La noticia de la muerte del líder revolucionario cubano Fidel Castro generó celebraciones entre los exiliados del país en Miami y muestras de pesar o de respeto de algunos gobernantes mundiales. Enfermo, despojado de poder político evidente, el ícono revolucionario de 90 años se convirtió para algunos en símbolo de la resistencia a las aperturas diplomática y económica de su hermano, pero para muchos cubanos, Fidel Castro estaba cada vez más alejado de las pasiones que hacían de él un salvador o un caudillo maniático. En Cuba, serán nueve días de luto y las cenizas recorrerán toda la Isla hasta llegar a Santiago, donde será enterrado.
La Habana/ Miami, 26 de noviembre (SinEmbargo/EFE/Xinhua/AP).– Un luto de nueve días envolverá Cuba para despedir al líder de su Revolución, Fidel Castro, fallecido el viernes a los 90 años y a quien los cubanos rendirán tributo durante casi una semana con actos que se prevén multitudinarios en La Habana y también en Santiago, donde será enterrado.
Los detalles de las exequias del ex mandatario se conocieron pocas horas después de que su hermano, el Presidente Raúl Castro, con semblante desencajado y voz emocionada anunciara al pueblo el fallecimiento a través de la televisión estatal.
El duelo nacional fue decretado por el Consejo de Estado de la isla unas horas después del anuncio y establece que durante los nueve días en los que regirá “cesarán las actividades y espectáculos públicos” y la bandera nacional ondeará a media asta en los edificios públicos y establecimientos militares.
Además, la radio y la televisión cubanas “mantendrán una programación informativa, patriótica e histórica”, según las instrucciones del principal órgano de Gobierno de Cuba.
El Ministro cubano de Relaciones Exteriores, Bruno Rodríguez, que se encontraba de gira por países de Oriente Medio, ha adelantado su regreso a la isla, a donde se espera que llegue en las próximas horas.
Ediciones especiales de la prensa estatal cubana también están ya disponibles en la calle: los medios impresos oficialistas se han sumado al luto nacional y su tinta es este sábado exclusivamente negra, en lugar del habitual rojo y negro del icónico diario Granma, o el azul y negro de Juventud Rebelde, el rotativo de la Unión de Jóvenes Comunistas.
La organización de las exequias del líder cubano quedó a cargo de una entidad creada específicamente para este fin y denominada “Comisión Organizadora del Comité Central del Partido, el Estado y el Gobierno para las honras fúnebres del Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz”.
Ese organismo avanzó de inmediato un calendario de actos para conocimiento de la población cubana que incluye información pormenorizada sobre los homenajes y actos que se irán sucediendo la próxima semana hasta culminar en el entierro de Fidel en Santiago de Cuba.
El comandante revolucionario había pedido ser incinerado, según detalló su hermano Raúl Castro, cuando la noche del viernes anunció el fallecimiento.
Tras la cremación, sobre la que no se ha concretado cuándo tendrá lugar, las cenizas de Fidel Castro iniciarán un periplo por toda Cuba, de occidente a oriente, un recorrido inverso que rememorará la “Caravana de la Libertad” que el líder encabezó en 1959 al comienzo de la Revolución.
Los restos mortales partirán el miércoles 30 de noviembre desde La Habana, donde residía, y recorrerán la isla durante cuatro días hasta llegar a Santiago de Cuba, una provincia en la que no nació pero que fue la cuna de la Revolución y a la que tanto él como su hermano Raúl estuvieron siempre muy vinculados.
Antes, los cubanos tendrán dos días para despedirse de Fidel en La Habana, en la emblemática Plaza de la Revolución donde pronunció largos discursos contra el enemigo estadounidense.
La población, según han informado las autoridades, podrá acudir a rendir homenaje al ex gobernante en el Memorial José Martí de La Habana desde las 09.00 hora local (14.00 GMT) del próximo lunes 28 y hasta el mediodía del martes 29.
Ese mismo día, a las 19.00 hora local (00.00 GMT), se celebrará “un acto de masas” en la Plaza de la Revolución de La Habana.
Asimismo, el lunes y el martes entre las nueve de la mañana y las diez de la noche, la población podrá “rendir homenaje y firmar el solemne juramento de cumplir el concepto de Revolución, expresado por nuestro líder histórico el primero de mayo de 2000, como expresión de la voluntad de dar continuidad a sus ideas y a nuestro socialismo”, agrega el comunicado de la Comisión Organizadora.
Otro evento popular está programado para el 3 de diciembre en la Plaza Antonio Maceo de Santiago, una vez que las cenizas de Castro lleguen a esa ciudad.
El entierro está previsto para el 4 de diciembre, cuando se celebrará una ceremonia de inhumación en el cementerio de Santa Ifigenia.
Con motivo del fallecimiento de Fidel también se pospusieron un mes los actos y desfiles militares previstos para el 2 de diciembre con motivo del 60 aniversario del desembarco de los expedicionarios del yate Granma en Cuba, uno de los hitos que marcaron el inicio de la Revolución en el país caribeño.
Además, según las normas que rigen el luto nacional y que prohíben la celebración de espectáculos, quedó cancelado el concierto que el tenor español Plácido Domingo iba a ofrecer hoy en el Gran Teatro de La Habana y que había generado una enorme expectación.
ELOGIOS Y CRÍTICAS TRAS LA MUERTE DE FIDEL
La noticia de la muerte del líder revolucionario cubano generó celebraciones entre los exiliados del país en Miami y muestras de pesar o de respeto de algunos gobernantes mundiales.
Media hora después de que el gobierno de Cuba anunciara oficialmente el deceso del expresidente, de 90 años, la Pequeña Habana de Miami se llenó de vida y celebraciones. Miles de personas golpearon cacerolas, ondearon banderas cubanas y gritaron de júbilo. “¡Cuba sí! ¡Castro no!”, coreaban unos, mientras que otros gritaban “¡Cuba libre!”
Desde Montreal, Canadá; Estocolmo, Suecia; Caracas, Venezuela y Barcelona, España, llamaron estupefactas algunas amistades que esperaban recibir el consuelo de que una vez más, la noticia era falsa.
Sin embargo, esta vez no fue un rumor, la certeza llegó fugaz y sorpresivamente a través de una declaración oficial transmitida por un canal local de su hermano menor y actual mandatario, Raúl Castro, quien informó que el revolucionario latinoamericano había muerto a las 22:29 de la noche del viernes 25 de noviembre por causas que no fueron especificadas.
La sorpresa cundió a todos porque hace sólo unos días Fidel Castro había recibido al jefe de Estado de Vietnam que visitó la isla y las imágenes lo mostraban saludable y lúcido.
No obstante, la realidad es implacable y lo cierto es que uno de los hombres más admirados por la humanidad en el siglo XX, partió físicamente.
Resulta estremecedor caminar en la madrugada por La Habana, ir dando a quienes se encuentran en las calles la triste noticia y palpar cómo todos quedan impactados al conocer sobre el fallecimiento del líder cubano.
Algunos transeúntes prefirieron no hablar y sin proponérselo comenzaron a brotar lágrimas de sus ojos ante el sentimiento de dolor que los invade, porque más allá de las especulaciones y las tergiversaciones, el pueblo cubano en su mayoría quiere a Fidel Castro.
“No tengo palabras para expresar lo que pienso y siento, no doy crédito aún a lo que ha sucedido porque Fidel es nuestro padre y nuestro guía. Con el paso de los años uno debería prepararse porque tenía una edad avanzada pero no lo asimilo, todavía lo necesitamos dándonos consejos y alertándonos sobre los peligros que nos amenazan” , expresó conmocionado José Valladares.
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En Miami centenares de personas la celebran al poderoso ritmo de la conga y con el deseo de que la algarabía llegue a Cuba y anime a hacer cambios.
Más de ocho horas después del anuncio hecho en La Habana por Raúl Castro, los gritos exaltados por la libertad y el fin del régimen castrista aún seguían sonando junto a la música a las puertas del restaurante Versailles.
Champagne popping in front of Versailles in Little Havana #FidelCastro #Cuba pic.twitter.com/23Ed8dnn9V
— Danny Rivero (@TooMuchMe) 26 de noviembre de 2016
Por este corazón del exilio cubano en Miami han pasado cientos de personas en las últimas horas y todavía sigue llegando gente.
“Viva la libertad, abajo la tiranía”. Bajo esa consigna el exilio llenó un amplio tramo de la Calle Ocho, donde los reunidos entonaron con pasión el himno de Bayamo, símbolo de la nación cubana, y con más fuerza si cabe el verso “morir por la patria es vivir”.
Los presentes, conscientes de que en la isla el ambiente es muy distinto, quieren gritar más alto y más fuerte.
Ana Cristina Carrodeguas, esposa del Alcalde de Miami, Tomás Regalado, dijo a Efe que han recibido llamadas desde la isla en las que les contaban que estaban celebrando en privado, sin hacer ruido.
Al Versailles llegaron sobre todo jóvenes, muchos de ellos vestidos de noche, salidos de los locales de ocio, sabedores de que la fiesta estaba hoy en la calle.
Para el alcalde, que pasó toda la noche junto a sus convecinos, esa celebración espontánea y legitima de los jóvenes, a pesar de su motivo luctuoso, es reflejo del sentimiento de sus padres y abuelos, muchos de ellos ya desaparecidos y que no pudieron vivir la desaparición del líder cubano.
Óscar García, de 22 años y que llegó hace 11 a Miami, dijo a Efe que, ellos, hijos y nietos del exilio, aunque no pueden sentir la felicidad total que hoy tienen sus padres y abuelos, esta noticia es también algo propio.
“Lo sentimos como algo nuestro, y sabemos que aunque no es todo, la muerte de Fidel va a suponer un cambio, no como el que quisieran los cubanos, pero todo es posible, sobre todo hoy”, indicó.
Mucho más veterano, Luis Voldeán, de 78 años, se felicitó de que haya muerto la “primera bestia, que cambió una isla acogedora en el infierno en la tierra”.
“Llegó la hora. Dios no nos abandonó, pero nosotros tenemos que hacer nuestra parte. En Cuba hay muchos fidelistas, pero no hay ningún raulista. Se fue el Robín Hood, el niño lindo, y las fuerzas armadas deben proteger al pueblo, si no lo hacen son unos cobardes, pero yo creo que habrá sorpresas pronto”, señaló.
“Murió la rata” o “Satanás achicharrado”. Así de contundentes eran los carteles improvisados que los trasnochadores del Versailles jaleaban, mientras dos esqueletos se bamboleaban al ritmo de la conga cubana.
Pedro Miguel Pérez, de Cienfuegos, optó por disfrazarse del presidente electo Donald Trump, para esta ocasión tan esperada.
“No es un capricho, han sido más de 50 años de espera”, dijo a Efe.
Cerca de él, Mayra Piloto, destacó el gran número de jóvenes que representan la alegría de sus progenitores, aunque eso también supone un sentimiento de nostalgia por todos aquellos que no pudieron vivir esta noche.
“Este señor tenía tantas muertes en sus manos, los fusilados, los que murieron en el mar intentando huir de la isla y todos aquellos que murieron en el exilio”, lamentó.
Al sonido de las congas y tambores, casi ya olvidado el motivo del festejo, algunas mujeres bailaban de manera sensual en el centro de un corrillo.
Mientras los hombres, encendidos, jaleaban “pal piso, pal piso” para que ellas bajasen todavía más sus caderas, mientras un señor, ya veterano, sentenciaba: “No hay nada más cubano”.
Para mantener las energías, la cafetería Versailles permaneció abierta hasta las 5 de la mañana, en un trasiego imparable de coladitas, pastelitos de guayaba y croquetas.
“Es una noche inolvidable. La gente está eufórica, feliz de que este día llegó”, señaló a Efe Marisabel Abrantes, camarera del autoproclamado restaurante cubano más famoso del mundo.
Aunque le tocó doblar turno y trabajar toda la noche, asegura que la noticia bien lo vale y se congratuló de la generosidad de los exultantes clientes, que dejaron más propina de lo habitual.
“Nos vemos en Cuba” era la despedida más escuchada, mientras la gente iba dejando lugar para los que se despierten después de haber dormido sin conocer la noticia que el exilio esperaba recibir desde hace medio siglo, así que la fiesta promete durar todo el fin de semana en Miami.