ACNUR lanzó un programa para acoger a niños y niñas migrantes de forma temporal en México, ya que por Ley no pueden ser detenidos en centros migratorios del Gobierno aunque lleguen al país acompañados de un adulto.
CIUDAD DE MÉXICO, 26 de noviembre (AP).— El Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados en México (ACNUR) y la Fundación Juconi, una organización de atención a menores, lanzaron el viernes una campaña para la acogida temporal de niños refugiados o solicitantes de asilo.
México ha recibido este año más de 108 mil solicitudes de refugio, según datos oficiales, entre ellas cerca de 18 mil son niñas, niños y adolescentes y de ellos al menos un millar no estaban acompañados. Este es el grupo que podría ser objetivo de esta iniciativa que ya funciona en distintos lugares del mundo.
Desde fines de 2020, la Ley mexicana prohíbe que haya menores en centros de detención migratoria, viajen acompañados o no.
Eso hizo que las autoridades lleven todo el año buscando alternativas para alojar a esos niños y adolescentes. Las familias suelen ser llevadas a albergues de la sociedad civil y los menores que viajan solos quedan bajo atención de agencias, estatales o federales, de protección al menor que deben analizar sus necesidades de protección.
Según señaló Isabel María Crowley, de Juconi, el programa inició de forma incipiente pero el objetivo para el año que viene es llegar a 120 familias que albergarán a los niños o adolescentes por un periodo de entre seis y 24 meses.
“Es un programa con números relativamente pequeños por el momento, pero sí creo que pueda transformarse en la protección” de los menores, dijo Giovanni Lepri, representante de ACNUR México.
No obstante, varios estados mexicanos gestionan programas similares, indicó Oliver Castañeda, Procurador federal de Protección de Niñas, Niños y Adolescentes.
Las familias que quieran participar en la iniciativa deben registrarse, someterse a una capacitación por parte de las autoridades encargadas de niñez, preparar los documentos requeridos y sólo después de una serie de pruebas logran la certificación como personas preparadas para acoger a un menor, explicó el Procurador.
Todo este proceso puede alargarse entre tres y seis meses y tiene como principal objetivo confirmar que el menor se integrará a un hogar seguro y que se elegirá el más adecuado para cada niño en concreto, ya sea una familia tradicional o cualquier otra forma de familia.
“No sólo [hay que] buscar a las familias idóneas sino que el personal que participa en el proceso sea el idóneo”, agregó Castañeda, quien garantizó que el monitoreo de las autoridades continua durante la acogida así como el trabajo para una eventual reunificación familiar del menor.
Crowley subrayó que esta iniciativa no sólo es buena para los niños y su desarrollo psicosocial sino que, además, “cuesta menos un niño en una familia de acogida que en un centro” aunque a quienes acogen se les da una pequeña ayuda económica para los gastos.
“Estamos entre las personas más vulnerables y vulneradas”, destacó el representante de ACNUR. “No veo otra mejor protección que un hogar”.