El hijo del exgobernador Humberto Moreira fue ultimado en un atentado en Acuña, cuando lo agredieron a balazos en octubre de 2012.
Saltillo, 26 de noviembre (Vanguardia).- Tras conseguir un amparo federal, tres de los cuatro hombres encarcelados por su participación en el asesinato de José Eduardo Moreira fueron puestos en libertad; uno de ellos permanecía en el Cereso Varonil en esta capital.
El hijo del exgobernador Humberto Moreira fue ultimado en un atentado en Acuña, cuando lo agredieron a balazos en octubre de 2012.
Sin embargo, la defensa de los acusados consiguió que un Juez federal decretara el auto de libertad inmediata para los tres presos, cuyo efecto entró en vigor la tarde de ayer, informaron autoridades ministeriales.
Fue liberado del Cereso Varonil Víctor “N”, alias “La Iguana”, quien fue absuelto de todo crimen, al igual que otros dos hombres que se hallaban detenidos en centros penitenciarios en el centro del país, donde fueron procesados en torno al homicidio.
Solamente Carlos “N”, alias “El Fantasma”, quien es señalado como el autor material de la ejecución de Eduardo Moreira, permanece detenido, aunque su defensa ha intentado en varias ocasiones pedir su libertad alegando fallas en el proceso penal que se le siguió.
12 AÑOS DE CONTROL DE LOS ZETAS
Una investigación reveló que luego de que Los Zetas y el Cártel del Golfo se separaran en 2010, Coahuila se convirtió en el centro de operaciones del primer grupo delictivo. Eventualmente Los Zetas se extendieron por todo el estado destacando su presencia en las ciudades de Saltillo, Piedras Negras y Ciudad Acuña.
De acuerdo con los testimonios recabados, Los Zetas tienen altos niveles de conexión, cooperación, y, en algunos casos, control sobre diferentes niveles de Gobierno de Coahuila, que van desde la policía local hasta la oficina del Gobernador.
El informe documentó los abusos a los derechos humanos que son mencionados en las declaraciones de los testigos, incluyendo las desapariciones y las masacres de Piedras Negras y Allende de 2011.
Los testigos describen el uso común de sobornos y sugieren el consentimiento del uso de violencia por parte de la policía local y estatal y de otros actores del gobierno en las operaciones de Los Zetas.
Según declaraciones de Rodrigo Humberto Uribe Tapia, uno de los testigos entrevistados en el informe, Los Zetas mantuvieron un control sobre la policía local de dos maneras. Primero, los oficiales recibieron pagos de manera directa por integrantes del grupo delincuencial para evitar que intervinieran en sus negocios y para motivar su participación en sus operaciones. Y segundo, los jefes de plaza mantuvieron el control sobre la policía y los mandos, el jefe de la policía respondía directamente al jefe de plaza y estaba advertido de que sería ejecutado si no mantenía la fuerza policial bajo el control Zeta.
Ante esta situación el Gobernador Rubén Moreira creó al grupo GATE, una división especial asignada específicamente para combatir a Los Zetas. De acuerdo con el reporte, los GATE asesinaron a Alejandro, sobrino de Miguel y Omar Treviño Morales, líderes Zetas, en venganza los capos asesinaron a José Eduardo Moreira Rodríguez, hijo de Humberto Moreira.
Jesús Rejón Aguilar, uno de los miembros originales de Los Zeta, denunció el uso del Estado mexicano de la coacción a las confesiones ilícitas, pues aseguró que durante su arresto en 2011, fue vendado de los ojos y se mantuvo así por cinco días. Además, dijo, fue forzado a declarar.
El informe también reveló que las instituciones y funcionarios púbicos de Coahuila tuvieron un papel -ya sea por acción u omisión- en la comisión de los abusos cometidos por el cártel.