Un perro y una persona mayor: ¡la mejor combinación!

26/08/2015 - 12:00 am

Ciudad de México, 26 de agosto (SinEmbargo).– Tener una mascota no sólo supone alegrías, sino también beneficios para la salud. Niños, jóvenes y adultos pueden verse beneficiados, pero hay un sector particularmente propenso a desarrollar padecimientos: el de la tercera edad. Para ellos, una mascota podría ser una fabulosa opción para mermar del deterioro de su salud física y mental.

Aquí te presentamos algunos de los beneficios:

Foto: Shutterstock
Las mascotas pueden hacer más alegre y saludable la vida cotidiana de un adulto mayor Foto: Shutterstock

Aumenta la autoestima

Un estudio realizado por las Universidades de Miami y Saint Louis, comprobó que quienes tienen animales poseen mayor autoestima, suelen ser menos temerosos y más extrovertidos.

Cuando las personas llegan a la tercera edad, su demanda de actividades suele reducirse muchas veces al grado en que los adultos sienten que “han dejado de ser útiles”. Esto deriva en una sensación de vacío que puede provocarles ansiedad y disminución de la autoestima.

Una mascota reducirá éstos padecimientos puesto que su tenencia demanda responsabilidad y cuidado, haciendo sentir a la persona útil y aumentando su autoestima, y además, se proporcionará afecto y cariño.

Combate la depresión

La Organización Mundial de la Salud (OMS) señala que “es frecuente que los síntomas de este trastorno en los adultos mayores se pasen por alto y no se traten porque coinciden con otros problemas de esa etapa de la vida […] Entre los ancianos son más frecuentes experiencias como el dolor por la muerte de un ser querido, un descenso del nivel socioeconómico como consecuencia de la jubilación, o la discapacidad. Todos estos factores pueden ocasionarles aislamiento, pérdida de la independencia, soledad y angustia”.

Para las personas que, tras la jubilación, suelen vivir en soledad o pasan la mayor parte de su tiempo en esta condición, tener una mascota les servirá para sentirse acompañados e inclusive “conversar” de vez en cuando. Recibirán y brindarán afecto y cariño y hasta se sentirán más contentos, pues está comprobado que mientras los dueños conviven con sus mascotas liberan oxitocina, también conocida como la molécula del amor y un antídoto contra la depresión.

Mejora la vida social

La OMS también indica que el aislamiento es una conducta que suele desarrollarse en las personas de la tercera edad. Éste puede combatirse con una mascota porque siempre es una excusa para conocer gente nueva: muchas veces, mientras se pasea a un perro, desconocidos pueden acercarse para entablar una conversación. Esta actividad estimulará a la persona mayor para salir de casa y socializar un poco.

Una mascota puede ser un contra la soledad. Foto: Shutterstock
Una mascota puede ser un contra la soledad. Foto: Shutterstock

Contrarresta el deterioro cognitivo

Tener a un perro demanda a un anciano ejercitar algunas capacidades mentales como memoria, observación y atención. Esto combatirá su deterioro. Existen inclusive perros de terapia para ancianos con Alzheimer puesto que estimulan la mente y los sentidos del paciente, reduciendo la irritabilidad, confusión y cambios de humor derivados del padecimiento.

Combate el sedentarismo

Entre las enfermedades para las que la carencia de actividad física (sedentarismo) es un factor importante se encuentran la obesidad, diabetes, enfermedades de las articulaciones y también de tipo cardiovasculares. Es cierto que los “achaques” de la edad hacen de la vida de los ancianos una más sedentaria, pero, tener una mascota podría ayudarlos a combatirla.

Sacarlas de paseo o jugar de vez en cuando con ellas (a su modo, claro está) les ayudará a mantenerse activos. De acuerdo con la OMS, es recomendable que “los adultos de 65 en adelante dediquen 150 minutos semanales a realizar actividades físicas moderadas aeróbicas [como caminar] con el fin de mejorar las funciones cardiorrespiratorias y musculares y la salud ósea y funcional, y de reducir el riesgo de ENT [enfermedades no transmisibles], depresión y deterioro cognitivo”. Así que sacar al perro es el momento perfecto para despejarse mentalmente, socializar y hacer ejercicio.

Mejora la salud cardiaca

Un estudio realizado por la Universidad Estatal de nueva York encontró que las personas que tienen mascotas tienen menos probabilidades de sufrir enfermedades cardiacas y más posibilidad de sobrevivir a un ataque al corazón debido a que la presión arterial es notablemente más baja en las personas con animales en comparación con las que no.

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Una vez que se conocen los beneficios puede ser que tener una mascota sea muy tentador. Para esto, deben tomarse en cuenta diversas consideraciones, como las necesidades y disponibilidad del adulto mayor y  su capacidad motriz (a veces un loro o un gato pueden ser mejores mascotas que un perro).

Si se trata de un perro, es importante considerar el tamaño, edad y raza de la mascota. No es recomendable que sean cachorros porque son muy activos, ni que sean razas grandes porque son menos fáciles de manejar. Existen razas pequeñas y medianas convenientes como las que tienen un temperamento tranquilo y sociable (no todas las razas que no son de gran tamaño tienen estas cualidades).

También se sugiere que los animales respondan a comandos básicos de adiestramiento, de modo que se pueda facilitar la convivencia del adulto. Sería contraproducente que se trate de un animal que tiene problemas de conducta.

En cuanto al punto de vista económico, debe considerarse la solvencia: tener a un perro implica llevarle a visitar periódicamente un veterinario y ver por su alimentación y algunas otras atenciones que podrían impactar –aunque muchas veces de forma leve– al bolsillo.

Finalmente, es recomendable que la mascota pueda conseguirse por medio de la adopción pues esta acción es un aliciente para generar un mejor vínculo emocional con la mascota y establecer un mayor compromiso en su cuidado.

Foto: Shutterstock
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