Al mismo tiempo, garantizarán que las medidas de emergencia necesarias para contener la COVID-19 serán proporcionadas, transparentes, temporales y consistentes con las normas de la Organización Mundial del Comercio (OMC), para que no se creen “barreras innecesarias” al comercio o se afecte a las cadenas globales de suministros, que pidieron que sean más resistentes.
Bruselas, 26 may (EFE).- La Unión Europea (UE) y Japón instaron este martes a que la futura vacuna contra la COVID-19 sea un “bien global común” y esté al alcance de todo el mundo a un precio accesible.
Así lo señalaron los presidentes del Consejo Europeo, Charles Michel, y de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, junto al Primer Ministro japonés, Shinzo Abe, en un comunicado conjunto tras celebrar una videoconferencia centrada principalmente en las consecuencias y respuestas a la crisis del coronavirus.
“La vacuna tiene que ser un bien común, accesible para todo el mundo en todas partes”, indicó Michel en una rueda de prensa telemática al término de la reunión.
Los líderes reafirmaron su compromiso con la colaboración global y una financiación sostenida para desarrollar antivirales eficaces, diagnósticos, tratamientos y vacunas, a fin de que estén “disponibles todo el mundo y a un precio accesible”.
En ese contexto, celebraron la iniciativa impulsada por la Comisión Europea para recaudar fondos para una futura vacuna, que el pasado 4 de mayo reunió 7.500 millones de euros, y anunciaron que la UE y Japón acelerarán su cooperación en investigación sanitaria.
Los líderes también mostraron su determinación para garantizar una “robusta recuperación económica” tras la pandemia y “reconstruir unas economías más sostenibles, inclusivas y resilientes”.
Michel destacó en su rueda de prensa que la UE y Japón comparten valores y principios, como la democracia, el Estado de derecho, los derechos humanos y la defensa del multilateralismo.
En ese contexto, las dos partes subrayaron la importancia de mantener un comercio abierto, y aseguraron que cooperarán para facilitar el flujo de suministros médicos, productos agrícolas, materias primas y otros bienes y servicios.
Al mismo tiempo, garantizarán que las medidas de emergencia necesarias para contener la COVID-19 serán proporcionadas, transparentes, temporales y consistentes con las normas de la Organización Mundial del Comercio (OMC), para que no se creen “barreras innecesarias” al comercio o se afecte a las cadenas globales de suministros, que pidieron que sean más resistentes.
También pidieron elaborar una política de confianza para compartir datos, reforzando la seguridad y la privacidad.
Para evitar futuras pandemias, la UE y Japón recalcaron la importancia de reforzar su preparación y capacidad de respuesta, también a través de organismos internacionales como la Organización Mundial de la Salud (OMS), cuyo papel como coordinador de la lucha contra la COVID-19 confirmaron.
Celebraron la resolución adoptada en la última asamblea general de la OMS en la que se solicitó a su director general iniciar, cuanto antes, una evaluación “imparcial, independiente e integral” para revisar la experiencia ganada con esta crisis.