La defensa del migrante mexicano argumentó que las personas cercanas a Baena dijeron que no era una persona violenta. Además, expuso que la confesión del presunto feminicida se obtuvo bajo presión de las autoridades luego de una jornada de trabajo de 12 horas sin descanso en un sembradío.
Por Ryan J. Foley
DAVENPORT, Iowa, EU (AP).— El hombre que está siendo juzgado por el homicidio a puñaladas de una estudiante de la Universidad de Iowa en 2018 es un migrante mexicano trabajador y centrado en su familia que fue presionado para hacer una confesión falsa, afirmó el martes su defensa ante el jurado.
Jennifer Frese, abogada de Cristhian Bahena Rivera, dijo en su declaración de apertura que la muerte de Mollie Tibbetts, de 20 años, es dolorosa, pero que las autoridades realizaron una investigación incompleta y se apresuraron a cerrar el caso.
“Su familia merece justicia, pero también Cristhian Bahena Rivera”, declaró Frese, de pie junto a su cliente.
La defensa de Bahena Rivera se negó a dar una declaración de apertura cuando comenzó el juicio la semana pasada, optando por hacerlo después de que los fiscales terminaran de exponer sus argumentos iniciales el lunes.
Sus abogados comenzaron a llamar a testigos el martes, cuestionaron la confesión y la evidencia de ADN, y describieron a Bahena Rivera como un hombre de familia no violento que cruzó la frontera irregularmente desde México cuando era un adolescente en busca de una mejor vida.
También siguieron tratando de levantar sospechas sobre el novio de Tibbetts, Dalton Jack, quien volvió a testificar el martes sobre su relación inestable. Jack fue confrontado con registros telefónicos que muestran que sólo llamó a Tibbetts una vez en los días posteriores a su desaparición, con mensajes de Snapchat sobre su aventura con otra mujer y con preguntas sobre su temperamento.
La Policía dice que eximió a Jack como sospechoso después de establecer que estaba fuera de la ciudad por trabajo cuando Tibbetts desapareció mientras corría en Brooklyn, Iowa, el 18 de julio de 2018.
Su desaparición desencadenó una búsqueda en la que participaron agencias locales, estatales y federales, y cientos de voluntarios. Los investigadores dicen que comenzaron a centrarse en Bahena Rivera un mes más tarde después de encontrar un video de vigilancia que mostraba su Chevrolet Malibu negro conduciendo de ida y vuelta cerca de donde se había visto a Tibbetts.
Los investigadores afirmaron que Bahena Rivera confesó durante un interrogatorio de 11 horas que se acercó a Tibbetts, forcejeó con ella después de que amenazara con llamar a la Policía, puso su cuerpo en su maletero y lo escondió en un maizal. Dicen que los condujo hasta el cadáver, el cual estaba muy descompuesto y escondido bajo los tallos de maíz. El ADN de Tibbetts se encontró en manchas de sangre en el sello de goma del maletero y en el revestimiento del maletero del Malibú.
Frese dijo al jurado que Bahena Rivera “es un hombre que dice sí” que hacía todo lo que le pedían en la granja lechera donde trabajaba, y que cooperó cuando la Policía cuando los agentes se presentaron allí y pidieron interrogarlo.
La abogada dijo que el interrogatorio se prolongó durante horas después de que Bahena Rivera trabajó una jornada de 12 horas.
“El careo continuó hasta que se le metió en la cabeza a mi cliente la idea de que ‘quizá perdiste la memoria’”, dijo. “El Estado en este caso, consiguió lo que quería y cerró el caso. Consiguieron lo que necesitaban. Hubo una intensa cantidad de presión para cerrar este caso, para arrestar a alguien, por este atroz crimen”.
Los investigadores dicen que Bahena Rivera les dijo que “perdió la memoria” y que no podía recordar cómo había matado a Tibbetts.
El primer testigo de la defensa llamado el martes fue el consultor forense Michael Spence, quien estuvo de acuerdo en que el ADN de Tibbetts se encontró en las manchas de sangre en el maletero, pero dijo que también había más ADN en el maletero, incluyendo al menos el de un hombre y el de una mujer desconocidos.
Spence admitió que no sería sorprendente encontrar otras fuentes de ADN en el maletero de un vehículo que ha sido utilizado, y que hay muchas formas en las que podría haber llegado allí.
Iris Gamboa, la madre de la hija de Bahena Rivera, testificó el martes que vivió con él durante cuatro años antes de que rompieran en 2017. Relató que Bahena trabajaba jornadas de 12 horas y que sólo tenía dos días libres cada dos semanas.
Dijo que era un buen padre que pagaba 500 dólares al mes para la manutención de su hija, que no era violento con ellas y que nunca mostró una ira excesiva. Bahena Rivera también enviaba dinero a sus padres en México y pagaba la construcción de una casa, añadió.
La defensa mostró a los jurados una fotografía de un sonriente Bahena Rivera y de Gamboa con su pequeña hija en una fiesta familiar en 2017. "Él estaba feliz de que su hija fuera feliz”, dijo Gamboa. “Fue un buen día”.