, Maghazi y Bureij. Los campos son ciudades urbanizadas que albergan a palestinos expulsados de sus hogares en lo que ahora es Israel durante la guerra de 1948 y a sus descendientes, y ahora también están llenos de personas que huyeron del norte.
“El bombardeo fue muy intenso”, dijo Radwan Abu Sheitta, un maestro palestino, por teléfono desde su casa en Bureij. “Parece que se están acercando”, dijo sobre las tropas israelíes.
Por la tarde, las fuerzas militares israelíes ordenaron a los residentes que evacuaran un cinturón de territorio del ancho del centro de Gaza, incluida Bureij, instándoles a trasladarse a la cercana Deir al Balah. Las Brigadas Qassam, brazo militar de Hamás, afirmaron que sus combatientes habían atacado dos tanques israelíes al este de Bureij. Su informe no pudo confirmarse de forma independiente, pero sugería que las fuerzas israelíes se dirigían hacia el campamento.
REPERCUSIONES REGIONALES
El Ministro de Defensa, Yoav Gallant, declaró que Israel se enfrenta a una “guerra multiarena” desde siete frentes distintos: Gaza y Cisjordania ocupada, Líbano, Siria, Irak, Yemen e Irán. “Ya hemos respondido y actuado en seis de estos frentes”, declaró ante la Comisión de Asuntos Exteriores y Defensa del Knéset (parlamento israelí).
A lo largo de la guerra, las milicias de la región respaldadas por Irán han intensificado sus ataques en apoyo de Hamás.
El lunes, las milicias iraquíes apoyadas por Irán atacaron con un dron una base estadounidense en Irbil, en el norte de Irak, hiriendo a tres militares estadounidenses, uno de ellos de gravedad, según funcionarios estadounidenses. En respuesta, aviones de guerra estadounidenses alcanzaron antes del amanecer tres localidades en Irak relacionadas con una de las principales milicias, Kataib Hezbollah.
Un ataque israelí impactó el lunes un vecindario de la capital siria, Damasco, matando al general Seyed Razi Mousavi, asesor de la Guardia Revolucionaria paramilitar iraní, según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos. Las fuerzas militares israelíes no hicieron comentarios al respecto.
Casi a diario, Hezbollah e Israel intercambian misiles, ataques aéreos y bombardeos a través de la frontera israelí-libanesa. Alrededor de 150 personas han muerto en el lado libanés, en su mayoría combatientes de Hezbollah y otros grupos, pero también 17 civiles. En el lado israelí han muerto al menos nueve soldados y cuatro civiles.
En el Mar Rojo, los ataques de los rebeldes hutíes de Yemen contra buques comerciales han interrumpido el comercio y han provocado una operación naval multinacional liderada por Estados Unidos para proteger las rutas marítimas.
AMPLIACIÓN DE LA OFENSIVA EN GAZA
Más del 85 por ciento de los 2.3 millones de habitantes de la Franja de Gaza han tenido que abandonar sus hogares. Deir al Balah y Rafah, ubicadas en el sur del enclave, en la frontera con Egipto, se han visto abrumadas con la llegada de personas desplazadas, incluso cuando Israel las ataca.
Funcionarios de la ONU afirman que una cuarta parte de la población de Gaza tiene hambre bajo el asedio de Israel, que sólo permite la entrada de un goteo de alimentos, agua, combustible, medicinas y otros suministros.
El martes, un ataque alcanzó una vivienda en Mawasi, una zona rural de la provincia de Jan Yunis que Israel declaró zona segura. Una mujer murió y al menos otras ocho resultaron heridas, de acuerdo con un camarógrafo que trabajaba para The Associated Press en el hospital cercano.
En respuesta, las fuerzas militares de Israel dijeron que no se abstendrían de operar en zonas seguras, “si identifica actividad de organización terrorista que amenace la seguridad de Israel”.
La semana pasada, el Consejo de Seguridad de la ONU pidió que se aceleraran inmediatamente las entregas de ayuda a Gaza, pero apenas ha habido señales de cambio. La ONU afirma que muchas zonas están aisladas por los combates.
Israel ha prometido eliminar las capacidades de Hamás en Gaza tras su ataque del 7 de octubre en el sur de Israel, en el que murieron unas mil 200 personas, en su mayoría civiles, y otras 240 fueron tomadas como rehenes. Israel pretende liberar a los más de 100 rehenes que permanecen cautivos.
Israel culpa a Hamás de la elevada cifra de muertos civiles en Gaza, señalando el uso por parte de los combatientes de zonas residenciales abarrotadas y túneles. Israel también afirmó que ha matado a miles de combatientes, sin presentar pruebas.
En el paso fronterizo de Kerem Shalom, trabajadores médicos de la ONU y de Gaza recibieron un camión con unos 80 cadáveres no identificados que habían sido retenidos por las fuerzas israelíes en el norte de Gaza. Fueron trasladados a las autoridades locales para su entierro. Los trabajadores médicos señalaron que el olor era insoportable.
“No podemos abrir este contenedor en un barrio donde vive gente”, declaró a la AP el doctor Marwan al-Hams, director del comité de emergencias sanitarias de Rafah. Dijo que los ministerios de Salud y Justicia investigarían los cadáveres por posibles “crímenes de guerra”.
Según los informes, el ejército pretende destruir aproximadamente el 70 por ciento de la infraestructura de Hamás, dejando el resto para nuevas operaciones durante las fases de menor intensidad de los combates.
Aun así, los combatientes de Hamás han demostrado resistencia. El ejército israelí anunció la muerte de otros dos soldados, con lo que el total de muertos en la ofensiva terrestre asciende a 158.