Naciones Unidas, 26 Sep. (Notimex).- El presidente Felipe Calderón denunció ante la ONU que la determinación con la que países como México combaten al crimen “no encuentra una respuesta similar en todas las naciones”, y sin citar a Estados Unidos, fustigó la venta indiscriminada de armas de asalto y el elevado consumo de drogas.
Al participar en el debate general de la 67 sesión de la Asamblea General de las Naciones Unidas, el mandatario mexicano planteó que la ONU encabece una discusión a la altura del siglo XXI que, “sin falsos prejuicios”, permita encontrar soluciones a este problema bajo nuevos enfoques.
Consideró que este balance debe examinar, con honestidad y rigor académico, cuales pueden ser esas alternativas, explorando específicamente las regulatorias o de mercado, que permita terminar, a todas las naciones juntas, con este flagelo que está costando miles y miles de vidas cada año.
Subrayó que así como la ONU examina y aporta soluciones para vencer problemas globales como las hambrunas, las epidemias y el cambio climático, “es hora de que también entre en acción para detener esta ola de muerte que está causando tanto sufrimiento a nuestros pueblos”.
Sostuvo que el consumo de drogas ilegales en países desarrollados causa violencia y miles de muertes en las naciones de producción y tránsito; del mismo modo en que el dinero de los consumidores causa la muerte de miles y miles de jóvenes en América Latina por la violencia asociada al narcotráfico.
En su última participación ante el pleno de la ONU como jefe de Estado mexicano, Calderón Hinojosa llamó a reflexionar en torno a que el mayor poder de las organizaciones criminales proviene de los multimillonarios recursos económicos con los que se financian, que fluye de los principales países consumidores.
“Mientras ese flujo no se detenga, la delincuencia organizada seguirá comprometiendo y acechando gobiernos y sociedades. Por eso ha llegado el momento de que los países consumidores evalúen con toda honestidad si cuentan con la voluntad y la capacidad para reducir el consumo de drogas de manera significativa”, anotó.
Advirtió que “de no ser así, es urgente que tomen ya acciones contundentes para reducir los extraordinarios flujos de dinero que terminan en manos de las organizaciones criminales.
Propuso que la ONU haga una valoración profunda de los alcances y los límites del actual enfoque prohibicionista en materia de drogas, lo cual de ninguna manera implica que se deba bajar la guardia, ni ceder un solo milímetro a las organizaciones criminales.
El titular del Ejecutivo mexicano explicó que ello significa que los países deben asumir las responsabilidades comunes, pero diferenciadas, que les corresponden para enfrentar este problema.
Indicó que las naciones en desarrollo están llamadas a implementar una política en tres ejes: combatir la criminalidad, fortalecer las leyes y las agencias e instituciones encargadas de hacer cumplir la legislación y restaurar el tejido social.
En tanto, definió que las naciones desarrolladas deben también asumir su responsabilidad.
“Si ellos no pueden o no quieren reducir el consumo de drogas, al menos deben detener el flujo exorbitante de recursos que financia a los criminales. Y si esto no se puede, es el momento de explorar otras alternativas diferentes al propósito no logrado de reducir el consumo”, añadió.
Reiteró que es momento de que la ONU encabece un serio y profundo debate internacional que permita hacer un balance de los alcances y limitaciones del actual enfoque prohibicionista, y de la violencia inhumana que genera la producción, tráfico y distribución de drogas “que ha convertido a América Latina en la región más violenta en el mundo”.