La Unicef recordó que muchas de las niñas y niños que emigran con sus familias desde Centroamérica están huyendo de la violencia de las pandillas, de violencia de género, extorsión, pobreza y acceso limitado a educación de calidad y servicios sociales en sus países de origen, por lo que llamó a los gobiernos a que “den prioridad al interés mayor de los niños en la aplicación de las leyes migratorias, que mantengan las familias unidas, y que encuentren alternativas a la detención de niños”.
Ginebra, 26 de octubre (EFE).– Unos 2 mil 300 niñas y niños que viajan con la caravana de migrantes centroamericanos, y que ya se encuentran en el sur de México, necesitan protección y acceso a servicios esenciales, alertó hoy el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef).
“El largo y difícil viaje ha expuesto a los niños a las inclemencias del tiempo, incluyendo peligrosas altas temperaturas, con un acceso limitado al refugio. Algunos ya están enfermos o sufren deshidratación”, expuso en rueda de prensa Marixie Mercado, portavoz de Unicef.
La portavoz especificó que muchos de los niños y sus familias están huyendo de la violencia de las pandillas, de violencia de género, extorsión, pobreza y acceso limitado a educación de calidad y servicios sociales en sus países de origen.
“Tristemente, estas condiciones son parte de la vida diaria de millones de niños en la región. Cada día, familias que enfrentan estas condiciones tienen que tomar la difícil decisión de abandonar sus hogares, comunidades y países en busca de seguridad y un futuro más esperanzador”, afirmó Mercado.
Marixie Mercado indicó que si bien los que están viajando unidos piensan que están seguros, “los peligros de usar rutas migratorias irregulares siguen siendo significativos. El camino es largo y lleno de peligros, incluyendo el riesgo de explotación, violencia y abuso”.
Cuestionada Mercado sobre si tiene datos sobre esos riesgos, dijo no contar con la información por el momento.
“Unicef reitera su llamamiento a todos los gobiernos a que den prioridad al interés mayor de los niños en la aplicación de las leyes migratorias, que mantengan las familias unidas, y que encuentren alternativas a la detención de niños”, concluyó.
De acuerdo con las estimaciones de la Unicef, unas 9 mil 300 personas cruzaron la frontera entre Guatemala y México entre el 19 y el 22 de octubre.