En Tixtla, la ausencia de los normalistas desaparecidos hace un año cala hondo entre su población: al menos 20 de los 43 son originarios de ese municipio.
Tixtla, Guerrero, 26 de septiembre (SinEmbargo).– El padre de Julio César López Patolzin, uno de los 43 estudiantes desaparecidos el 26 de septiembre de 2014, cuenta que a su hogar han llegado muchas personas. Algunos reporteros, otros ni siquiera se identifican. Hay quien ha tocado su puerta para decirles que ya se “calmen”, pues recibieron un millón y medio de pesos.
Un millón y medio de pesos por el dolor de perder a un hijo… Rafael hace una pausa.
“¿Usted cree que vamos a tener un millón de pesos? A veces batallamos para comer. Por eso ella [su esposa] ya está así”, dice.
Su mujer pasa del llanto al silencio, cuenta. En las noches se sienta en la cama y amanece rezando. Duerme poco. Las madrugadas son para hablar con Dios y pedirle que por favor le regrese a Julio César.
“Yo creo que de repente va a llegar mi hijo. Ella lo está esperando, que va a entrar de repente. Vendrá repuestito, no tan flaco y se subirá al cuarto”, dice Rafael. (Texto: Shaila Rosagel)
