La Iglesia mexicana expuso que la promesa de atrapar al asesino de estos sacerdotes jesuitas no es suficiente y hace un llamado a examinar la estrategia de seguridad en México.
Ciudad de México, 26 de junio (SinEmbargo).- La Arquidiócesis reclamó el asesinato de los sacerdotes jesuitas Javier Campos y Joaquín Mora e hizo un llamado a examinar la estrategia de seguridad en México, “pues vivimos una ola de violencia histórica: el número de asesinatos en lo que va del sexenio supera las 122 mil personas”, expuso por medio de la editorial Desde la Fe.
“No olvidaremos a los padres Javier y Joaquín, no olvidaremos su asesinato, así como tampoco olvidaremos su testimonio y ejemplo para servir en Cristo, al grado de entregar la vida por su pueblo, por los más necesitados”, detalló la Iglesia en su publicación.
“Queremos justicia y queremos paz. Queremos un México seguro y queremos ver el fin de esta vergonzosa impunidad. Si en 72 horas lograron recuperarse los cuerpos de 2 sacerdotes y un laico, y avanzar en las averiguaciones, ¿por qué no hacer esto con tantos y tantos casos impunes? El nivel de impunidad en México es muy alto; la presión de la opinión pública motiva a las autoridades a resolver contados casos mediáticos, pero, ¿qué pasa con las miles de familias que, además de fracturarse con el asesinato de un ser querido, nunca verán justicia?”, añadió.
Además, agregó que la promesa de atrapar al asesino de estos sacerdotes jesuitas no es suficiente, “pues atrapar a un líder del crimen organizado no resolverá la violencia en México”.
Los dos sacerdotes jesuitas fueron asesinados en un templo del norte de México y sus cuerpos fueron sustraídos junto al de otra víctima por personas armadas, informaron ayer el Gobierno y la congregación religiosa.
La remota comunidad de Cerocahui, en el municipio Urique, en el estado de Chihuahua, se vio estremecida el lunes tras el asesinato de los jesuitas mexicanos Javier Campos Morales y Joaquín Mora Salazar, así como de un guía turístico en el templo de la parroquia Francisco Javier. Las muertes coincidieron con la desaparición de cuatro personas, entre ellos una mujer y un menor, en esa misma localidad.
Campos Morales, de 79 años, y Mora Salazar, de 80, tenían más de cinco décadas en la Compañía de Jesús. Los dos jesuitas eran parte del equipo de religiosos y laicos que están en la Sierra de Tarahumara, donde realizaban trabajo social y pastoral desde hace varias décadas, el cual incluía fortalecer la cultura de la comunidad indígena tarahumara y la preservación del medio ambiente.