La marcha por los normalistas de Ayotzinapa convoca a una multitud de indignados, por la desaparición forzada de los 43 y miles de mexicanos.
Por Shaila Rosagel y Sergio Rincón
Ciudad de México, 26 de septiembre (SinEmbargo).– Una multitud entró esta tarde al Zócalo de la capital del país, unida, por el grito de “justicia” por la desaparición de los 43 normalistas hace exactamente un año. Los padres de los estudiantes de la Normal de Ayotzinapa fueron recibidos con aplausos por una multitud.
“¡No están solos, no están solos!”, resonó en el corazón de la Ciudad de Mexico, mientras los padres caminaban hacia el templete desde donde darían sus discursos.
Carmelita, una de las madres de los 43, tomó el micrófono. “Que Peña no se haga pendejo: que nos entregue a nuestros hijos”. Y añade: “A mi hijo, en donde esté: ¡te voy a encontrar!”.
“Hace un año a estas horas nuestros hijos vivían, no sabían lo que el Estado les iba a hacer”, dijo otro de los padres.
“Este pinche gobierno nada más nos viene a matar y desaparecer. Yo le dije a Peña Nieto en su pinche cara cómo es posible que, a un año, no hayan encontrado a los muchachos”, protestó otro. “Sé que la represión nos puede llegar. Porque así no los dijo. No le tenemos miedo a todo lo que nos pueda pasar”, añadió.
El Secretario General de la Escuela Normal de Ayotzinapa, indicó que “este día no vamos a llorar, ni a dar lástima. Vamos a exigir la presentación con vida de nuestros compañeros”.
Una lluvia constante ha perseguido a los miles de indignados, pero no ha aflojado el cuerpo de una marcha que podría alcanzar varios kilómetros desde el Zócalo, por avenida 5 de Mayo, Juárez y Paseo de la Reforma hasta la Estela de Luz.
Mientras que la marcha continúa, a cuatro horas de haber iniciado, la plancha del Zócalo está llena a más de la mitad. Ante el flujo continuo de gente, la policía capitalina blindó la entrada por la calle de Madero y cerró el paso a la Plaza de la Constitución, algunos de los contingentes tuvieron que regresarse.
Cerca de las 17:00 horas, granaderos de la Secretaría de Seguridad Pública del Distrito Federal comenzaron a entrar por la calle 5 de Mayo rumbo al Zócalo capitalino. La organización Artículo 19 alertó en su cuenta de Twitter de la presencia de éstos en dos puntos: la Avenida 16 de septiembre y Pino Suárez.
Las familias de los normalistas desaparecidos, alumnos de la Normal Raúl Isidro Burgos, sindicatos, organizaciones civiles, ciudadanos espontáneos e incluso organizaciones estudiantiles y de maestros se agruparon desde este mediodía en distintos contingentes que conformarán el cuerpo de la marcha, que ha sido masiva.
Los padres de los 43 avanzaron sobre la avenida Paseo de la Reforma exigiendo justicia para sus hijos: “¡26 de septiembre no se olvida”, gritan. Y también lanzan: “Nos golpearon, pero no nos derrotaron”.
“Aquí estamos los 43 con el dolor de no saber nada ni qué está pasando con ellos. Aquí estamos y vean bien las caras y caritas de las madres y padres de familia que estamos luchando. Aquí estamos levantando la voz”, dijo desde el megáfono del camión que acompaña la marcha Mario César González, uno de los padres de familia.
Él fue el encargado de dar el banderazo de salida de la marcha en la Ciudad de México por los hijos desaparecidos. También es quien repite que la marcha es pacífica y hace un llamado a los ciudadanos participantes a la tranquilidad, pues el Gobierno busca “reventar” la marcha con violencia.
“Si pensaron que este movimiento se iba a olvidar y fragmentar, aquí les decimos que estamos firmes”, comenta otro de los padres a SinEmbargo.
Otros padres llamaron al pueblo de México a sumarse y sentir la rabia y el dolor que ellos sienten. Llaman a levantar la voz, no sólo por los desaparecidos de Ayotzinapa sino por los miles de desaparecidos en todo el país.
También afirman: “No podemos detenernos, porque si lo hacemos nos condenarán a que esto se repita. Le exigimos al Gobierno de México que nos diga la verdad, porque su ‘verdad histórica’ fue hecha pedazos por el informe de los expertos [Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI) de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH)].
Los familiares de los normalistas desaparecidos han llamado a esta movilización “la marcha de la dignidad”. Hoy, dicen, “la voz del pueblo camina por las calles del corazón de este país”.
“Que se entere el Gobierno federal: seguimos siendo cientos de miles dispuestos a mantener la lucha para que caigan los autores intelectuales y materiales de la desaparición de los 43 normalistas y de los seis asesinados, dicen.
Melitón Ortega, padre de uno de los normalistas desaparecidos y vocero de las familias, acusó al Presidente Enrique Peña Nieto por la tragedia.
“Peña Nieto es responsable de la desaparición de nuestros hijos”, dijo frente al Monumento a los 43, situado a la altura de Reforma y Bucareli, donde, a las 13:10 horas, se organizó un pequeño mitin y se dieron algunos discursos. “Peña Nieto dejó el país porque sabía que hoy los mexicanos daríamos una demostración de fuerza”, añadió.
Al retomar marcha, Ortega dijo a SinEmbargo que están de acuerdo con los resultados del GIEI de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, y por ello exigen que se cumplan sus recomendaciones.
“No vamos a permitir que el Gobierno federal vuelva a montar una segunda ‘verdad histórica’, después de haber dicho una gran mentira. Estamos planteando que se cree una Fiscalía que cuente con el aval de esos expertos [los del GIEI] para no volver a caer en lo mismo”, afirmó.
INDIGNADOS TODOS
La marcha de este sábado la encabezan los familiares de los desaparecidos, luego está el contingente de los estudiantes de la Normal Raúl Isidro Burgos. Enseguida se colocaron los representantes de la Federación de Estudiantes Campesinos Socialista de México, los sindicatos, las organizaciones sociales como Greenpeace, Centro Nacional de Comunicación Social AC (Cencos), Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro Juárez (CentroProdh), Tlalchinollan, la Red Nacional de Organismos Civiles de Derechos Humanos “Todos los Derechos para Todas y Todas” (Red TDT), conformada por 75 grupos de 21 estados de la República y Amnistía Internacional (AI).
Los indignados cargan distintas consignas esta tarde. “Ya basta de impunidad”, es una de ellas; también “Fuera Peña Nieto”, “Ni un desaparecido más, ni un muerto más, fuera Peña Nieto”, “Ayotzinapa vive, la lucha sigue” y, entre otras, “Porque vivos se los llevaron, vivos los queremos”.
“¿Dónde está Raúl?”, grita un joven universitario. “¡Presente!”, le responde un grupo al unísono. “¿Dónde está Giovani?”, pregunta de nuevo y la respuesta es la misma para todos los nombres de los 43 desaparecidos: “¡Presente!”.
Estudiantes de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), del Instituto Politécnico Nacional (IPN) de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México (UACM), del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE), de la Universidad Iberoamericana, del Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM), del Colegio de México (Colmex), entre otras, se han vuelto a unir esta tarde en la movilización de los 43, como lo hicieron hace más de tres años durante las protestas en contra del entonces candidato a la Presidencia del Partido Revolucionario Institucional (PRI), Enrique Peña Nieto.
También se observa un contingente de niños del InstitutoLuis Vives, una institución educativa del DF fundada por exiliados españoles, con cartulinas de apoyo a los normalistas y exigiendo justicia.
A lo largo de la marcha hay también cientos de niños acompañados de sus padres que, entusiasmados, repiten las consignas de protesta, y muestran dibujos y cartulinas alusivos a los 43.
En la Estela de Luz un grupo con pancartas exige justicia con versículos de la Biblia. “Dios exige justicia en México”, “Aprendan a hacer el bien, busquen justicia y ayuden al oprimido”, se lee en sus mantas.
A la altura del Ángel de la Independencia, un contingente saca una manta del partido Movimiento de Regeneración Nacional (Morena). De inmediato, los ciudadanos rechazaron la acción: “¡Fuera, fuera, fuera!”, les gritan. “Esta no es una marcha de los partidos, es de la sociedad”, les recriminan.
Cuando los padres arribaron a la Glorieta del Ángel, a las 13:40 horas, se escuchan los gritos: “¡Justicia, justicia, justicia!” y ¡”No están solos, no están solos”. También un grupo de huapango los recibe son su música y ameniza la marcha.
En la retaguardia de la marcha se observa un contingente negro, pero sin capuchas en los rostros marchan con toda tranquilidad. También está presente un grupo de autodefensas de Michoacán, encabezados por Hipólito Mora Chávez, fundador del movimiento en La Ruana.
“La gente está harta que le maten, torturen o desaparezcan a sus seres queridos. Hoy tomamos las calles para acompañar a los padres de los normalistas, pero también para decirle a Peña Nieto que ya estamos cansados de que encierre a las personas equivocadas en lugar de capturar a los nos hacen daño”, dice a este diario digital.
ANARQUISTAS CAUSAN DESTROZOS
A la altura del Museo de Antropología, cerca de las 2:05 horas, jóvenes que se dicen anarquistas intentaron quemar un parabús, pero el fuego fue controlado por elementos de Protección Civil. También han lanzado cohetes de “advertencia”, dicen, a elementos de la Policía de Tránsito que están replegados en las rejas del Bosque de Chapultepec.
Sobre la Avenida Juárez y Reforma, otro grupo de presuntos anarquistas lanzaron cohetones y rompieron vidrios de las oficinas del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA). También en las instalaciones del Senado lanzaron globos con pintura roja.
Los encapuchados hicieron pintas en algunos locales que encontraron a su paso como Starbucks, Sanborns y KFC, mientras que los asistentes a la marcha les gritaban que la manifestación era pacífica.
La fuerza de granaderos ha sido sustituida por agentes de tránsito. Hay este día poca vigilancia, o es muy discreta. La cobertura de prensa es impresionante: desde temprano se han reunido reporteros nacionales y extranjeros cerca del Auditorio Nacional, pero también en los otros puntos donde habrá concentraciones y posterior movilización.
INTELECTUALES SE PRONUNCIAN
Un año después de la desaparición de los 43 estudiantes mexicanos, la gravedad del caso Ayotzinapa y la falta de justicia y verdad han provocado una grave herida en la sociedad de ese país, el aumento de la desconfianza en las instituciones y la resignación ante la corrupción.
Así lo creen varios intelectuales consultados por Efe, quienes ven en este caso un “parteaguas” o fractura que lleva hacia un México desilusionado, que siente lejos la solución a problemas como la corrupción y acepta que la impunidad reina en el país.
“Hay una sociedad desmoralizada, en la que las autoridades son poco fiables y su discurso es poco verosímil. La sociedad ahora ha llegado a un extremo de incredulidad sobre sus autoridades. Antes eran ciertos grupos sociales, pero ahora ya casi cualquier persona no cree en las verdades del Gobierno”, dijo a Efe el escritor Homero Aridjis.
Así, la desaparición hace hoy un año de los 43 estudiantes a manos de policías corruptos y miembros del crimen organizado en el municipio de Iguala es “un parteaguas en el pico de la impunidad en México”, ha hecho que la gente pierda “la fe en su propio país y eso es muy grave”, señaló.
Además, “todas las versiones sobre su desaparición y posible muerte son poco creíbles y una es más inverosímil que la otra”, agregó el intelectual.
Según la versión de la Procuraduría General de la República (PGR, fiscalía), los estudiantes fueron detenidos por policías y entregados a miembros del cártel Guerreros Unidos, quienes presuntamente los asesinaron e incineraron en un basurero.
Dicha versión, nunca aceptada por los padres y por gran parte de la sociedad mexicana, ha sido cuestionada también por un grupo de expertos designados por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) para estudiar el caso.
Así, es un ejemplo de “verdades históricas que se convierten en mentiras históricas”, apuntó Aridjis, quien consideró que “lo peor que le puede pasar a un país” es que “no tenga esperanza de que se aplique la justicia”.
“Nadie cree que se va a encontrar a los verdaderos responsables porque se sabe que las autoridades saben quiénes son. Hay un encubrimiento de esos grupos criminales, involucrados en los Gobiernos, (que) no tienen la capacidad de aplicar la justicia porque sería juzgarse a sí mismos”, agregó.
En opinión del también escritor Jorge Zepeda Patterson, el caso Ayotzinapa también es “un parteaguas” por “lo que significó en las percepciones tanto en México como en el exterior” sobre el país y sus autoridades, que se vieron “desbordadas” por el caso.
Con el Presidente mexicano Enrique Peña Nieto, empeñado en vender la imagen de un México moderno gracias a sus reformas, esta desaparición supuso “un zarpazo” al mostrarse en el exterior ese país “salvaje y bárbaro que estaba muy lejos de haber desaparecido”.
“Lo que genera es un crecimiento de la exasperación, del desencanto, no necesariamente se expresa como debiera en una manifestación activa, pero lo que sí podemos medir es que los niveles de desaprobación de Peña Nieto en las encuestas han adquirido niveles de abismo, se han desplomado”, añadió.
Pese a lo mediático del caso y a que en los primeros meses fueron miles los ciudadanos que se lanzaron a las calles, con los meses el movimiento se ha ido desinflando, algo que, en opinión de Zepeda Patterson, “ha tenido que ver más bien con la renuncia a la escena pública de muchos mexicanos”.
“No solo renuncia, porque en realidad nunca estuvieron ahí, sino encontrar en los confines de la vida privada, de las redes sociales, normalmente familiares, la lógica de su sobrevivencia y su manera de responder a un entorno que les es adverso”, dijo.
La premio Cervantes de Literatura 2013, Elena Poniatowska, cree que los mexicanos sí han respondido llenando las calles, aunque no como “pasó en París”, donde después del ataque al semanario satírico Charlie Hebdo, en el que murieron doce personas, toda Francia se unió “para protestar por todos los asesinatos”.
“¿Aquí usted ha visto al Presidente marchar por estar en contra de los asesinatos de los 43?”, pregunta en una entrevista con Efe en la que asegura que “sí ha habido solidaridad” con este caso.
En la calle hay “miedo” y “en la vida de todos los días no hay una cultura cívica”, pero “creo que hay mucha más conciencia política de la que había antes”, dijo la escritora, quien ha participado activamente en las protestas sobre este caso y ha expresado en numerosos actos públicos su condena.
El escritor Benito Taibo también se ha sumado a las protestas por Ayotzinapa y no cree que el movimiento se haya diluido, sino “todo lo contrario” porque “esto es una carrera de resistencia, no de velocidad”.
“Existe ese movimiento más activo, México está lleno de asociaciones civiles, de ONG, de pequeños y grandes grupos que están intentando primero sobrevivir y luego organizarse para que sobrevivamos todos los demás”, apuntó.
Además, Taibo opina que Ayotzinapa ha afectado mucho a los mexicanos, ya que “el clima de desconfianza se ha instaurado en el país como una especie de mancha voraz que todo lo va corroyendo a su paso”.
Los mexicanos “ya no creemos en nada ni a nadie” y “para poder recuperar esta suerte de credibilidad en los otros” es necesario que pasen muchos años, aseveró.