México

"El narcotráfico seguirá"

ENTREVISTA¬ Mike Vigil dice que la caída de “El Mayo” no pegará al Cártel de Sinaloa

26/07/2024 - 12:05 am

El Departamento de Justicia confirmó ayer que Ismael “El Mayo” Zambada fue detenido junto a Joaquín Guzmán López, hijo de Joaquín “El Chapo” Guzmán. Ambos enfrentan múltiples cargos en Estados Unidos por liderar las operaciones criminales del Cártel de Sinaloa, incluidas “sus letales redes de fabricación y tráfico de fentanilo, la amenaza de drogas más letal en ese país”.

Ciudad de México, 26 de julio (SinEmbargo).– La caída de Ismael “El Mayo” Zambada, quien este martes se entregó a las autoridades de El Paso, Texas, junto a Joaquín Guzmán López, hijo de Joaquín “El Chapo” Guzmán, no impactará a la estructura del Cártel de Sinaloa y por lo tanto el narcotráfico a ese país seguirá, planteó en entrevista Mike Vigil, exjefe de operaciones internacionales de la DEA, la Agencia Antidrogas de Estados Unidos.

“Esto es una victoria para el imperio de la Ley, pero esto no va a tener ningún impacto en la infraestructura del Cártel de Sinaloa porque vimos que cuando fue extraditado ‘El Chapo’ Guzmán no tuvo nada de impacto. Con estos cárteles cortas una cabeza y salen otras 10”, comentó Virgil a “Los Periodistas”, programa que se transmite en el canal de YouTube de SinEmbargo Al Aire.

Vigil expuso que se necesita desarticular a toda la infraestructura desde arriba hacia abajo, pues “capturar a una persona aunque sea el líder no va a tener impacto porque alguien va a tomar el lugar, por ejemplo, de ‘El Mayo’ Zambada, van a seguir traficando droga y van a seguir generando violencia, por eso es muy necesario la desarticulación de toda la infraestructura”.

Eso mismo planteaba hace 14 años, el propio “Mayo” Zambada al periodista de Proceso Julio Scherer García en la única entrevista que concedió para un medio.  “Un día decido entregarme al Gobierno para que me fusile. Mi caso debe ser ejemplar, un escarmiento para todos. Me fusilan y estalla la euforia. Pero al cabo de los días vamos sabiendo que nada cambió”. 

De esa manera, Zambada García planteó en 2010 a Julio Scherer García de Proceso que de caer preso, nada cambiaría en el mundo del narcotráfico, en el cual se volvió una figura histórica forjada por el hecho de nunca haber sido detenido, hasta el día de ayer que fue arrestado en Estados Unidos, el país en el que tiene abiertas por los menos cinco causas en distintos tribunales de ese país.

Mike Vigil planteó que Ismael “El Mayo” Zambada se entregó junto al hijo menor de ‘El Chapo’ Guzmán, Joaquín Guzmán López. “Tengo entendido que llegaron en una avioneta privada a un aeropuerto privado en El Paso, Texas”. Incluso comentó que su entrega pudo ser por dos motivos: “negoció con los fiscales federales para que se redujeran las sentencias para que no le dictaran cadena perpetua. Número dos, se ha sabido que ‘Mayo’ Zambada ha estado enfermo y posiblemente necesita atención médica, esos son los únicos dos motivos que puedo pensar que fueron la razón por la que se entregó”.

“En Estados Unidos cuando hacen una negociación para que estas personas den información normalmente van a querer que ellos den información de personas más elevadas, no más abajo. Estados Unidos está desesperado para parar el tráfico de fentanilo y se han enfocado en el Cártel de Sinaloa”, refirió Vigil.

Apenas en febrero pasado, la Corte del Distrito Este de Nueva York hizo pública una quinta acusación contra Zambada García, uno de los capos de la vieja escuela, fundador del Cártel de Sinaloa, por la fabricación y distribución de fentanilo, negocio en el que también han emprendido los Chapitos, los hijos de su compadre “El Chapo” Guzmán.

Junto a esta imputación, “El Mayo” Zambada es acusado por dirigir una actividad delictiva continuada, así como por asociación delictuosa para cometer homicidio, de lavado de dinero, de la fabricación y distribución de cocaína, heroína, metanfetamina y fentanilo, así como por otros delitos relacionados con drogas, a través de su liderazgo continuado del Cártel de Sinaloa, una de las organizaciones de narcotráfico más violentas y poderosas del mundo. Son cinco los estados de ese país en donde enfrenta estas acusaciones criminales: Texas (en donde fue arrestado), California, Washington D.C., Illinois y Nueva York.

La acusación en su contra señala que desde 1989 hasta 2024, Zambada García dirigió una actividad delictiva continuada responsable de la importación y distribución de cantidades masivas de narcóticos y que generó miles de millones de dólares en ganancias. Para asegurar el éxito del cártel, Zambada García empleó a personas para obtener rutas de transporte y bodegas para importar y almacenar narcóticos, y a sicarios para llevar a cabo secuestros y homicidios en México y tomar represalias contra rivales que amenazaban al cártel. La Agencia Antidrogas de Estados Unidos, la DEA, ofrecía una recompensa para su captura de 15 millones de dólares.

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Zambada García es el último capo poderoso de la vieja guardia. Todos han muerto o están presos. Hasta 1997, el amo del narcotráfico era Amado Carrillo Fuentes, “El Señor de los Cielos”, cabeza del Cártel de Juárez. Posteriormente lo fue, al menos como el enemigo número de Estados Unidos, el escurridizo Joaquín “El Chapo” Guzmán, su compadre, detenido en 2016 y extraditado en 2017 a Nueva York, en donde una Corte federal lo condenó a cadena perpetua. Esa misma instancia es la que reclama a Ismael “El Mayo” Zambada.

Ricardo Ravelo, periodista especializado en temas del crimen organizado, publicó en junio pasado que “El Mayo” Zambada estaba enfermo y recientemente su estado de salud fue considerado como delicado; después se dijo que estaba grave y más tarde que estaba postrado en una cama.

El jefe del Cártel de Sinaloa padece diabetes en grado avanzado, lo que le ha dañado varios órganos –riñones y la vista, principalmente –por lo que la DEA lo declaró en estado de gravedad y sostiene que el capo ha estado alejado durante varios meses de las actividades criminales. Se la ha pasado encerrado en uno de sus refugios, en la sierra de Sinaloa.

Para la DEA, Zambada siempre fue el verdadero jefe del Cártel de Sinaloa. “El Mayo” tiene una larga historia: militó en el Cártel de Guadalajara cuando éste era encabezado por Miguel Ángel Félix Gallardo, Rafael Caro Quintero y Ernesto Fonseca Carrillo, “Don Neto”; era contemporáneo de Pablo Acosta Villarreal, “El Zorro de Ojinaga”, quien se suicidó en 1989 cuando iba a ser detenido por Guillermo González Calderoni, el famoso policía del Gobierno de Carlos Salinas de Gortari que también detuvo a Félix Gallardo.

“El Mayo” en una de las imágenes con las que el Gobierno de EU ofrecía millones para su detención.

Años más tarde, Zambada se convirtió en pieza clave del Cártel de Juárez cuando era dirigido por Rafael Aguilar Guajardo –asesinado en Cancún, Quintana Roo, en 1993 –y después durante la etapa de Amado Carrillo Fuentes, “El Señor de los Cielos”, quien presuntamente murió en 1997 tras someterse a una cirugía plástica y liposucción para no ser perseguido.

A sus casi 80 años, “El Mayo” Zambada seguía vigente en el negocio del tráfico de drogas. El Gobierno de Estados Unidos lo considera un capo activo y cabeza central del Cártel de Sinaloa.

Tras la caída de Joaquín “El Chapo” Guzmán, el Cártel de Sinaloa se dividió en cuatro bloques: Uno lo encabezan los hijos de Guzmán Loera (Ivan Archivaldo y Alfredo); otro era encabezado por Aureliano Guzmán Loera, conocido como “El Guano”, otro más por Rafael Caro Quintero, quien fue recapturado.

EL SIGILO DE “EL MAYO”

—¿Algunas veces ha sentido cerca al Ejército? —le preguntó en aquella mítica entrevista el periodista Julio Scherer García.

—Cuatro veces. “El Chapo” más.

—¿Qué tan cerca?

—Arriba, sobre mi cabeza. Huí por el monte, del que conozco los ramajes, los arroyos, las piedras, todo. A mí me agarran si me estoy quieto o me descuido, como al “Chapo”. Para que hoy pudiéramos reunirnos, vine de lejos. Y en cuanto terminemos, me voy.

—¿Teme que lo agarren?

—Tengo pánico de que me encierren —respondió “El Mayo” a Julio Scherer García hace 14 años, un encuentro para el cual el periodista tuvo que incursionar en la sierra para poder hablar con el capo.

Para todos era conocido que a “El Mayo” nadie lo molestaba en su natal Sinaloa. Eso contaban pobladores y periodistas especializados en narcotráfico. “Produce ganado, leche, carne y quesos de los mejores; se mueve con absoluta libertad por las calles de Culiacán y hasta se da el lujo de acudir a restaurantes y hacer sobremesa acompañado de amigos y socios”, escribió Ricardo Ravelo en un columna publicada en SinEmbargo en junio pasado.

La ficha que giró la DEA sobre “El Mayo”.

“El Mayo” siempre manejó un perfil bajo y un enfoque empresarial por encima de la violencia, lo que le permitió ser de los pocos capos de la vieja guardia que logró evadir la justicia durante toda su carrera criminal. Lo cierto es que en los últimos años sufrió la pérdida de varios de sus miembros más importantes dentro de su círculo más cercano. Las autoridades arrestaron a su hermano, dos de sus hijos y un sobrino.

Sus hijos Ismael Zambada Imperial, alias “El Mayito Gordo”, y Vicente Zambada Niebla, alias “El Vincentillo”, así como su hermano Jesús “El Rey” Zambada, fueron capturados y extraditados a Estados Unidos entre 2010 y 2019. Otro de sus hijos, Serafín Zambada Ortíz, fue arrestado en Arizona 2013 y liberado en 2018. Todos llegaron a colaborar en diversas medidas con la justicia norteamericana, lo que les garantizó sentencias reducidas y liberaciones tempranas.

De hecho, “El Rey” y “El Vicentillo” fungieron como testigos en el juicio contra “El Chapo” en Nueva York en 2019.

En 2004, el gobierno de Estados Unidos ofreció 5 millones de dólares como recompensa por cualquier información que condujera a su captura En 2021, las autoridades norteamericanas subieron esta cifra a 15 millones de dólares, pero él se entregó.

“El Mayo” había demostrado ser extraordinariamente hábil para evadir su arresto. Sus fuertes conexiones en el gobierno y en la población local de Sinaloa le permitieron pasar más de 40 años en el negocio del narcotráfico sin haber pisado nunca una prisión, hasta hoy.

Alejandro Páez Varela y Álvaro Delgado Gómez
en Sinembargo al Aire

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