Con la excepción de México, los trabajadores en América Latina y el Caribe no pagan ningún impuesto sobre la renta a nivel del salario promedio, que representó el 7 por ciento como proporción del costo laboral. Esta es una situación muy diferente a la media de la OCDE en el que el porcentaje del impuesto sobre la renta es superior al de las contribuciones a la seguridad social de los empleados.
Ciudad de México, 26 de septiembre (SinEmbargo).– De los países de América Latina y el Caribe que integran la Organización para la cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), México es el único donde los trabajadores tienen una obligación tributaria del Impuesto Sobre la Renta (ISR). Situación que ilustra la debilidad del impuesto sobre la renta como instrumento para el recaudo tributario cuya base son los salarios de la región.
En el informe 2013 de Impuestos sobre los salarios en AméricaLatina y el Caribe, presentado por la OCDE retomó los impuestos sobre la renta pagados por los trabajadores asalariados, las contribuciones y aportes por la seguridad social, las prestaciones y los impuestos sobre la nómina pagados por los empleadores.
Con la excepción de México, los trabajadores en América Latina y el Caribe no pagan ningún impuesto sobre la renta a nivel del salario promedio, que representó el 7 por ciento como proporción del costo laboral. Esta es una situación muy diferente a la media de la OCDE en el que el porcentaje del impuesto sobre la renta es superior al de las contribuciones a la seguridad social de los empleados.
México destaca como uno de los países donde el empleado paga menos contribuciones por seguridad social de afiliación obligatoria (2.0 por ciento) mientras que el empleador tiene una contribución mayor para la seguridad social de sus empleados (17.9 por ciento)., la lista integra también Honduras (3.4 por ciento), Nicaragua (4.9 por ciento) y los países que tuvieron un porcentaje más alto fueron Chile (18.2 por ciento), seguido de Uruguay (15.3 por ciento) y Argentina (13.4por ciento).
Mientras que en términos de Paridad del Poder de Compra (PPC), de la región es de 16 mil 125 dólares en 2013, mientras que el promedio de todos los países miembros de la OCDE fue de 47 mil 82 dólares.
América Latina y el Caribe recaudan un tercio menos en impuestos al trabajo que la media de los países de la OCDE, debido a los bajos gravámenes al salario y al empleo informal, según datos de la OCDE.
“En general el nivel de recaudación fiscal de América Latina es bajo”, apuntó hoy Ángel Melguizo, directivo del Centro de Desarrollo de la OCDE para América Latina y Caribe, durante la presentación mundial en Buenos Aires de la primera edición del informe “Impuestos sobre los salarios en América Latina y el Caribe”.
Según el estudio presentado hoy, en la región la presión fiscal sobre el trabajo supone de media solo 21.7 por ciento del coste laboral (aquel que tiene el empleador al usar recursos humanos) frente al 35.9 por ciento que representa en la OCDE.
Aunque la organización reconoce gran “heterogeneidad” entre la veintena de países estudiados, dado que “ha terminado” la fase en que Latinoamérica se sostenía con el mercado de las materias primas, es indispensable que “la financiación de la política pública” comience a venir de una mejor “administración interna”, consideró, por su parte, Mario Pezzini, director del Centro de Desarrollo.
En esa transformación es “clave” el tributo sobre la renta de los trabajadores ya que, aunque existen excepciones como Argentina, en general “la renta la pagan solo los deciles (sectores) más altos y pagan poco”, indicó Pezzini.
No es el único problema que enfrentan los sistemas fiscales latinoamericanos y caribeños, sino que, además, deben batallar contra el trabajo en negro, que alcanza una cuota de 55 por ciento.
“Entrar en la formalidad es un coste bastante elevado”, admitió Melguizo, y no solo para los sectores más vulnerables sino también para la “clase media emergente”, para la cual “los impuestos pueden representar entre un 70 o un 80 por ciento de los salarios”.
En general, según la OCDE, los sistemas fiscales de Latinoamérica y el Caribe deben dar “incentivos” para tributar y mejorar la transparencia y la calidad del gasto.
-Con información de EFE