Fuera del campo, el “Pelusa” siempre fue un activista político que nunca ocultó sus tendencias de izquierda que lo llevaron a conocer a figuras políticas importantes.
CIUDAD DE MÉXICO (AP) — Durante sus seis décadas de vida, Diego Maradona fue considerado como genio y figura. Lo primero se lo ganó sobre las canchas de futbol y lo segundo fuera de ellas.
Maradona murió el miércoles en su natal Argentina donde comenzó su historia en el barrio bonaerense de Villa Fiorito para después debutar como jugador con Argentinos Juniors y luego con el mítico Boca Juniors donde en 1981, y antes de ir a Europa, alcanzó su primer título como profesional y al que regresaría para un segundo ciclo en 1995.
Con el Barcelona español logró tres títulos y ya era figura del fútbol mundial, pero se encumbró como uno de los más grandes de todos los tiempos luego de darle a Argentina el título en el Mundial de México 1986 en el que convirtió dos de los goles más recordados en la historia, ambos en el mismo encuentro, por los cuartos de final ante Inglaterra.
Después de ese Mundial comenzaron las interminables discusiones sobre quién era el mejor jugador de la historia entre Pelé, quien se había retirado en 1977, y Maradona.
Ambos mantuvieron una relación cordial hasta que el astro argentino dio positivo durante el Mundial de Estados Unidos 1994. El brasileño lo criticó y Maradona respondió diciendo que Pelé era el “mandadero” del entonces presidente de la FIFA, Joao Havelange.
No fue hasta 2005 que la relación se restauró públicamente y recientemente ambos habían intercambiado mensajes de felicitación por cumpleaños en redes sociales.
Maradona acrecentó su figura como jugador con el Napoli italiano y después en el Mundial de Italia 1990 donde quedó subcampeón.
A su retiro, el astro siguió ligado a las canchas como entrenador y con la selección de su país alcanzó los cuartos de final en el Mundial de Sudáfrica 2010 tras eliminar a México, un país donde hace dos años dirigió al club Dorados Culiacán, llevándoles a dos finales del torneo de segunda división, pero no pudo concretar el ascenso.
Fuera del campo, el “Pelusa” siempre fue un activista político que nunca ocultó sus tendencias de izquierda que lo llevaron a conocer al exlíder cubano Fidel Castro en 1987 durante una visita a La Habana, a donde volvería en el 2000 para tratarse su adicción a las drogas.
Castro no fue el único personaje polémico con el que Maradona tuvo relación. Más adelante comenzó una relación con el expresidente venezolano Hugo Chávez, eventualmente con su sucesor Nicolás Maduro y también con el boliviano Evo Morales.
Maradona se fue, pero su recuerdo perdurará por siempre.